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Marta San Miguel
Santander
Martes, 8 de marzo 2022, 14:52
Tras las primeras elecciones democráticas de 1979, tres mujeres entraron en el Parlamento de Cantabria como diputadas: Teresa Fernández, por Alianza Popular; y Rosa Inés García y María Ángeles Ruiz Tagle, por el PSOE. Esta mañana, las tres estaban de nuevo juntas, 43 años después, ... bajo la cúpula de cristal del antiguo hospital de San Rafael donde tiene su sede la cámara. También estaba Sofía Juaristi, la primera mujer que formó parte del Gobierno de Cantabria como consejera en 1995, y Celestina Sánchez, una de las dos primeras alcaldesas democráticas, al conseguir el bastón de mando de Val de San Vicente en aquel significativo año. ¿Qué ha pasado desde entonces, qué conquistas ha habido en materia de igualdad?
La respuesta esta mañana volvía a ser emocionante al recordar cómo era la sociedad que arrinconaba a las mujeres y cómo ellas se abrieron paso hasta normalizar su presencia en el ámbito político. Sin embargo, con esa estela combativa que atesoran en su biografía, ninguna ha cantado victoria esta mañana en el encuentro 'Cantabria en femenino', organizado por el Parlamento de Cantabria con motivo del 8M. «Recordar es avanzar», ha dicho la periodista Nekane Villasante, encargada de conducir el acto con preguntas que evocaban la memoria pero también la actitud contestataria de las asistentes, y ha extraído de las cinco mujeres deseos y anhelos, y sobre todo una conclusión: que la brecha salarial es una de las grandes batallas que tiene por delante el feminismo, y que la unidad entre las mujeres y la corresponsabilidad en la sociedad son claves para seguir avanzando hacia la igualdad.
«Estas cinco mujeres abrieron camino en una época que no era nada fácil», ha explicado la periodista de TVE, y las cinco mujeres así lo han constatado en primera persona. Por ejemplo, cuando Celestina Sánchez ganó las elecciones en la lista de UCD, el alcalde anterior «no entendía lo que había sucedido», tardó dos semanas en dejar el despacho y pretendía contestar a su nombre las cartas que recibía: «Fueron quince días uno poco tensos», ha dicho Sánchez sin disimular cierto eufemismo en ese adjetivo. En realidad, la entrada de las cinco mujeres en la política se movió entre la tensión y la extrañeza. María Ángeles Ruiz Tagle, por ejemplo, cuando cursaba primero de Medicina en la universidad de Sevilla, notó esa extrañeza: «De doscientos y pico alumnos, solo siete éramos chicas. Era un lugar que no nos correspondía, pero nunca me arrugué», afirma, ni en la universidad ni en su posterior vida política. Teresa Fernández tenía que aprobar los presupuestos regionales de 1983 en un debate que duró tres días y que casi le deja sin boda, si no hubiera sido porque el diputado socialista Jesús Cabezón, al tercer día, le dijo: «Tú te vas de aquí y te casas». A Rosa Inés García, incluso, su entrada en la esfera pública fue con apodo: «Me llamaban 'maestrilla'», decía esta mañana, por su formación en Magisterio. Daba clases particulares para sacar dinero y ayudar a sufragar la carrera de su hermano pequeño, mientras prendía en Santoña el movimiento sindical entre las mujeres conserveras, varios miles que cortaron el acceso al pueblo por el puente en protesta por sus condiciones laborales: «En realidad fueron ellas las que me levantaron a mí».
El Parlamento reúne a cinco mujeres pioneras de la política cántabra. Las primeras diputadas: Teresa Fernández, Rosa Inés García y María Ángeles Ruiz Tagle. Celestina Sánchez, alcaldesa en las primeras elecciones y Sofía Juaristi, primera mujer en el Gobierno #8M #DíadelaMujer pic.twitter.com/Ro9dHSU28j
Parlamento de Cantabria (@parlacan) March 8, 2022
En aquel ambiente político del mote y la extrañeza, ¿había capacidad para introducir mensajes que tenían que ver con la mujer? En los años 1984 y 1985, se habían hecho leyes como la Protección de las especies forestales, la ley de la bandera, la del Consejo de la Juventud o la ley de finanzas de la comunidad autónoma, ha enumerado Rosa Inés García, «pero no fue hasta el año 1997 cuando se hace una Ley de Igualdad para que la mujer pueda empezar a ejercer sus derechos y que se aprobó por consenso entre mujeres de cada grupo político». Por eso, ha dicho la socialista, «feminizar el poder real garantizaría un mundo mejor, las virtudes de las mujeres son auténticos valores que permiten mucho mejor el acuerdo y el diálogo y el consenso en las cosas importantes», un consenso, ha dicho, que ahora se está perdiendo en temas cruciales.
Esa divergencia en las prioridades de la agenda es lo que esta mañana las ha vuelto a unir, paradójicamente. «Era la única mujer en un consejo de Gobierno formado exclusivamente por hombres», ha dicho Sofía Juaristi, así como cuando era decana de la facultad de Económicas. «He tenido todos los problemas de conciliación, y cuando me casé, mi marido firmaba mis cuentas corrientes a pesar de que yo tenía mi puesto en la universidad. Creo en la evolución no en la radicalidad, creo en recorrer sucesivos peldaños en nuestro papel en la sociedad, creo en una tasa de crecimiento que en los últimos años ha tenido un crecimiento exponencial en materia de igualdad».
Pero, ¿qué no hemos conseguido, en qué hay que centrar la lucha? «Mi madre siempre me decía que una mujer, para ser independiente, tiene que ser económicamente autónoma, estudiar, tener un trabajo», ha recordado Rosa Inés García, para quien hoy la lucha debe dirigirse precisamente ahí, en «corregir o paliar la brecha salarial», que está en el 19% y en Cantabria en el 20,5%, «lo que significa es que, al año, una mujer gana 5.197 euros menos, y esto no puede ser». En los sueldos que pasan los 97.000 euros al año, hay un tercio de mujeres ocupando esos puestos, ha dicho, «pero aquellos puestos que dan poder real, los de 130.000 o 150.000 al año, cada 10 puestos hay dos mujeres, y esto hay que cambiarlo, hay que hacer una reflexión general porque siendo mayoría en la cualificación universitaria somos menos en los puestos de trabajo que de verdad tienen poder real y pueden cambiar las cosas», ha dicho la socialista. «Lo más importante ahora es acabar con la brecha salarial: la autonomía económica te hace libre, la autonomía personal te hace a ti misma».
Celestina Sánchez cree que hay que centrar la lucha «en la tolerancia, somos radicales en las posiciones. Las metas están ahí y es una cuestión de método cómo llegamos a esa meta», ha defendido. A su juicio, «estamos retrocediendo» en materia de Igualdad «porque está fallando la educación y es tremendamente triste». De «avanzar y consolidar» ha hablado por Ruiz Tagle: «El movimiento feminista tiene que trabajar en redes de mujeres para consensuar en qué tenemos que avanzar juntas», ha insistido, mientras que para Teresa Fernández también «falta tolerancia» en el debate: «Ahora hay más radicalidad en temas que hacen que muchos logros que habíamos conseguido no sigan avanzando, cuando lo que debemos hacer es dedicar más recursos a luchar contra la violencia y por fomentar la corresponsabilidad».
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