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José Ahumada
Santander
Lunes, 6 de enero 2020, 07:47
En los tres años que Joan Anton Font lleva al frente de Alto Campoo ha visto de todo: nevadas memorables, temporadas que no arrancan hasta ... enero y, hace unos días, ese aguacero que le robó la nieve e inundó Reinosa. Nada de eso le impide seguir hacia su objetivo de profesionalizar la estación y estabilizar y prolongar las campañas.
–¿Cómo va esta temporada loca?
–Loca, loca, con muchos extremos. La verdad es que empezamos muy bien, abriendo el puente de la Constitución con una estación prácticamente al cien por cien y espesores de un metro. Luego pasó lo del día 20, ese temporal de agua tan impresionante que se ha llevado toda la nieve de la parte baja. La parte alta ha resistido, con menos nieve de la que tenía en el puente, pero suficiente para tener un producto muy bueno en este momento. De afluencia estamos bien: hemos pasado ya los 20.000, y eso es bueno. En estos días recibimos unos 600 visitantes diarios, que para lo que tenemos, y con el inconveniente de tener que subir el primer tramo con lo esquís en la mano, porque la zona baja está sin nieve, es una buena cifra.
–¿Cómo pasaron los días de las inundaciones?
–Fueron un par de días de mucha agua, de muchísima agua: fue como en Reinosa, pero más arriba. El problema es que el temporal se llevó parte de la nieve que teníamos, y quedó la de las partes altas.
inundaciones
–¿Qué trastornos originan estos desnieves extremos?
–Esto tiene sus repercusiones, aparte de las instalaciones, que sufren, y con el agua hay cosas que se han inundado. En otros sitios se ha estropeado la pista, lo que es la tierra, y todo lo que se ha erosionado hay que arreglarlo. Es un perjuicio para las infraestructuras, que se reparan, pero el perjuicio mayor es no poder aprovechar unas vacaciones de Navidad como apuntaban, con nieve y buen tiempo, que hubiese sido maravilloso en ocupación, y, en esquí, eso ya no vuelve. El mayor inconveniente es el lucro cesante, muchas cosas que podríamos estar haciendo y que no hacemos. Ahora tenemos que volver a reponer la nieve, volver a fabricar con los recursos económicos y humanos que cuesta poner la nieve en su sitio. No es tan grave porque estamos en invierno; si pasa en el arranque de temporada es más complicado. Ahora tenemos el trabajo hecho y todo a punto, y en cuanto haya nieve otra vez se pone todo en marcha.
–Supongo que ahora estarán mimando la nieve. ¿Qué hacen?
–Rezar mucho y poner muchas velas. Lo único que podemos hacer es fabricar nieve si baja la temperatura, con los equipos siempre a punto para arrancar. La otra cosa que hacemos es trabajar la nieve por la noche, con dos turnos de máquinas, y viendo siempre qué horario de intervención es más oportuno. Afortunadamente la nieve está soportando bien.
–Llegó advertido de que aquí el tiempo era cambiante: va a cumplir su tercer año y cada temporada ha sido completamente distinta.
–El primer año tuve un recibimiento amable; el año pasado nos dio un disgusto, porque íbamos a arrancar muy pronto y luego se estropeó, pero después trabajamos de continuo hasta abril. Cuando llegué recuerdo que dije que mi intención era estabilizar cien días de temporada, y están estabilizados, pero tiene que dar una media superior a esos cien. El año pasado, que fue horrible, y que arrancamos el 12 de enero, fueron 104; el anterior fueron 145. Hoy llevamos 34. Cien días es el mínimo, y llegar a medias de 120 es nuestra ilusión, y creo que es posible, pero depende tanto del tiempo que es complicado hacer previsiones.
afluencia
–Eso, ¿qué piensa del tiempo?
–El tiempo está loco, está claro, y es evidente que existe un cambio climático, y que cada vez está más revuelto y es más extremo. Aquí no dispongo de una serie histórica de datos como para decir de qué manera está afectando, pero veo muchos extremos climáticos. Lo que pasó el día 20, que estuvo lloviendo a mares: si eso llega a ser nieve, que me consta que en otras ocasiones lo ha sido, tendríamos un paquete de nieve impresionante. El viento que he visto aquí es muy difícil de gestionar, no hay nada que hacer con él, porque es muy complicado, racheado e intenso. No sé los motivos: si es porque se trata de una montaña aislada entre llanuras, por la influencia del mar... pero las condiciones son extremas, duras y muy variables, y eso no facilita una explotación estable. Ese es el lado duro; el bueno es que la gente quiere mucho a esta estación, la consideran como muy de casa, y tanto los clientes como los trabajadores están muy acostumbrados a estos rigores.
–Siempre ha dicho que unas campañas estables contribuyen a la profesionalización de la plantilla.
–Eso se está cumpliendo. En cada uno de los años que llevamos hemos hecho una semana de formación dedicada a reflexionar sobre las buenas prácticas en la estación, a pensar y hablar sobre cosas que hacemos diariamente: qué hacer cuando llueve, si se pisa o no, de qué manera... y eso tiene sus frutos. Ahora mismo tenemos la zona alta abierta y, si se hubiesen hecho barbaridades, no lo estaría. La estación lleva una media de 120 días por campaña, con una plantilla estable, y ese es el futuro de la estación, estabilizar y profesionalizar. Nos ayuda la nieve artificial para mantener y estabilizar los días de explotación, pero aquí se necesita no perder un minuto de hacer nieve, las buenas horas para fabricarla son preciosas: cuando hace bastante frío, hace viento; cuando no hay viento, no hace frío... hay que estar muy pendientes, porque no es una explotación estándar. Lo de la nieve no es una maquinaria que se instala y funciona a la perfección el primer día: ahora estamos en proceso de mejorar la instalación, que fabrique algo más de nieve con viento. Hay que adaptarlo un poco, bajar algunos cañones... producir de una manera más eficaz.
el tiempo
–Y, aparte del tiempo, ¿tiene alguna otra pega la estación? Accesos, aparcamientos, problemas con las autocaravanas...
–Hemos ordenado las autocaravanas en una sola línea en el aparcamiento, y a partir de cierto número no las dejamos entrar. El fin de semana que hubo tanta gente hemos promovido el transporte público de Reinosa con gran éxito: subieron 350 desde allí el día que tuvimos que cerrar la carretera. Son cosas que se van mejorando, estamos en la buena línea.
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