Secciones
Servicios
Destacamos
Una de las cosas que llama la atención de la tabla que acompaña este texto es que en 2024 no aparece ninguna ruta que no estuviera en 2023. Ninguna novedad. Ningún nuevo destino. Al contrario. Ciudades a las que viajaban dos compañías –Sevilla o Barcelona– ... se quedaron sólo en una. Aeropuertos a los que se volaba todo el año –Venecia, Manchester, Bucarest...– dejaron de recibir aviones desde el Seve durante el invierno. Y las dos rutas básicas –Madrid y Barcelona– siguieron sin levantar cabeza. Eso, entre otras cosas, explica la caída de viajeros. Mientras la media de pasajeros en las terminales de Aena ha crecido, aquí se ha esfumado casi un 12%. En total, desfilaron por el Seve 1.095.308 usuarios. Tras dos records –2019 y 2023– y una gráfica siempre hacia arriba desde 2018 –dejando de lado los años afectados por el covid–, 2024 ha supuesto un frenazo. Un retroceso. ¿Hay menos ganas de volar? Ni mucho menos. Las ocupaciones en los aviones, en general, han sido mejores. ¿Por dónde se han perdido esos viajeros? El avance en el descalabro de la oferta a Madrid, el deterioro de la de Barcelona y los recortes en días de operación o unos horarios poco apetecibles en numerosas rutas explican lo sucedido.
Hay un dato en la ruta a Madrid que destacan desde la Asociación de Amigos de Parayas que es demoledor. Entre Cantabria y la capital se llegaron a mover vía aérea 371.276 personas. Fue en 2009. La ruta la operaba Ryanair, además de Iberia (o, en su nombre, Air Nostrum). Los irlandeses hace mucho que abandonaron ese viaje. Y no es fácil conseguir que otra compañía quiera meterse –el Ejecutivo se lo ha ofrecido a todo el mundo–. Pero más allá de eso, tras la pandemia, la oferta no ha sido la misma. Cae y cae. El global Iberia-Air Nostrum de 2024 ha tenido 238 operaciones menos y con aviones más pequeños –los de Iberia han desaparecido de la programación–. Su balance, que incluye varias multas por incumplimientos en las condiciones de los contratos de promoción, se ha quedado en poco más de 183.000 pasajeros. Eso, y la sensación generalizada de que muchos días es mejor irse hasta Bilbao a coger el avión. ¿Mejoras para este año? El nuevo contrato recién adjudicado incluye una salida más entre semana a primera hora. Echando números con lo que ahora está a la venta, los Amigos de Parayas estiman que entre enero y octubre habrá unas 58 operaciones más. El propio Gobierno reconoce que la comunicación aérea con la capital es pobre y sigue buscando empresas que quieran cubrir la ruta (en Fitur, seguro, lo intentarán de nuevo).
La caída de Madrid no es nueva. En 2023 –año de récord– se perdieron 51.000 usuarios respecto a 2019. De hecho, el balance exitoso del Seve a final de año se logró entonces porque el amplio ramillete de destinos y un puñado de nuevas propuestas (Alicante, Birmingham, París, Manchester, Granada, Vigo, Viena, Jerez o Murcia no estaban antes de la pandemia) compensaron concreces los disgustos que da la capital de España. Pero el año pasado no ha habido ni una nueva ruta (se anunció Oporto, pero no llegó a operarse) y han proliferado los recortes. Aquí toca hablar de Ryanair. Retiró de su oferta los vuelos a Barcelona (26.421 pasajeros menos) y, más tarde, también los de Sevilla (14.536). Además, durante el invierno han desaparecido los viajes a Venecia, Manchester y Birmingham. Pero no sólo eso. Los recortes en frecuencias dejan datos duros en rutas clásicas de mucho movimiento. El caso de Valencia es muy llamativo: casi 16.000 pasajeros menos. Pero también los de Roma (8.745), Bruselas (7.357) o Londres (6.712).
Es volar menos o volar peor. En días de operación poco cómodos o en horarios que no invitan. Eso también influye. En Viena o París, con más viajes ha habido menos viajeros. Desde Amigos de Parayas ponen un ejemplo claro. La capital austríaca. «Con sus cambios de días y horas ha pasado de ser la sexta mejor ruta con un 87% de ocupación en 2023 a
la posición 15 con un 79%». Y añaden otro caso ya con vistas a 2025. «Roma, nuestra mejor ruta internacional que se opera desde hace más de veinte años. El tradicional '4x' (cuatro salidas a la semana de lunes, miércoles, viernes y domingo) que tuvimos durante años –explican desde este colectivo–, se convierte en la próxima temporada de verano en martes, miércoles, jueves y sábado. Además, las cuatro salidas de Roma son entre las 05.55 y 06.05 horas de la mañana. Te puede tocar alguna, pero no deberían ser todas y seguro que la ruta lo sufrirá». Muy llamativo.
