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La empresa pública de Medio Ambiente, Residuos y Energía (MARE) ha pagado de forma irregular sobresueldos por un valor cercano a los 1,3 millones de euros. Al menos esa es la cantidad que ha podido demostrar la Intervención General de Cantabria tal ... y como se desprende de una auditoría firmada en junio de este año y que recoge únicamente las «retribuciones indebidas» percibidas por alguno de los empleados del ente dependiente de la Consejería de Medio Rural entre 2015 y 2020.
No es una novedad la existencia de este tipo de pagos fuera del cauce legal en la empresa que gestiona las basuras de la comunidad autónoma. De hecho, en un informe previo hecho en 2018, el órgano fiscalizador ya ponía de manifiesto estas «incidencias relevantes» y establecía el origen del problema en 2008, por lo que el montante total sería superior. Según aquel documento, de 374.000 euros anuales. Lo más llamativo de todo, lo que destacan las dos funcionarias que firman el trabajo, es que estas prácticas se prolongaron en el tiempo durante dos años más. Después de que la Intervención General de Cantabria detectara el caso y exigiera que se pusiera fin al pago de sobresueldos de forma inmediata, MARE no rectificó.
Abril de 2016 En un caso previo, una auditoría revela que MARE adjudicó contratos mayores a dedo durante la etapa del Gobierno del PP.
Junio de 2019 Otra auditoría revela sobresueldos indebidos a al menos 58 trabajadores de la empresa de residuos con origen en 2008 y prolongados en el tiempo. Díaz Tezanos afirma que se pedirá la devolución del dinero, algo que no ocurre.
Octubre de 2019 El PRC se hace con el control de MARE como consecuencia del acuerdo de Gobierno. Estas prácticas se mantienen durante todo 2020.
Enero de 2021 Por primera vez se sacan de las nóminas los conceptos no regulados y se reclama la devolución de los pagos indebidos de 2020.
Hubo sobresueldos aún en 2019, cuando la empresa autonómica con sede el parque de La Viesca (Cartes) todavía estaba en manos del PSOE -de hecho, fue la exvicepresidenta Díaz Tezanos la que hizo pública la auditoría y anunció que se cortaría en seco con este tipo de praxis- y cuando en 2020 ya habían tomando los mandos los nuevos responsables, nombrados por el PRC. En el primero de estos ejercicios se pagaron 286.675 euros y, en el segundo, una cifra similar, alrededor de 280.000. El acumulado de los últimos seis años es el que arroja esa cifra de 1,3 millones. Desde 2015 hasta 2020, los años que analiza este segundo informe que en realidad no es una nueva auditoría, sino un control y seguimiento de las medidas correctoras propuestas en el anterior, han pasado por MARE tres directores generales: Rosa Inés García, Felipe Lavín y José María Díaz, el actual. Además, anteriormente, también en la época del PP se constatan situaciones similares.
«Se han venido abonando, hasta la nómina de enero de 2021, las respectivas retribuciones sin haberse suspendido el pago de aquellos conceptos que contravenían lo previsto en el convenio de MARE o que vulneraban la normativa presupuestaria», subraya Intervención.
SEGÚN EL INFORME ANTERIOR
Y constata que el pasado 8 de enero, una vez regularizada la situación, se cursó la correspondiente comunicación a los trabajadores afectados, «indicándoles el motivo de la incidencia y sus nuevas retribuciones» con efecto inmediato. Casi dos años después de detectarse el problema y año y medio más tarde de lo que exigía el órgano fiscalizador, que reclamaba poner todo en orden antes de septiembre de 2019. Estos sobresueldos considerados «indebidos» afectan a al menos a 58 trabajadores -el estudio de auditoría se hizo sobre una muestra de la plantilla, no sobre los 277 empleados- de distintos escalafones de MARE.
No sólo no se pusieron fin a esas irregularidades y se mantuvieron, sino que también se obvió otra de las medidas correctoras que proponía Intervención: la reclamación a los beneficiados del reingreso de los pagos extraordinarios que no estaban bajo el amparo de ningún paraguas legal. Ante eso, tanto en 2019 como en 2020, lo que hubo fue «inacción». Una falta de actuación que se traduce en que una parte de esas cantidades que pudieron reclamarse han prescrito ya. Es decir, que ya no se podrá recuperar.
Y una inacción que parece haber cesado. Porque la dirección de MARE, el pasado 28 de enero, mediante un burofax, comunicó a los involucrados «el importe percibido en el último año para que se proceda a su restitución a la empresa». E hizo constar que en caso de que el empleado se niegue, la empresa iniciará la oportuna reclamación judicial. Según el Servicio Jurídico del Gobierno, que se pronunció sobre este asunto a instancias de la Intervención General, también podría haber consecuencias legales para los responsables de la sociedad pública que permitieron o no frenaron esta práctica.
