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Los curriculums de los políticos españoles vuelven a estar en el punto de mira tras el 'caso Cifuentes'. El presunto engaño de la presidenta madrileña y el papel jugado por la universidad pública Juan Carlos I en el máster de la dirigente del PP reabren un debate que ha salpicado a todos los partidos. En el Parlamento cántabro sólo seis de los 35 diputados reconocen tener estudios de este tipo. Ninguno milita en el PSOE y sólo uno en el PP, que se limita a remitir a los curriculums de la web de la Cámara cuando este periódico solicita información sobre los estudios de sus señorías. Cuatro de ellos –Ildefonso Calderón (PP), Rosa Valdés (PRC), Alberto Bolado (Podemos) y Rubén Gómez (Ciudadanos)– recuerdan el esfuerzo económico y de tiempo que les supuso sacar adelante esta titulación y la mayoría carga contra Cristina Cifuentes y la mancha que su escándalo ha dejado en el resto de políticos y en la universidad pública.
Ildefonso Calderón (PP)
Ildefonso Calderón se remonta treinta años atrás para recordar su licenciatura en Medicina y sus primeros pasos profesionales haciendo sustituciones por los pueblos de la región. Fue en uno de ellos, en Suances, cuando una paciente le pidió ayuda para su hija adolescente, que quería adelgazar sin las dietas estándar. «Me quedé a cuadros. No la pude ayudar y me quedé con ello dentro», reconoce. Los máster eran muy poco corrientes en aquel comienzo de los 90, pero Calderón se apuntó a uno sobre Medicina Estética que impartían en Barcelona. «Trabajaba durante la semana y todos los jueves durante dos años cogía el coche, conducía hasta allí, dormía en casa de mi hermano y me pasaba el fin de semana con las clases. Me costaba 54.000 pesetas cada tres meses».
Cinco años después de aquello, ya casado, empezó otro máster presencial en Valladolid de 500 horas. Misma fórmula: trabajo en el Igualatorio durante la semana y los viernes a la carretera. «Éste valía 250.000 pesetas y no las tenía, así que tuve que pedir un crédito al Banco Pastor, pero mereció la pena porque un médico está obligado a formarse durante toda su vida».
Muchos esfuerzos que volvieron a la mente de Calderón cuando se destapó el escándalo de Cifuentes. «Yo he llegado tarde a la política y no entiendo la 'titulitis' que existe. En política son las urnas las que te examinan». Sin embargo, se muestra muy cauto sobre la responsabilidad de la presidenta madrileña. «Debe seguir en su cargo hasta que la investigación ponga sobre la mesa lo sucedido allí. ¿Cómo pueden pedir su dimisión si no saben lo que ha ocurrido realmente? Se puede sospechar, pero no hablar sobre hipótesis, hay que esperar a los resultados de la investigación y, entonces, los que deban asumir responsabilidades, que lo hagan».
Rosa Valdés (PRC)
«Cuando empezó a salir lo de Cifuentes me acordé de todo el sacrificio que me costó terminar mis estudios. Lo que ha hecho afecta al prestigio de todos, la gente pone ahora en cuestión cómo los políticos sacamos los másters. Pienso en todo lo que he tenido que pagar, el esfuerzo en tiempo y en dedicación… es absolutamente indigno lo de la presidenta madrileña. Me da mucho coraje, sobre todo cuando sigue sin dimitir y la siguen justificando. Es lamentable. Lo ha hecho muy mal y debería marcharse».
Rosa Valdés es una de las dos diputadas del PRC con un máster en su curriculum, en su caso por partida doble. Abogada de profesión, cursó el primero en 1993, cuando acabó la carrera, porque no salía ninguna oposición y tampoco encontraba un despacho en el que trabajar. Aunque ya era militante del PRC, ni se imaginaba entonces un futuro en política. «No quería estar un año entero parada. Vi un anuncio en el periódico de uno sobre dirección de empresas y me lancé, pero tuve que pedir un préstamo porque costaba casi un millón de pesetas». También conserva el trabajo final que hizo junto a cinco compañeras sobre las algas aplicadas a la cocina. «Imagínate, en aquel entonces nadie las usaba y mira ahora. Fuimos al restaurante de Arzak que era el único de toda España que trabajaba con ellas».
Su segundo máster, sobre mediación en la Universidad de Cantabria, le costó 2.000 euros y llegó veinte años después, ya con peso político en el PRC y como diputada en el Parlamento. «Tuve que hacer un gran sacrificio. Me pilló con la comisión de Cantur en marcha, con mucho trabajo en el grupo parlamentario y tenía que ir a clase los martes y los miércoles de cuatro a ocho y media de la tarde».
Valdés cree que los políticos deben estar más preparados cada día, pero asegura que no pone nada en el curriculum que no pueda demostrar. «No pasa nada si no tienes ningún título. Para ser elegible sólo tienes que presentarte en una lista electoral. Por eso es tan grave lo de Cifuentes. Ha desprestigiado por completo a una universidad pública, se deberían haber tomado medidas más contundentes».
