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«La experiencia ha sido muy mala. Ha sido un caos y la atención a los pasajeros ha sido cero». Así resume Óscar, un cántabro que viajó con su familia el pasado fin de semana a Dublín, las últimas horas en la capital irlandesa, donde ... la ola de frío y el temporal que azota las Islas Británicas obligó a dejar en tierra varios vuelos y cerrar multitud de vías de comunicación.
Los problemas llegaron el mismo lunes, cuando solo quedaban tres horas para coger el vuelo de regreso a Santander tras cinco días de turismo en Dublín. Ryanair decidió que no despegara el vuelo FR5171, con salida a las 18.55 horas y llegada a Cantabria a las 21.55 horas, y mandó un mensaje a los pasajeros alegando «motivos comerciales». En ningún momento aludió a la climatología. «El tiempo no era tan malo como para cancelarlo. Hacía frío, habían caído cuatro copos y algo de niebla, pero cualquier día en Santander hace peor», se queja Óscar, para quien en ese momento comenzaba una odisea para volver a casa.
Como ellos, miles de viajeros quedaron atrapados en los aeropuertos de Reino Unido e Irlanda. Más de cincuenta operaciones se anularon el domingo en el aeropuerto de Heathrow, el mayor de Gran Bretaña, por la niebla. También se produjeron decenas de cancelaciones en Gatwick y Stansted, según la BBC. Esta última terminal, al norte de Londres, cerró el domingo sus pistas para recoger la nieve de las instalaciones, que se había acumulado hasta alcanzar los quince centímetros. Las líneas del metro y ferrocarril también se enfrentaron a importantes retrasos.
Nada más recibir el mensaje de Ryanair, el lunes por la tarde, Óscar buscó en internet un vuelo de regreso urgente a Santander, ya que tanto él como su esposa tenían que volver a trabajar al día siguiente. Encontraron uno para hoy, martes, a primera hora de la mañana a Barcelona. Mientras tanto, en el aeropuerto se formaba un «lío tremendo». «Había colas de cinco horas solo para que alguien te atendiera. La gente esperaba tirada por los suelos y se pasaban botellas de agua entre ellos. La gran mayoría afectados por Ryanair», describe Óscar, que junto a su familia tuvo que buscar un hotel para quedarse una noche extra allí hasta que saliera el vuelo del día siguiente.
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Ya en Barcelona tuvieron que buscarse la vida para comprar otros billetes a Santander aunque, eso sí, ni él ni su pareja llegaron a tiempo para reincorporarse a sus trabajos. Y aunque Ryanair cubrió el coste del avión entre Dublín y Barcelona, ahora Óscar intentará que le paguen también la noche de hotel, el segundo vuelo a Santander y la indemnización de 400 euros por persona que recoge la normativa europea para casos de afectados que superen los 1.500 euros.
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