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Judith Pérez (Santander, 1971) reprende a los compañeros que la felicitan por su valentía al intentar pelear la Secretaría General del PSOE de Cantabria al actual líder, Pablo Zuloaga, que ha declinado ser entrevistado por este periódico. «Es un derecho, casi una obligación por el ... bien del partido, hacer algo cuando se cree que las cosas van mal», les responde la exportavoz municipal de la capital. Hasta la cita con las urnas del domingo recorrerá las agrupaciones con ese mensaje, a sabiendas de que se enfrenta a una pelea desigual.
-Más participación de la militancia, perfil propio frente al PRC, crítica a la pérdida de poder institucional... Muchas de las cosas que echa en cara a su rival son las que enarboló Zuloaga en 2017. ¿Qué ha ocurrido en el PSOE en estos cuatro años?
-Nos encontramos con un mandato fallido. Todas aquellas cuestiones que Zuloaga planteó hace cuatro años son los mismos problemas que ahora tiene el partido: falta de activación de la militancia, falta de presencia institucional, falta de coordinación interna y un partido desdibujado. De hecho, estamos en mucha peor situación que entonces.
-La dirección afirma que hay más unidad que nunca.
-Cualquier socialista busca la unidad, pero no se puede conseguir con la imposición, sino que hay que conseguirla con el convencimiento. Con debate, con diálogo, con propuesta. Esa es la unidad que yo quiero y que hoy no existe. Hay una unidad impuesta por el secretario general.
-¿Por qué dice que Zuloaga «impone» la unidad?
-Lo que se ha hecho es presentar como una victoria tener determinados apoyos y ya está. La unidad no es de los dirigentes, debe venir desde abajo. A eso aspiro yo. A acabar con las fricciones en las agrupaciones y las venganzas inútiles que nos han desangrado y que nos han llevado a estar absolutamente debilitados. Y sin discurso propio.
-Como principales méritos, Zuloaga afirma que el partido ha ganado militantes, diputados y alcaldías.
-Lo de los militantes no es así. De congreso a congreso se han perdido cerca de 200 militantes. Ahí está el dato real. ¿Los diputados? Las elecciones de 2019 se produjeron en un mejor momento para el PSOE en toda España que las de 2015, pero el resultado en Cantabria fue de los peores del partido a nivel nacional. En cualquier caso, tener más diputados no ha llevado a una mayor presencia institucional. Hemos perdido áreas estratégicas y una consejería tan importante como Educación o un senador autonómico que hemos dado al PRC. Hay algunas alcaldías pequeñas más, pero en la comarca del Besaya hay una gran sangría y hemos perdido Torrelavega.
-Ha dicho que si gana se dedicará al partido y no tocará las áreas de Gobierno. ¿Por qué?
-Uno de los motivos por el que me presento es por el estado de la organización. Es un partido totalmente desactivado. Eso se debe a una desatención al partido desde el momento que los número uno y dos (Noelia Cobo), las áreas fundamentales para la coordinación de los compañeros, se tienen que dedicar a otra cosa. No se puede estar en los dos sitios sin dejar uno de los dos desatendidos. La situación es grave y lo he ido constatando en las reuniones con los compañeros.
-Más allá de la vida interna, ¿qué le parece la gestión que realizan las consejerías socialistas?
-A los compañeros que están en el Gobierno, que se estarán dejando la piel, hay que dejarles trabajar. Si yo gano, lo de hace cuatro años no se repetirá bajo ningún concepto. Eso todavía nos avergüenza a muchos socialistas.
-¿El relevo de algunos cargos institucionales como Ramón Ruiz tras la victoria de Zuloaga?
-Que se castigase y denigrase a muchos compañeros por haber ejercido su derecho a creer en otro proyecto para el partido que no era el del candidato ganador. No se puede permitir. ¿Cómo vamos a animar a la gente a participar en un proceso democrático si hay miedo a las consecuencias? A esta organización la enriquece la diversidad. Y la crítica constructiva siempre nos ha fortalecido. También rectificar cuando nos equivocamos.
-Ha hecho dos propuestas concretas: crear comités comarcales y una Secretaría de pequeños municipios.
-Hay que unificar criterios dentro del partido. Yo eché en falta eso en Santander y pasa mucho más en los pequeños municipios rurales, donde muchas veces tienen que tomar decisiones de calado absolutamente solos. Y a veces se dice una cosa en un pueblo y la contraria en el colindante. Ahora mismo la voz del partido está difuminada. Las redes sociales están bien, pero aquí hay que fomentar el debate entre personas. Agradable, amable. Y cuando se acaba el debate, hay que ir todos a una.
-¿Quién o qué le convenció para que diera el paso?
-Es un proceso que he ido madurando en los últimos meses. Yo comparto semanalmente con compañeros. Cervezas con gente de mi agrupación y de otras agrupaciones. Y ahí todo el mundo cree que la situación del partido es la peor que conocemos en muchos años. Y todos manifestaban que había que hacer algo, pero a la vez todo el mundo tenía miedo a ese algo. Quien me conozca sabe que soy una persona que toma decisiones meditadamente. Sé dónde voy y lo que me sobra es energía.
-¿Le empujaron a ello?
-Hablé con mucha gente, pero presión, no. Lógicamente muchos compañeros me alentaron a presentarme porque pensaban que era la persona adecuada por esas cuestiones que llevo mucho tiempo planteando.
-¿No es una candidatura que promueve el 'tezanismo'?
-Yo he sido miembro del Gobierno de Eva Díaz Tezanos. Guardo una gran relación con muchos compañeros de aquel proyecto, pero también hay otros muchos que apoyaron a Zuloaga y ahora están desilusionados.
-No le gusta hablar de valentía pero, ¿cree que ha habido compañeros con más opciones que tenían que haber dado el paso y no lo han dado?
-Yo en eso soy muy respetuosa. Muchos compañeros estaban de acuerdo con hacer algo, pero no han dado el paso porque igual han interpretado que el momento no era el adecuado. Para mí, el momento adecuado es cuando toca el Congreso y cuando se va a discutir sobre los próximos cuatro años.
-Muchos de los alcaldes que en su momento estuvieron con Tezanos y han sido críticos con Zuloaga ahora le han avalado. ¿Qué le parece?
-No me puedo poner en su cabeza, gente con la que he compartido muchos espacios y que tienen una gran capacidad. Como municipalista convencida, creo que los alcaldes son el mayor patrimonio del PSOE. Les tengo aprecio y sé que lo que hacen, lo hacen pensando en la organización. Eso sí, espero que de aquí al domingo cambien de opinión.
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