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Prácticamente desde el mismo momento en que escapó de la vivienda donde llevaba toda la noche intercambiando fuego con la Guardia Civil tuvo claro que su aventura no llegaría muy lejos y que la única opción que tenía, tarde o temprano, era la de entregarse. ... Es lo que asegura a través de su abogado Luciano José Simón, de 58 años, el protagonista del episodio vivido la pasada semana en Turieno (Camaleño). En su declaración en el cuartel de San Vicente de la Barquera del 19 de julio, antes de que la jueza de esta misma localidad decretara para él prisión comunicada sin fianza, también afirmó que «en ningún momento» tuvo la intención de escapar.
En opinión de Borja Sánchez -el letrado del turno de oficio que desde el primer momento se hizo cargo de su defensa- esto choca, por lo menos en parte, con la versión que hasta ahora han ofrecido las autoridades. No hay ninguna duda de que fue detenido por una unidad del Grupo de Acción Rápida de la Benemérita con base en Logroño la madrugada del jueves a las 00.35 horas en las inmediaciones de la vivienda. Eso es un hecho. Pero Luciano sostiene que no cayó en la trampa que le tendieron los agentes, sino que fue él quien, plenamente consciente, fue allí para que le pusieran las esposas.
Tanto la Delegación del Gobierno como la Guardia Civil defienden lo contrario, que el plan ideado de despejar al máximo posible el entorno de la casa de Turieno para que el fugitivo confiara en que la zona estaba despejada y volviera funcionó. Desde el principio han apuntado que como Luciano estaba siguiendo cada uno de los pasos de los agentes desde cerca de un kilómetro de la distancia, camuflado entre los árboles, observó que las patrullas se habían ido y regresó en busca de dinero, alimentos y ropa para continuar con su evasión.
LAS CLAVES
Y, a tenor de las conversaciones entre abogado y cliente, sí que observaba todo. Por eso mismo, «y por sentido común, porque es lo que pensaría cualquiera en esa situación», estaba seguro de que la vivienda continuaba bajo la lupa de los agentes. En este sentido, Sánchez considera que este matiz no sólo cambia el desenlace de la historia, sino que puede ser importante para la correcta defensa de Luciano, ya que demostraría su disposición a poner fin cuanto antes al episodio. En un futuro juicio, esta circunstancia podría ser considerada como atenuante. Lo mismo que su actitud colaborativa a la hora de narrar los hechos en la casa cuartel de San Vicente o durante la reconstrucción de los hechos sobre el terreno durante la tarde del jueves, primero en el monte y después en la vivienda.
Antes de entrar en prisión la noche del viernes, Luciano estuvo casi 48 horas detenido a la espera de pasar a disposición judicial. En ese tiempo, la Policía Judicial de la Guardia Civil elaboró un atestado formado por unos 60 folios en el que se recogía tanto las explicaciones del detenido y de los agentes que participaron en su captura como el resultado de la visita posterior a Turieno para recrear el suceso. Sí habló ante los agentes en el cuartel, pero no ante la jueza por consejo de su defensa. El colegiado prefirió esperar a una próxima ocasión porque no había tenido «tiempo suficiente» para analizar toda la información.
El abogado confirma que en ese atestado todavía no hay una evaluación médica o psiquiátrica y tampoco ningún tipo de análisis forense sobre el estado en el que se encontraba su cliente en el momento que protagonizó los hechos -la Guardia Civil señaló que, por su manera de actuar y su violencia, podría estar bajo los efectos de alguna sustancia estupefaciente-. No es descartable que la defensa solicite esos informes, pero «probablemente» será ya otro letrado. Porque Luciano ha manifestado su intención de renunciar al que le asignaron de oficio para contratar los servicios de otro de confianza.
Será este nuevo abogado el que tenga que elaborar su estrategia de defensa. La jueza de San Vicente todavía no ha hecho público su auto de entrada en prisión, por lo que aún no se conocen los delitos concretos que se le imputan. Seguro, están incluidos los de atentado contra agentes de la autoridad, lesiones y daños.
Mientras tanto, continúan sobre el terreno los trabajos de búsqueda en el monte cercano a Turieno en el que tiró el arma con el que disparó a los agentes e hirió en el pie a uno de ellos. Según Luciano, en ningún momento supuso ningún peligro porque se deshizo de la escopeta nada más huir de su casa.
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