La máquina de protonterapia de Valdecilla ya está fabricada a la espera de la construcción del búnker

En estos días, el Servicio Cántabro de Salud (SCS) determina con la dirección de los trabajos el perímetro a acotar, cómo quedarán los accesos y dónde se instalarán las casetas de obra. A partir de ahí, se procederá a colocar el vallado y a realizar las catas para iniciar la gran excavación (13 metros de ancho por 30 de largo y 12 de profundidad) en la que se colocará el ciclotrón (el acelerador de protones) con todas las medidas de seguridad que requiere una máquina de estas características. Un despliegue delicado no solo por las molestias propias de la vuelta de maquinaria constructora al recinto, sino porque llevará aparejado todo el acondicionamiento de instalaciones (electricidad, saneamiento, iluminación, fontanería, climatización...) con un hospital en marcha las 24 horas del día.

De la obra se encargará la empresa Vías y Construcciones SA, del grupo ACS, que ganó este pasado verano el segundo proceso de licitación, después de quedar el primero desierto la legislatura pasada. Aunque en un principio se anunció el comienzo de los trabajos para septiembre, hasta la fecha no se ha movido ni una valla, aunque desde Sanidad avanzan que el pistoletazo de salida está al caer. Y sí, como si fuera una carrera, Cantabria aún aspira a liderar la llegada de la terapia de protones contra el cáncer en la sanidad pública de España. Al menos, ese es el reto al que no renuncia el jefe de servicio de Oncología Radioterápica, Pedro Prada, quien ha encabezado y defendido su puesta en marcha, contra viento y marea, trabas políticas, retrasos administrativos, disputas técnicas y recursos varios.

Y ya son más de cinco años dando vueltas a la llegada de los protones, la radioterapia más precisa contra los tumores más escondidos. El proyecto de Valdecilla se ha demorado tanto que ahora compite con la puesta en marcha de las diez unidades que la Fundación Amancio Ortega donó a otros tantos hospitales públicos –el anuncio fue en octubre de 2021–, entre los que no estaba Valdecilla. De hecho, el centro de protonterapia cántabro será financiado íntegramente por el Gobierno de Cantabria, toda vez que tampoco llegó a tiempo para beneficiarse de las partidas especiales procedentes de fondos europeos. Así, a los 19,5 millones de la construcción de las instalaciones –presupuesto con el que el grupo ACS se hizo con la adjudicación, adelantando a Ferrovial, que se quedó como segunda opción, con mejor valoración técnica pero una oferta más cara (22,2 millones)– hay que añadir los 22,4 millones de la máquina fabricada por Varian Medical, filial de Siemens Helthineer. Su principal competidora es IBA, la compañía que pugnó también por el proyecto de Valdecilla y que se adjudicó en diciembre de 2022 el concurso conjunto convocado por el Ministerio para el equipamiento donado por el magnate gallego. En este caso, las obras para la instalación las sufragan cada comunidad autónoma receptora: Madrid (dos), Cataluña (dos), Andalucía (dos), Galicia, País Vasco, Valencia y Canarias.

De esos diez potenciales centros de protones, no todos se han materializado aún. El más avanzado es el del complejo hospitalario de Santiago de Compostela, que está en una situación inversa a la de Valdecilla: tiene el búnker excavado, pero no dispone de la máquina fabricada. Y en construcción están también las sedes del Hospital de San Sebastián (Guipúzcoa) y de Fuenlabrada (Madrid) –también llegará esta terapia avanzada al Hospital La Paz–; en proyecto está el de La Fe (Valencia) y en licitación la obra para instalar las dos unidades del Parque Sanitario Pere Virgili de Barcelona, así como las dos de Andalucía, en Sevilla y Málaga, y la de Canarias.

A la espera de que arranque la obra de Valdecilla, el equipo de Oncología Radioterápica ha ido avanzando en varias líneas paralelas, que supone camino andado por delante del resto de comunidades. No solo cuenta con personal ya formado en el manejo de este equipamiento, sino que desde este verano está realizando pruebas con planificadores de tratamientos, una herramienta que a futuro servirá para determinar qué ventajas aporta la protonterapia y para qué pacientes resulta más eficaz. Todo ello mirando al horizonte de 2027, que es cuando, en teoría, se espera el estreno del centro de Valdecilla, pues al fin de la construcción hay que sumar un mínimo de nueve meses más para pasar la inspección del Consejo de Seguridad Nuclear.