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¿Preparados para 'la gran evasión' del 2 de mayo? Les felicito. Yo he decidido seguir confinada. No me van a ver el pelo, pero no es por eso. Es verdad que no lo llevaba tan largo desde la adolescencia, que me vendrían muy bien ... unas mechas y que esto va a ir a más porque en mi peluquería hay una lista de espera de 500 clientes que ya tienen turno reservado para desfilar por los sillones giratorios y las tumbonas de lavado a partir del lunes. Tampoco es por las muletas, aunque influye, porque, como no me dedique a lanzarlas como jabalinas en el parque, mucho más deporte al aire libre no se me ocurre que pueda practicar ahora. Y pasear a cuatro patas tampoco es un gran plan. Pero no es por eso. No salgo porque no me ha dado tiempo a estudiar el manual de instrucciones para la anormalidad transitoria (aún confío en que no sea permanente).
No he preparado bien el examen de 'desescalada'. El Gobierno no se cansa de ampliar el temario. Y lo cambia con tanta rapidez que, para cuando te has aprendido las normas, han perdido vigencia y tienes que empezar con las siguientes. Sospecho que no soy la única que acumula dudas, así que voy a darles a los demás un tiempo de rodaje y saldré cuando todos sepamos lo que hacer. Vamos a tener que hincar codos para que no nos lluevan multas, aunque tampoco eso lo tengo claro, porque a la Policía le va a costar también aprenderse de memoria el manual y luego tendrá por delante la peliaguda tarea de interpretarlo.
No se engañen. No es tan fácil. Las preguntas y respuestas de la 'desescalada' dan para un Trivial. ¿Pueden multarme si me encuentran a tres kilómetros de mi domicilio porque mi deporte siempre ha sido el senderismo y ahora lo consideran un paseo que excede el kilómetro autorizado? ¿Un abuelo que ha pasado todo el confinamiento con su nieto no puede salir a dar una vuelta con él porque les corresponden distintas franjas horarias? ¿Pueden impedirme el acceso a un local o un autobús si me niego a que me tomen la temperatura a la entrada? La Agencia Española de Protección de Datos advierte de que es una práctica ilegal, salvo que se ejecute por orden del Ministerio de Sanidad y con determinadas garantías.
Qué lío. ¿Se dan cuenta de a qué velocidad cambian las categorías sociales desde que se decretó el estado de alarma? Los dueños de perros han sido los grandes envidiados y hoy vuelven a la caterva de pringados. ¿Y los padres con niños? Ni una semana les ha durado el estatus de privilegiados. ¿Dónde están los amigos que les han pedido en préstamo a alguno de sus hijos? Preparando la vestimenta para echar a correr sin rémoras. ¿Quiénes son los nuevos afortunados? Los habitantes de municipios de menos de 5.000 habitantes, que en Cantabria son 81, y encima en 25 de ellos no hay ni un solo caso de coronavirus. Los vecinos de esas poblaciones se pueden ahorrar gran parte del temario: nada de franjas horarias. Pueden salir todos cuando quieran.
Los de ciudad tenemos que aprender bien la lección para no meter la pata. Primero están las fases de retorno a la «nueva normalidad», y cuidado con ellas. Además de ser belicistas con el lenguaje, que nos lo reprochan mucho estos días, también somos muy peliculeros, así que nos hemos explayado con ensoñaciones sobre los 'encuentros en la tercera fase', como si fuera la de la 'nueva libertad'. Pero en realidad la tercera fase es sólo la número dos. Sí. Para mayor confusión, el Gobierno ha llamado fase cero a la primera, así que la tercera será la fase dos, y la cuarta y última será la fase tres.
Y luego están los horarios. De seis a diez de la mañana y de ocho de la tarde a once de la noche pueden abandonar el encierro los adultos para hacer deporte individual y para pasear solos o con alguien con el que convivan, pero no si son mayores de 70 años. En tal caso tendrán que esperar al horario que también se reserva a las personas dependientes, a las que puede acompañar un cuidador: de diez a doce de la mañana y de siete a ocho de la tarde. Los niños saldrán a la calle a partir de mediodía y hasta las siete de la tarde. Los 14 años se han vuelto en esta crisis una edad incómoda que lo sitúa a uno en la frontera de la confusión. En principio entran, con el resto de adolescentes, en el horario de adultos. Y después hay que estar atento a las fechas y aprenderse las distancias, las condiciones, la duración de la escapada... Que lo disfruten. Voy a repasar.
Lee aquí la serie Mesa de Redacción.
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