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La Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC) sufrió una fuerte crisis interna a finales del año pasado que desembocó en la dimisión de Javier Bedia como presidente tras menos de un año en el cargo. Su decisión de cesar a la directora Bárbara Gutiérrez ... sin contar con la junta directiva fue el detonante de un mes de noviembre muy convulso en Las Carolinas. Solo cinco días después de la salida de Bedia, María Ángeles Pérez, directora del Balneario de Puente Viesgo, tomó el relevo al frente de una agrupación que cuenta con más de 2.000 socios en la región.
–¿En qué se equivocó Javier Bedia?
–Tomó una decisión que a la junta directiva no nos pareció bien, él reconoció que a lo mejor se había equivocado y dimitió.
–¿El problema fue el cese de la directora o la forma de comunicarlo?
–De la forma de no comunicarlo. Tomó esa decisión unilateralmente sin la junta. Le preguntamos por qué lo había hecho sin contar con nosotros y, al darse cuenta de que, quizás, se había excedido, decidió dimitir. Nadie le obligó a hacerlo. Fue una salida voluntaria.
–¿Qué razones dio para haber cesado a la directora?
–Ninguna. Se lo preguntamos, pero no nos dijo nada. Intentamos que nos lo explicara, pero no lo conseguimos. Yo sigo sin saber el motivo. A día de hoy no sé por qué decidió cesarla.
–¿Hay muchas injerencias externas en la gestión interna de la asociación?
–No, para nada.
–Pero muchos miembros de la junta se quejaron de que Miguel Mirones estuviera en aquella junta en la que explotó todo sin ser miembro de ella.
–Fue la primera vez que estaba en una. Nos dijo que Javier Bedia le había llamado para participar. Nos llamó la atención porque nunca nadie ajeno a la junta había venido a las reuniones.
–¿Y qué explicación dio Bedia a su presencia allí?
–Mirones no podía ni votar ni hacer nada en esa junta, le invitó solo como expresidente. Pero no puedo dar las razones de su presencia porque no las sé. Los motivos de los demás para hacer las cosas yo no los conozco. Solo nos dijo que era su amigo y que le había pedido, por favor, que viniese a esa junta en concreto.
–El año pasado se encargó una auditoría interna de la agrupación. ¿Qué conclusiones ha reflejado?
–Esa información debe quedar internamente en la asociación.
–¿Tienen algo que ver los resultados de esa auditoría con la crisis del año pasado? ¿Se basó en ella Javier Bedia para cesar a la directora?
–La auditoría solo habla de las cuentas, no tiene nada que ver con aquello.
–¿Tiene problemas económicos la Asociación?
–A día de hoy no. Ni deuda tampoco.
–¿Y problemas de gestión? Se habló de subvenciones a devolver y facturas sin pagar.
–Eso es mentira. Facturas sin pagar no se ha quedado ninguna. Y solo queda una subvención a devolver porque no se cumplieron los requisitos. Es de hace muchos años, de 2013.
–¿De cuanto dinero?
–54.000 euros.
–¿Habrá elecciones en 2024?
–Sí, pero aún no se ha decidido la fecha exacta.
–¿Se presentará como candidata a la Presidencia?
–No.
–¿Cuáles son los principales problemas de la hostelería de Cantabria en este 2024?
–Hay dos principales. Uno de ellos es el personal. No hay gente cualificada y tenemos muchos problemas para conseguir personal. Desde la Asociación intentaremos hacer cursos de preparación y convencer a la gente de que venga a la hostelería a trabajar. Somos un gremio con un trabajo bien remunerado. Es un buen sector en el que trabajar.
–¿Esa falta de personal puede deberse a las malas condiciones laborales que se ofrecen?
–No existen esas malas condiciones laborales en hostelería. Este gremio tiene un convenio que cumple el 95% de las empresas. Y ese 5% que no lo hace es el que más ruido mete, porque si no, no entiendo que exista esa opinión pública sobre este tema. Hay unos organismos, la Inspección de trabajo y la de sanidad, que deben hacer cumplir las condiciones.
–Pero existen muchos anuncios de hosteleros que ofrecen trabajo de muchas horas y poco salario.