Entre una cosa y otra, casi 100.000 pasajeros menos en la aerolínea irlandesa. ¿Mejoras previstas en el caso de Ryanair? Por ahora, no parece. De hecho, en lo que queda de invierno se perderá en la comparación con el año pasado por las rutas que se han convertido en estacionales, y ya han confirmado un recorte del 5% para el verano (que se traduce en la retirada de los vuelos a Alicante).
Ojo, no sólo Ryanair recorta y pierde. Wizz Air operó Bucarest sólo en verano. Aunque se anunció en el Parlamento que seguiría durante el invierno, nada. Conclusión: una resta anual de 11.889 usuarios (y para este verano ni siquiera hay billetes a la venta). Iberia junto a Air Nostrum pierde, Ryanair pierde, Wizz Air pierde... Lo mismo que Vueling y Volotea. Menos vuelos, menos viajeros (en las rutas de Ibiza y Menorca se esperan mejoras con los nuevos contratos). Sólo Binter tiene flechas verdes junto a sus números. La única buena noticia del año pasado, «aunque sus 43.000 pasajeros son aproximadamente –matizan desde la Asociación Amigos de Parayas– el 50% del tráfico que tuvimos algún año con las Islas».
Siempre a la sombra de la conexión con Madrid –que es la más importante por volumen, por importancia en el ámbito laboral y porque muchos viajan allí para enlazar con otro vuelo–, la de Barcelona pasa a veces desapercibida en los análisis. Un error. Tanto, que en 2024 dejó un impacto negativo de cerca de 30.000 viajeros. Otra vía de agua en el balance anual. Es evidente (ya se ha dicho) que la retirada de los vuelos de Ryanair a la ciudad catalana hizo daño. Pero Vueling, ya sin la competencia de la irlandesa (durante años ambas compañías pelearon hasta con horarios incomprensibles para fastidiarse la una a la otra), también empeoró sus números.
La compañía pierde en Barcelona y también en Palma, ambas con menos operaciones. El caso mallorquín es otro de los que escuece. Respecto a 2022, la conexión (entonces también había vuelos de Ryanair) ha perdido la mitad de sus viajeros (de 48.000 a poco más de 24.000).
La firma de un nuevo contrato de promoción para la ruta de Barcelona también incluye mejoras. Más sustanciales, de hecho, que las previstas con Madrid. Debería notarse.
Queda en el repaso un último punto. Difícil de captar viendo los números, pero evidente si uno visita a menudo la terminal. La competencia de otros aeropuertos, que se traduce en una reducción de los que venían de otras comunidades a coger el avión aquí. Pasa con los asturianos. El pasado verano su aeropuerto batió récord de destinos internacionales. Más que nunca. O sea, que vienen menos. Y lo mismo pasa con los vascos. Bilbao es otra liga, está claro. Pero antes muchos vascos volaban a destinos a los que sólo podían llegar directamente desde Cantabria. Cada vez pasa menos.
Los vuelos que Ryanair retiró para la temporada de invierno y que sí estaban hace un año (Manchester, Birmingham, Venecia y Sevilla), la cancelación ya confirmada de Ryanair de los viajes a Alicante en verano y la más que probable de Murcia (Volotea) y Bucarest (Wizz Air), que deberían estar a la venta y no lo están. De confirmarse todo eso, las cuentas del Seve Ballesteros para 2025 empiezan con un saldo negativo de cerca de 81.000 pasajeros. Las mejoras anunciadas en Madrid, Barcelona, Ibiza o Menorca mejorarán algo los números de las rutas, pero se quedarían, en principio, muy lejos de compensar el resto de pérdidas. Los números de un aeropuerto –salvo que se anuncien novedades– son muy predecibles. Por eso, a la vista de lo que hay ahora (ojo, que todo puede cambiar), desde Amigos de Parayas hacen una predicción para este año: «Hoy en día, un empate con 2024 sería una victoria».
Por eso, a la espera de novedades –Fitur está a la vuelta de la esquina y allí suelen anunciar cosas–, desde este colectivo apuestan por una 'receta' centrada en mejorar 'lo de casa'. Por supuesto, Madrid y Barcelona, «muy por debajo de su capacidad». Pero también pujar fuerte por las conexiones con las Canarias y las Baleares, «infraprogramadas». «Otras rutas nacionales como Sevilla, Málaga o Valencia –prosiguen– ya han demostrado tener más potencial del programado actualmente».
Y, a falta de nuevos destinos internacionales, «cuidar» los clásicos que hay en el Seve. Roma, Londres, Bruselas, Dublín, Milán o Edimburgo. «Esto implica dimensionar bien las frecuencias y tener en consideración los horarios». Que los días de las salidas permitan viajes coherentes con una escapada o que los horarios de los vuelos no obliguen a llegar a un aeropuerto del norte de Europa a las once de la noche o a estar en uno de Italia a las cuatro de la mañana para embarcar. Eso resta mucho.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.