Alberto Bolado (Podemos)
Alberto Bolado, abogado de profesión, se considera un privilegiado. «Tuve la gran suerte de conseguir una beca que me financió el máster en dirección y administración de empresas (9.000 euros) y me quedó algo de dinero para pagarme la estancia en Madrid. De otra manera no hubiera podido hacerlo». Era el año 2007 y aún quedaban siete para el movimiento 15-M y otro más para que ocupara un escaño en el Parlamento cántabro. «Cursé el máster porque el emprendimiento era la mejor salida para una persona con discapacidad –es invidente–, debido a los prejuicios que hay todavía en las empresas». Aquellos días eran largos para Bolado, que compaginaba sus estudios con un trabajo. «Salía de casa a las siete de la mañana y volvía a las once de la noche».
El dirigente podemita es uno de los más críticos con Cifuentes, no sólo por «aprovecharse del cargo» para que «le regalasen el título», sino porque «ha puesto en entredicho a una universidad pública». «Debe renunciar como presidenta. Es una burla a los demás y al esfuerzo que hemos hecho. Da una imagen pésima de los políticos, ahora parece que por el mero hecho de serlo nos regalan los másters. Es una vergüenza».
Rubén Gómez (Ciudadanos)
Los debates sobre el curriculum han perseguido a Rubén Gómez desde que se convirtió en el 'hombre fuerte' de Albert Rivera en Cantabria. Se licenció en Físicas en la universidad, pero no la acabó. Le quedó pendiente la asignatura de Mecánica Cuántica y el trabajo final de carrera. «Es una carrera muy dura y anímicamente me desgastó mucho. No era mi vocación, se me alargó y me costó mucho llegar hasta donde llegué. No me regalaron nada». Lo malo para él es que, después, se extinguió el plan y «por desgracia» no aceptaron convalidarle las asignaturas. «He estudiado una licenciatura que no tengo», se lamenta. Por eso, para compensar que no fue «un alumno brillante», se decidió a hacer un máster, aunque en su caso no podía ser oficial porque no era licenciado.
Por aquel entonces, año 2012, Gómez empezaba a dar sus primeros pasos en política con UPyD, pero «ni por asomo» pensaba en dedicarse a ella. Se apuntó al máster en gestión de sistemas integrados y medioambiente del Colegio Oficial de Químicos de Cantabria para «embellecer» el curriculum porque ya estaba buscando trabajo. Le costó 4.200 euros y fue «un esfuerzo en todos los sentidos», ya que las 500 horas lectivas se impartían los viernes por la tarde y los sábados.
Por toda esa experiencia, el único diputado que le queda a Ciudadanos en el Parlamento tras la marcha de Juan Ramón Carrancio tiene alergia a la 'titulitis'. «Para conseguir un escaño hacen falta votos, no títulos. En la campaña electoral me atizaron mucho por no haber acabado la carrera, pero aquí hay diputados con doctorados y otros que no tienen estudios, como el propio Carrancio».
Gómez cree que el terremoto que se vive en Madrid por el escándalo de Cifuentes es mucho más grave de lo que parece. «No es sólo un curriculum amañado, es una trama en una universidad pública, con presunta falsedad documental, amenazas, una posible relación directa entre el Gobierno y la propia universidad para regalar títulos… Tiene unas repercusiones que van mas allá de Cristina Cifuentes y su cargo, se pone en cuestión el prestigio de una universidad donde muchos alumnos y muchas familias han hecho grandes esfuerzos por tener un título».
Para el dirigente de Ciudadanos el mayor perjudicado no es, por tanto, el PP de Madrid, «muy acostumbrado, desgraciadamente, a tener casos de corrupción interna», sino la credibilidad de una universidad pública.
Ildefonso Calderón (PP). Máster en Nutrición y Dietética Clínica y máster en Medicina Estética.
Rosa Valdés (PRC). Máster en Dirección de Empresas (Escuela Europea de Negocios) y postgrado en Mediación y Gestión de Conflictos por la Universidad de Cantabria.
Ana Obregón (PRC). Máster en Gestión y Auditorías Ambientales (CEOE); máster en Gestión de Sistemas Integrados en Calidad, Medio ambiente, Prevención de Riesgos Laborales y Responsabilidad Social Corporativa (Colegio Oficial de Químicos de Cantabria); y postgrado de Executive MBA en Administración y Dirección de Empresas (Universidad San Jorge).
Verónica Ordóñez (Podemos). Postgrado de especialista en procesos de dinamización de democracia participativa (UPV)
Alberto Bolado (Podemos). Máster en dirección y administración de empresas del Udima y máster de Marketing y Ventas.
Rubén Gómez (Ciudadanos). Máster en gestión de sistemas integrados y medioambiente (Colegio Oficial de Químicos de Cantabria).
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