Un mecenas para un gran objetivo

Ante esta situación, y con el objetivo de impulsar su carrera de investigación en el campo del cáncer, desde el Ibbtec se ha lanzado una campaña de mecenazgo para que una empresa –o varias– apadrinen a Ana. Se necesitan, como mínimo, 12.000 euros para poder completar su trabajo.

En estos tres años de investigación en los que ha contado con una beca doctoral de la Universidad de Cantabria, ha «avanzado mucho». «Detectamos que un fármaco preclínico analizado no es efectivo, al menos, en la medida que se le espera. Investigamos tratamientos de quimioterapia con menos efectos secundarios. Hemos avanzado mucho y con cuatro meses nos daría tiempo a llegar más lejos», destaca.

El doctor Piero Crespo insiste en que la joven es «una científica brillante y tremendamente trabajadora», y explica que un periodo de trabajo internacional «aseguraría el futuro prometedor de Ana en la ciencia». «La campaña trata de reunir apoyo económico para que no se vea frustrado su porvenir y que, después de unos años, intente retornar ese conocimiento a España», resalta.

El objetivo final es que «el talento de Ana, tras su estancia formativa en Estados Unidos, pueda retornar de nuevo a Cantabria para seguir desarrollando su carrera en el Instituto de Biomedicina y Biotecnología», añade el investigador.

Ella, desde niña ha querido ser científica. «Siempre lo tuve muy claro y quiero seguir investigando esta enfermedad que aumenta su incidencia cada día y que a todos nos toca de cerca, con casos en parientes o amigos», explica. El problema, destaca la joven, es que se trata de un campo «muy competitivo y para poder acceder a laboratorios españoles es imprescindible contar con experiencia en el extranjero».

A Martín Vega le ha llegado la oportunidad de acceso a la Universidad de Dallas, que quiere aprovechar y por eso recurre al micromecenazgo. «Es una universidad puntera y sin límite de recursos para investigar, por eso van tan rápido», señala. Su objetivo es «adquirir conocimientos y después volver a la Universidad de Cantabria».

La joven cántabra estudió Biología en la Universidad de León. Después de su máster en Ciencias de la Salud, trabajó en Irlanda en un proyecto relacionado con el cáncer. Más recientemente, ha estado en Israel colaborando en un laboratorio.

«A nivel internacional, los científicos españoles estamos muy bien valorados por nuestra formación, que incluso ponderan más que nuestras notas medias. La pena es que la falta de financiación en España nos obliga a tener que irnos a trabajar fuera. La investigación en España está en un segundo plano», lamenta en este sentido.

Los posibles interesados en colaborar con esta campaña de mecenazgo están invitados a realizar una visita previa y sin compromiso a las instalaciones de este centro de investigación de referencia internacional. Para ver cómo se trabaja sobre el terreno antes de decidirse.