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Hay fichajes estrella. Se aumenta el presupuesto para intentar estar cada vez más arriba. Se piensa en estrategias para mejorar el resultado. Se espían. Se vigilan. Si uno se descuida, se lo 'birlan'. Si alguno anuncia que el suyo es el más grande, otro le desbanca. Uno, 400.000. Otro, más de un millón. El siguiente, más de tres. Suben la apuesta. Calientan motores. Rojo, naranja, verde... Como en la Fórmula Uno. Como luchar por la 'pole' para la carrera. Pero no. Es la competición de los ayuntamientos cántabros en las últimas semanas por ver quién tiene más grande la Navidad. Quién adorna más. Quién pone más luces. Quién organiza más cosas. «Quiero decirle al alcalde de Nueva York que se prepare porque va a ver el resplandor de las luces de Vigo». La frase es de Abel Caballero, el que puso de moda esta nueva competencia. El alcalde de Vigo. Pues desde Cartes le han dejado claro –la noticia ha salido hasta en Radio Taxi– que cuando en Vigo miren al cielo, verán su árbol de Navidad de 65 metros pegado al precioso Torreón del pueblo. Así andan las cosas.
A Caballero le preguntaron antes de las Navidades del año pasado si sabía cuánto dinero dejaba en la ciudad gallega la cegadora iluminación. El impacto económico. Puede que, mareado por los millones de luces –este año son once en 450 calles–, calculó que en Vigo se moverían esos días 750 millones de euros. El objetivo –más allá del toque megalómano de 'viva mi pueblo', que algo hay también– es justo eso. Llenar hoteles, servir menús, ver bolsas de compras por la calle, vender roscos, entradas de las atracciones locales, adornos, gasolina para llenar los depósitos... También salir en las historias de las cuentas de Instagram, en los vídeos de TikTok... Volverse viral en las redes y tener, claro, presencia en los medios. Marca, que dicen los expertos.
Puede que no sea casualidad que al propio Caballero le invitaran hace años a pasar por Cartes. En el municipio cántabro este año se lo tomaron en serio. Ojo, su idea inicial era un árbol muy grande, pero no tanto. Cuando vieron que otros les ganaban en altura (Granada tendrá uno de 57 metros), lo elevaron veinte centímetros. El más alto de España –y dejan caer que hasta de Europa–. Toma ya.
Lo encenderán el martes, pero la estructura se ve desde los pueblos de alrededor hace días. De hecho, no hay un edificio en toda Cantabria que sea más grande que el árbol. Y frases similares han salido en noticias de medios por todo el país. El primer objetivo ya está hecho (ahora, que vaya la gente).
Lo de los fichajes del primer párrafo no es broma. En Castro Urdiales han adjudicado a la empresa cordobesa Iluminaciones Ximénez el alumbrado navideño de la villa –el encendido será también el martes–. Arcos de fantasía, hilos luminosos... Pues bien, es la misma compañía que trabaja para el montaje de Vigo.
Pero para fichajes, Los Corrales de Buelna. Si algo ha dado que hablar en Cantabria en cuanto a iluminación navideña en los últimos años es la Casa de Parbayón –con polémica judicial de por medio porque se llegó a decir que debía regirse por la Ley de Espectáculos de Cantabria–. Al final, resuelto el lío, Francisco Cano, el propietario, volverá a decorar su vivienda y su jardín en el municipio de Piélagos. Pero además, junto a su socio, Pablo Turanzas, han diseñado un espectáculo, 'Navidad a Tiempo', que será el plato fuerte de la agenda de Los Corrales.
Ojo con Torrelavega en esta carrera. Ya hace años acapararon titulares por los 80.000 euros de una bola gigante de Navidad. Allí van con todo y se presentan con la intención de ser la «capital de la Navidad en Cantabria». Mercado en la Avenida de España, las figuras de 'Los niños construyen la Navidad', el Parque Mágico del Manuel Barquín... Y un plan: adelantaron el encendido navideño para coincidir con el 'Black Friday' y acaparar protagonismo
Ponerse en cabeza por anticipación. Pura estrategia.
Lo que no tendrán este año en la capital del Besaya será 'La Fábrica Mágica de la Navidad'. Los dos edificios que acogieron el espectáculo, La Lechera y La Llama, están en obras y se lo han llevado a un edificio de Solares (en el municipio de Medio Cudeyo). Venden entradas como churros.
Y más candidatos para la 'pole' en esta carrera. Santillana batió récord de asistencia de visitantes el pasado año (recibieron a más de 90.000 personas). Pero quieren más. De 120.000 bombillas a 400.000. Aunque, por tamaño, no llegan al millón que han instalado en Camargo (con 5.000 metros de guirnaldas), que también renueva su oferta para estas fiestas.
En el repaso de los participantes queda, claro, la capital (entre otros, porque en todos los ayuntamientos de la comunidad tienen su programación). El viernes, Santander exhibió músculo con su fiesta para el encendido. Son 3,2 millones de luces led. Figuras 3D, un árbol gigante en la Plaza del Ayuntamiento, la pista de hielo, las atracciones infantiles en la Porticada y en Alfonso XIII, el mercadillo en Pombo...
Es sólo el principio porque en España la Navidad tiene, de alguna manera, dos fases. En esta, la primera, con luces, árboles y Belenes (que esa es la competición tradicional aquí, la de toda la vida). Con adornos urbanos. Pero, pasado fin de año, llegan las cabalgatas de Reyes.
«Loca carrera», «oda al exceso»... Hasta «guerra política» de luces. Así han titulado reportajes por todos los rincones estos días. Y de eso hay mucho. De empacho. Seguro. Lo que quieran –contestará alguno–, pero en Cartes tienen el árbol más grande.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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