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Mayo es un mes interesante para las estadísticas de un aeropuerto. Sirve para las comparaciones con al año anterior -ya sin preocuparse en qué cayó la Semana Santa- y está incluido de lleno en la campaña de verano. O sea, que permite ver por dónde ... irán los tiros en los periodos de más actividad. En el Seve, tras conocer los datos que ha hecho públicos Aena, la sensación es agridulce. Mala porque confirman -y eso pasará prácticamente todos los meses- una caída anunciada de pasajeros respecto al año pasado, el del récord. Pero esta vez (es la parte buena) han resistido mejor y están entre los mejores de la serie. De hecho, mejoran los de 2019 por estas fechas (el año del anterior récord). Del mal, el menos. Eso sí, confirman lo que ya advirtió este periódico cuando el Gobierno dijo que la oferta de destinos para este verano era la misma. Son los mismos destinos, pero con menos rutas y con una caída importante de las frecuencias. En mayo (según explican desde Amigos de Parayas), Ryanair, 84 menos. Y Air Nostrum, 32.
Por la terminal cántabra pasaron el mes pasado 102.611 pasajeros. Eso supone una caída del 11,3% respecto al año pasado. Pero si se toma como referencia 2019, es casi un 4% más, según los datos publicados por Aena en su web. En cuanto a las operaciones, parecido. Fueron 1.001, un 12,1% menos que en 2023, pero un 6,3% más que el año previo a la pandemia.
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El análisis por compañías permite ver que lo que sostiene los números del Seve es, más que sus rutas destacadas (las de mayor volumen), la variedad de los destinos. La diversificación. Se ve porque Air Nostrum y Vueling (o, lo que es lo mismo, Madrid y Barcelona) siguen perdiendo fuerza -3.339 y 935 pasajeros, respectivamente-. Y porque los más de 9.500 que se caen por la reducción de la oferta de Ryanair se reparten entre las conexiones mermadas en número de salidas y las directamente canceladas (Barcelona o Sevilla, a las que antes volaban dos aerolíneas y ahora sólo una). Por su parte, Volotea y Binter ganan algunos viajeros (195 y 523) y WizzAir prácticamente se queda a la par.
Todo, mientras la temporada avanza. Hace unos días se han incorporado ya a la programación del Seve Ballesteros los viajes a Ibiza y Menorca, y los de Murcia lo harán a finales de mes. Se trata de destinos específicos de la campaña veraniega. De hecho, el 20 de julio empezarán a operar los vuelos a Vigo, Jerez y Granada, que estarán durante poco más de un mes. Es, claro, la época del año con más movimiento en las terminales del aeropuerto.
Echando la vista al horizonte, resta saber si el Seve Ballesteros conseguirá colocar sus datos entre los de 2023 (que no igualará seguro) y los de 2019. O sea, en una posición intermedia entre sus dos mejores años en cuanto a número de pasajeros. No sería, visto lo visto este año, un mal balance, aunque la tendencia general de los aeropuertos españoles sea de subida (Asturias va casi un 6% por encima del año pasado, Bilbao cerca de un 13% y San Sebastián, un 5,3%, por ejemplo).
Para eso hay que mirar el acumulado en los cinco primeros meses del año. De enero a mayo van 422.763 pasajeros. Un 10,7% menos que en 2023 en esa franja y un 3,6% también menos que en 2019. Remontar la primera comparación es imposible (hasta el Gobierno lo acabó por reconocer tras los primeros meses de caídas), pero la segunda, tal y como ha sucedido el pasado mayo, está más a tiro.
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