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Además de la Ley de Simplificación Administrativa, que pretende agilizar la burocracia que muchas veces entorpece cualquier iniciativa empresarial, la Consejería de Presidencia ha tenido muchos frentes abiertos en este primer año de legislatura, aunque sus competencias no tengan tanta publicidad como el resto de ... consejerías del Gobierno. En la lista de pendientes, Isabel Urrutia aún debe echarle mano a la prometida Ley de Régimen Local, así como a los cambios en la Ley de Memoria Histórica, aún sin fecha frente a las prisas que sí han tenido otras comunidades como Castilla y León, Aragón y Valencia para modificar las suyas tras las elecciones.
La consejera ha activado el Plan de Empleo de la Administración, que consiste en la reordenación de los empleados y de los puestos de trabajo en el Gobierno y las empresas vinculadas. Pero fue durante la aprobación del Presupuesto cuando pisó uno de los charcos de este inicio de legislatura. Urrutia anunció subvenciones para festejos taurinos como instrumento para luchar contra la despoblación, una medida que provocó airadas reacciones de los sectores en contra de la tauromaquia.
En paralelo, apoyó la sustitución de los juzgados de paz por oficinas de justicia, además de iniciar las obras de reforma de Las Clarisas, un proyecto que llevaba años estancado y que ahora cuenta con 1,7 millones de presupuesto en marcha.
La sede del 112 se trasladó a Cazoña, y Urrutia anunció la contratación de 30 nuevos bomberos, además del apoyo a la helisuperficie en Valdecilla. Todavía está por ver si se empiezan a cobrar los rescates por irresponsabilidad.
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