La mano derecha de Abascal en Cantabria

«Un día cayó en mis manos una cinta de vídeo de ¡Basta ya! –el movimiento ciudadano contra la violencia de ETA–, en la que intervenía un chico de veintipocos años, dirigiéndose a un pabellón lleno de público en el País Vasco. Pregunté que quién era ese chaval, y me entraron ganas de conocerle».

El chaval en cuestión era Santiago Abascal, quien empezó a colaborar con la Plataforma hasta que, pasado el tiempo, surgió la idea de dar a la organización una dimensión estatal. Y ahí surgió Denaes, la Fundación para la Defensa de la Nación Española. «Yo soy el amigo de la nación número uno, y él es el dos: somos los patrones fundadores».

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JOSÉ AHUMADA

La Fundación, apadrinada por políticos e intelectuales de lustre (Gustavo Bueno, Fernando García de Cortázar, Jon Juaristi, Amando de Miguel,...), fue adquiriendo relevancia y ganando simpatizantes. El impulso decisivo para que alumbrase a Vox llegó tras el congreso valenciano del PP en 2008, que marcó un nuevo rumbo político del partido, arrinconando a la dirigente María San Gil y a quienes, como ella, defendían un perfil más duro. Entre los descontentos se encontraba el eurodiputado popular Alejo Vidal-Quadras, quien contribuyó directamente al nacimiento de Vox –en 2013–, que presidió fugazmente antes de abandonarlo.

«Nos quedamos un poco solos. Pero fue entonces cuando Abascal y (Javier) Ortega Smith se preguntaron: ¿tiramos o no tiramos? Y decidieron que sí y cogieron el megáfono: hoy Vox es un partido con cuatro millones de votantes y 52 diputados».