Madrid, Iberia y una relación «difícil» con el Gobierno de Cantabria

Pero, ¿de dónde sale ese tono de reproche hacia la compañía? No hay que retrocederse demasiado en el tiempo para tener una primera respuesta a la pregunta. El Gobierno paga por la promoción de Cantabria en la ruta a la capital española, pero en los pliegos se especifican los mínimos que debe cumplir la compañía en cuanto a las frecuencias de vuelos, que se han incumplido, lo que ha generado sanciones que alcanzan ya una suma de 200.000 euros. El caso es que en enero de 2025 tocaba prorrogar. Pero no. El Ejecutivo ha decidido sacar a licitación un nuevo contrato. Y aunque todo apunta a que Iberia se volverá a llevar la contrata, el Ejecutivo incluirá por escrito que la salida de los martes sea a primera hora, es decir, entre las 06.30 y las 08.00 horas. Un hecho que permitirá tener «al menos cuatro días a la semana» con trayectos a primera hora, algo que no se estaba dando, y que también llevará consigo un mayor aumento en acciones publicitarias, lo que supondrá un incremento del contrato.

Las cifras dejan en mal lugar a la compañía: la ruta del aeropuerto cántabro con Madrid perdió el año pasado -en el que se batió el récord del aeropuerto- casi 51.000 pasajeros respecto a 2019. A lo largo de 2023, según datos de Turismo, Iberia incumplió el convenio firmado con Cantur 88 días porque no llegó a las tres frecuencias diarias obligatorias. Casi una cuarta parte del año, lo que supuso que se pusieran en marcha cuatro expedientes sancionadores.

Desde el año 2019, la operadora española asumía los vuelos de la ruta a Madrid tras el adiós de Air Nostrum y en ese momento dejó de tener su base en Santander y puso fin a una relación con la capital cántabra de más de veinte años de historia. Iberia decidió dar un cambio y revitalizar la ruta con aviones más grandes y ajustar los horarios para facilitar los enlaces con otros vuelos en Madrid, pero la subida paulatina de los precios acabó en una disminución de viajeros en la ruta con la capital madrileña. La aparición de la pandemia y la apuesta de que los aviones no durmieran en el Seve Ballesteros golpeó de lleno y lastró la recuperación del aeropuerto, que veía como su conexión más importante, no volvía a tener el peso suficiente y el apoyo por parte de la operadora.

Ante este panorama, Iberia durante el 2022 optó porque Air Nostrum operará los vuelos hacia Madrid, lo que suponía una reducción de las plazas disponibles para los usuarios, al ser aviones más pequeños.

No es la primera vez que Iberia cancela una ruta con el aeropuerto cántabro y usa el aparato en otro trayecto. A finales de 2021 y en un lapso de diez días canceló en dos ocasiones la conexión entre Madrid y Santander para que esos aviones cubrieran el trayecto con Vigo y Roma, respectivamente. También volvió a suceder al año siguiente con una cancelación en la que la operadora Air Nostrum dio prioridad a un trayecto con Almería. Una situación que llevó al entonces consejero de Industria, Turismo, Innovación, Transporte y Comercio, López Marcano a mostrar su «profundo malestar» por las cancelaciones de vuelos y pidió a la compañía que pusiera una solución «para que Cantabria no fuese siempre la perjudicada». La relación entre el Ejecutivo regional y la compañía muestra tiranteces como reflejó Cubero en su carta: «Esta situación perjudica no solo a nuestras relaciones sino a la imagen que Cantabria tiene de la compañía».