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En un día que parecía estar marcado en el calendario para muchos, el mar ha vuelto a regalar instantáneas que aunque no son ajenas para los cántabros, sí ha provocado muchas visitas a muelles y paseos marítimos para tratar de captar la imagen del día, ... sobre todo en la pleamar de la tarde que al final no se ha desbordado ni provocado ningún daño.
Curioso ha sido ver el monumento a Los Raqueros y que la figura que se lanza al mar hoy sí, casi toca el agua con sus dedos. También se han dado escenas, algo más habituales, como pueden ser los paseos marítimos de Santoña y San Vicente de la Barquera con el agua a ras de la acera, o sobrepasándola por momentos como ha sucedido de forma puntual en el paseo marítimo barquereño. Aunque si algo han tenido en común las zonas costeras de la Cantabria durante la segunda jornada de las tres seguidas con mareas vivas, la de este jueves la de más altura, ha sido la expectación y las numerosas personas que se han dado cita, sobre todo, durante la pleamar.
«El agua casi se mete en el Marítimo», se escuchaba entre los cientos de viandantes que pasaban durante esta tarde por la bahía de Santander. «Son como dos mares en un mismo día», es la forma como define Rubén, santanderino y jubilado, el día de hoy. «Mientras que no genere daños en la ciudad, son jornadas bonitas para bajar a la playa y ver los contrastes que deja la marea a su paso, la verdad». En su caso ha aprovechado para vivir la bajamar y la pleamar en los momentos más intensos. «Ya que tengo a mis nietos lejos, pues les grabo cómo está el mar y se lo mando por el teléfono», añade.
También los había que se sentaban en los bancos de los Jardines de Piquío y observaban los cambios en el agua. «Desde las alturas se puede ver el impacto y las diferencias que el mar marca en la arena al subir y bajar la marea», cuentan Pepe y María Dolores, un matrimonio cántabro.
Pese a que el agua iba a tapar los arenales de Gamazo, Andrea y Marta han disfrutado del buen día que hacía en la capital cántabra. «Podemos venir andando y disfrutar del sol. Cuando suba la marea pues recogeremos y nos iremos para casa», aseguraban.
Unos de los más beneficiados por las mareas vivas han sido los pescadores, que han aprovechado la jornada por toda la bahía para ver si «picaban» los peces. «Se supone que se mueve más el agua y arrastra más con el cambio de nivel. Aquí esperaremos a ver si hay suerte», contaba Rodrigo caña en mano.
El muelle deportivo de Puertochico también ha atraído las miradas de muchos curiosos que han visto como las embarcaciones se ha colocado prácticamente al mismo nivel que la acera.
En San Vicente de la Barquera, uno de los puntos que más ha sufrido con las inundaciones en los últimos años, se han juntado también numerosos curiosos que han acudido con expectación para observar la fuerza del mar. El muro instalado por la consejería de Fomento ha sido decisivo para resistir el envite del mar. Aun así, durante este jueves se volvieron a acercar varios técnicos de Puertos de Cantabria -ya estuvieron el miércoles- y se tomó la decisión de reforzar, a la mayor brevedad posible, algunos puntos débiles por el paseo marítimo y elevar el muro en zonas puntuales. También se trabajará sobre la barrera móvil que existe en la rampa, que da servicio a pequeñas embarcaciones.
Así que mucha foto, mucho paseos y muchos curiosos, pero el mar esta vez no ha reclamado su territorio. Desde el Centro de Emergencias aseguran que la jornada ha transcurrido con total normalidad. «Ha estado todo muy tranquilo», puntualizan. Desde el Gobierno regional se había activado la fase de premergencia del Platercant ante la posibilidad de que se pudieran repetir situaciones similares a las de septiembre de 2023 o de este mismo año en marzo.
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