En concreto, señala que las situaciones de «pagos indebidos o injustificados» pueden derivar en un tipo especial de responsabilidad patrimonial, la responsabilidad por alcance, que recoge la Ley de Finanzas de Cantabria y la Ley Orgánica del Tribunal de Cuentas del Estado. Es decir, que no descarta la posibilidad de que ahora alguien tenga que pagar de su propio bolsillo por estos hechos.
POR PRIMERA VEZ
Por permitirlo o por no reclamar la devolución a posteriori, porque la auditoría cree que «la inacción expresada en el presente informe trae consigo la posible prescripción -todo lo anterior a 2020 ya está perdido- con el consiguiente perjuicio económico para la Hacienda Pública». Cabe recordar que MARE se financia a través del Gobierno de Cantabria.
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La auditoría habla de seis tipos de retribuciones irregulares. Por una parte, se detectaron casos en los que se pagaba al trabajador por una categoría profesional superior a la que figuraba en su contrato laboral sin que hubiera documentación acreditativa que lo justificara. También había «complementos personales» con importes muy dispares y sin correspondencia con los respectivos niveles de responsabilidad, de ahí su carácter «subjetivo» y contrario a la norma. Además, se hallaron subidas salariales en los años en los que la ley presupuestaria establecía la congelación. «Pluses, complementos indebidos, liquidación de pagas extraordinarias, conceptos fuera de convenio...».
SOBRE LOS DIRECTIVOS
La Intervención General de Cantabria emitió este informe provisional el 29 de marzo de este año y dio 15 días a la empresa pública y la Consejería para realizar las alegaciones. Así, el director general de MARE presentó un escrito en el que, según los auditores, no aporta «evidencias que contradigan los resultados expresados en el informe provisional». De esta forma, antes de verano se convirtió en definitivo. Y ese es el texto final que recoge todas estas incidencias relacionadas con cobros indebidos por parte de algunos trabajadores.
Fue en junio de 2019 cuando Díaz Tezanos, entonces consejera del área, sacó a la palestra este asunto y anunció que MARE exigiría la devolución de los importes de forma inmediata, algo que no ha pasado hasta el pasado enero. La reclamación del reintegro de estas cantidades era una de las 42 recomendaciones realizadas por el órgano fiscalizador. Y entonces el Ejecutivo afirmó ya que se había elaborado un plan corrector con el que se preveía que todas las indicaciones estuvieran cumplidas en un año. Años antes, otra auditoría anterior ya había apuntado en 2016 que MARE, durante la etapa del PP, había adjudicado contratos mayores a dedo.
En octubre de 2019 tomó los mandos de MARE el actual director general, José María Díaz. Durante todo ese año y el siguiente, algunos trabajadores de la empresa pública siguieron cobrando los sobresueldos que recrimina la Intervención General de Cantabria. Un periodo en el que tampoco se les pidió que reintegraran esos importes, como pedía el órgano fiscalizador. Más bien como exigía, «porque son de obligado cumplimiento». Díaz afirma que hasta enero de 2021 no se dio cumplimiento a todo ello por la complejidad técnica del asunto. De hecho, algunos empleados ya han procedido a devolver esas cuantías.
«Teníamos que destripar la auditoría, comprenderla, porque hasta nuestra incorporación no se había hecho nada. Hacía falta una estrategia concreta para llevarla a cabo y estábamos pendientes de informes jurídicos para poder aplicarla», apunta Díaz, que insiste en que cuando asumió los mandos del ente el consejero de Medio Rural, Guillermo Blanco, le dio un mandato expreso: reestablecer la legalidad. «Ni nos olvidamos de nuestras obligaciones ni lo vamos a hacer. Nosotros hemos cumplido. De lo que hicieron otros... De lo que ocurrió antes de mi incorporación no puedo hablar porque no lo sé», zanja.
De las 65 acciones que la auditoría de 2019 puso como tarea a MARE en relación a distintos aspectos a corregir en el ámbito de los recursos humanos, todavía no se han implantado el 29% de ellas, según el seguimiento de aquel informe que acaba de conocerse. Sobre el 71% restante, una parte destacada tiene aún un nivel bajo de ejecución.
«Intervención, por ejemplo, reconoce que ahora los procesos de contratación se rigen escrupulosamente por el procedimiento, con participación de la parte social y publicidad. Todos los expedientes están cuantificados y numerados en nuestro sistema de gestión documental, una herramienta que esa auditoría valora positivamente», concluye.
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