–No sé dónde ha visto eso, pero no es así. Estamos con un convenio y los convenios se cumplen. Hay salarios pactados. Eso es así.
–¿Y esa falta de personal cualificado es un problema puntual de ahora o se arrastra desde hace años?
–Siempre ha habido problema, pero se está acentuando mucho ahora. Y, desde luego, la opinión pública no ayuda. Nos están diciendo que no es un trabajo bien remunerado cuando no es cierto, la gente empieza a trabajar y está contenta. No puedo hablar de otras comunidades, solo puedo hacerlo de Cantabria y aquí somos cumplidores. Y desde luego en las plantillas de la Asociación no hay ese sentimiento.
–Mencionó antes un segundo problema urgente para la hostelería de Cantabria.
–Sí, los pisos turísticos. El Gobierno de Cantabria se ha comprometido a regularlo, aunque luego cada Ayuntamiento deberá hacer lo propio en su municipio. Espero que lo tengamos en 2024, sería un problema gordo tener que volver a pasar un año como el pasado. Se produjo un 'boom' en Cantabria. Toda la vida han existido pisos para alquilar y no ha habido ningún problema. La hostelería ha podido convivir con ellos sin problemas. Lo que pasa es que en otras comunidades y países se ha fomentado mucho y aquí ha explotado el año pasado. Y si no se regula seguirá creciendo a marchas forzadas.
–Pero aquí en Cantabria sí se llegó a regular. El anterior Gobierno aprobó un decreto específico. ¿En qué falló?
–Tiene medidas bastante laxas y no recoge al 100% toda la regulación. Con solo una declaración responsable ya puedes empezar a funcionar como piso turístico.
–¿Lo que realmente faltan son inspectores para controlar los pisos ilegales?
–No lo sé.
–¿Está colaborando la Asociación en la redacción del nuevo decreto?
–Sí.
–¿Y qué novedades va a recoger? ¿Qué diferencias habrá con el anterior?
–No lo sé, se está trabajando en ello. Van a contar con nosotros para hacerlo y no le puedo decir ahora mismo qué va a recoger.
–Pero tendrán una lista de propuestas y medidas que consideran importantes para atajar este problema…
–Pues que los propietarios de pisos turísticos tengan que cumplir, como mínimo, con las mismas obligaciones que los hosteleros. Y también tendrán mucho que decir las comunidades de vecinos, habrá que contar con ellas, ya que por ley pueden prohibir la actividad comercial en sus edificios. Ha habido dos sentencias ya fuera de Cantabria.
–¿Les han dado fechas aproximadas de cuando se aprobará la regulación? En la primera reunión de la consejera de Turismo con los hosteleros, nada más llegar al Gobierno, dijo que el decreto estaría listo para el próximo verano.
–Eso nos han prometido. Lo intentaremos si puede ser. Ojalá.
–El año pasado también hubo muchas quejas por la excesiva ocupación con terrazas de la vía pública, sobre todo en Santander. ¿Tiene demasiada manga ancha el Ayuntamiento con los bares?
–No. Se hicieron nuevas terrazas con el tema del covid y sé que ahora hay que volver a lo anterior. Es decir, hay que quitarlas. Están retirando todas las que invadían la carretera. Y ahora se va a volver a la regulación anterior al covid. El Ayuntamiento de Santander nos ayudó en aquella época para pasar esos días tan precarios, para intentar mitigarlo, y ahora sé que quiere volver a como estaba antes.
–¿Cómo valora la restricción horaria que impuso el Ayuntamiento de Torrelavega a los locales nocturnos?
–Esa limitación acabó el pasado 4 de enero sin posibilidad de que se vuelva a pedir otra prórroga, por lo cual los locales de hostelería de Torrelavega ya han vuelto a su horario normal.
–¿Era una mala medida?
–Sí.
–Se llegó a pensar, incluso, en adaptarla en Santander como solución para el histórico problema del ruido nocturno en Cañadío.
–La solución no va por ahí, habrá que buscar otras medidas, pero esa no lo es. En Torrelavega había problemas con dos locales y han tenido que pagar la culpa todos los demás.
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