Mañanes inicia el desbloqueo para el cambio de uso del Banco de España

Se desbloquea, pues, una situación que estaba enquistada e impedía avanzar en el proyecto con la rapidez que el Ayuntamiento de Santander hubiera querido y que ha demandado insistentemente. Gema Igual se ha pasado el último año entero urgiendo que se diera este paso, pero ayer tras reunirse con el consejero de Cultura declaró que ahora queda «otro largo trámite» por delante. A partir de ahora, «habrá que hablar con Sota» (por el consejero de Economía, Juan José Sota) «quien también tiene que firmar la resolución» para cambiar la función del inmueble. «Después debe firmar el acta de desafectación el jefe del servicio de Patrimonio regional, luego vuelve a secretaría general de Educación y se vuelve a firmar, luego falta un informe jurídico y finalmente pasa al Consejo de Gobierno», relata la alcaldesa. Tras toda esta gestión, «Cantabria se lo remite al Estado». Por este motivo, Gema Igual dijo que se ha «empezado un paso de muchos que quedan».

Para la regidora, que Mañanes haya firmado hace dos días el acta «no es la urgencia que nos hubiese gustado. Los tiempos no son igualmente urgentes para nosotros que para el Gobierno. Nos parece tarde». Sin embargo, agregó que pedirá una entrevista con el consejero de Economía al objeto de conseguir que los papeles no se queden sine die sobre las mesas de los despachos.

Este es el sino de este proyecto desde que empezó a rodar oficialmente en el año 2014: es un ambicioso proyecto para exponer en Santander los fondos del Archivo Lafuente bajo la etiqueta del Reina Sofía, pero ha provocado decenas de reuniones, de negociaciones y conversaciones sin acabar de concretarse. De hecho, todos los actores políticos han cambiado desde que se diseñó y solo siguen al frente quienes representan el núcleo del plan: el empresario José María Lafuente (que cede una colección de 120.000 documentos relacionados con las vanguardias artísticas y 3.000 obras de arte) y el director del museo nacional, Manuel Borja-Villel.

Cuando en octubre de 2014 se dio «el paso decisivo» (así lo calificaron las instituciones) el popular Ignacio Diego era presidente de Cantabria, Íñigo de la Serna era alcalde de Santander (hoy es ministro de Fomento) y el santanderino José María Lassalle era secretario de Estado de Cultura del Ministerio (hoy ocupa este cargo Fernando Benzo).

El proyecto, además, ha sido objeto continuo de polémica entre el Consistorio y el Gobierno regional por el empeño del primero en concretar actuaciones y la tibieza del segundo en responder y actuar a lo largo de los años 2016 y 2017. Finalmente, en junio del año pasado, el Ayuntamiento de Santander y el Gobierno central acordaron ir de la mano en el proyecto, dejando de lado a la Administración regional, que había puesto pegas de tipo financiero al plan, y será el Consistorio el que corra con la inversión. En ciertos círculos de los partidos que sostienen al Gobierno, ni siquiera se ve con buenos ojos la idea.

Pero Estado y Ayuntamiento necesitan la colaboración del Gobierno cántabro para toda la tramitación, que ahora ha empezado a desbloquearse.