Buruaga ofrece «sensatez y diálogo» en su investidura como presidenta de Cantabria

«Aspiro a dejar las cosas un poco mejor de lo que las recibo. Vengo a servir a Cantabria. Y me voy a dedicar en cuerpo y alma a levantar esta región. No tengo más ataduras que la palabra dada y mi compromiso inquebrantable con la honestidad en el servicio público. Un cambio moderado, sensato y tranquilo. Sin revanchismo, sin populismo y sin sectarismo», señaló Buruaga, sensiblemente emocionada y aplaudida por todos los diputados cuando la presidenta del Parlamento, María José González Revuelta, confirmó su investidura al lograr el apoyo de la mayoría simple de la Cámara.

Precisamente, un primer ejemplo de lo que le espera a Buruaga los próximos cuatro años quedó reflejado en las votaciones de la doble sesión de investidura. Tanto el pasado viernes como este lunes, Vox se alineó con el PSOE y votó en contra de la presidenta, frente a un PRC que se abstuvo para cumplir el acuerdo alcanzado con el PP las pasadas semanas. «Es muy pronto para empezar a llevar la contraria a la sociedad cántabra», reprochó Buruaga a los cuatro diputados de la ultraderecha. «El suyo no fue un 'no' a María José Sáenz de Buruaga, sino un 'no' para situarse al lado del PSOE y en contra de la voluntad de cambio», añadió dirigiéndose directamente a Leticia Díaz, a quien recordó que el PP «no va a excluir a ningún partido del diálogo».

Pero la líder de Vox y excompañera del Consejo de Gobierno no les perdona a los populares que hayan firmado un acuerdo con Miguel Ángel Revilla. «Deberá responder ante sus votantes, que están sorprendidos ante este giro en su decisión. Hoy nace un Gobierno débil sin capacidad de decisión», lamentó Díaz, quien exigió, por orden de su dirección nacional, un Ejecutivo de coalición en Cantabria a cambio de su voto favorable en la investidura. Un puente que el PP no está dispuesto a cruzar. Al menos, de momento. A cambio, Buruaga ofreció «sensatez y seriedad, porque es el momento de la política seria. Diálogo, escucha y moderación para buscar acuerdos de región. Es el momento de unir y de superar bloques y trincheras».

Pero hoy no era tampoco el día de las buenas palabras para Vox. Lejos de esa mano tendida del PP, la diputada de ultraderecha acusó a Buruaga de «mirar para otro lado» con la corrupción del PRC, al no querer investigar en el Parlamento el 'caso Obras Públicas'. «Usted asume la amnistía vergonzante al regionalismo», llegó a decir.

Precisamente, donde Buruaga más se detuvo fue en los agradecimiento al PRC por su «coherencia, altura de miras, lealtad democrática y sentido común» al facilitar la investidura y, sobre todo, en el papel que ha jugado Revilla en la configuración de Cantabria en las últimas cuatro décadas.

No es ningún secreto que, más allá de las diferencias políticas, la relación entre el dirigente regionalista y la nueva presidenta es más que correcta desde siempre. De hecho, Revilla siempre ha mantenido buenos vínculos con el PP –gobernó en coalición Con José Joaquín Martínez Sieso durante ocho años–, excepto en la etapa de Ignacio Diego, con el que mantenía una enemistad que iba más allá de lo profesional.

«Tiene mi respeto. Siempre lo ha tenido y lo seguirá teniendo. El respeto que merece una persona que, como usted, ha dedicado su vida al servicio público con pasión y con la dedicación, con las renuncias y el esfuerzo que conlleva, pero además tiene mi gratitud como cántabra y mi reconocimiento como contrincante por su importante contribución a Cantabria. No tengo ninguna duda de que lo ha hecho lo mejor que supo y pudo», le dijo Buruaga al expresidente, quien aseguró que se marcha «con tranquilidad y paz interior y de conciencia».

El líder del PRC también alabó el pacto firmado entre ambos partidos frente a «los bulos y las falacias» lanzadas por Vox, que solo quería «envenenar» el acuerdo. «Es una rabieta porque querían pactar con el PP, que no ha querido. Nosotros respetamos a sus dirigentes y votantes, pero somos incompatibles en las políticas. Por eso nuestra preocupación era que hubiera un Gobierno PP-Vox. No es así y, por eso, esperamos que a la nueva presidenta le vaya bien», explicó Revilla.

Buruaga también hizo referencia explícita al papel del PSOE, aunque sabedora de que están condenados a no entenderse, solo les pidió que «no se oponga de antemano a buscar la confluencia y el pragmatismo y se incorpore con ilusión a la tarea de construir Cantabria».

Pablo Zuloaga, por su lado, ya avisó de que su oposición durante los próximos cuatro años será una de las más beligerantes en el Parlamento. «Haremos una oposición constructiva pero contundente. Seremos firmes en la defensa de lo público. Condenaremos todos los pasos atrás que dé el PP», adelantó, y puso como ejemplo la política fiscal que piensa implantar Buruaga: «Quiere bajar los impuestos a todo el mundo. Eso es insostenible para garantizar la inversión y los servicios públicos, a los que pone en peligro con sus palabras».

En cualquier caso, Buruaga reconoció que está «deseando» instalarse en el despacho de Peña Herbosa ocupado por Miguel Ángel Revilla durante los últimos ocho años para «devolver ese enorme caudal de confianza QUE hemos recibido, en forma de progreso, futuro y oportunidades para todos». «No hay tiempo que perder. Ofrezco trabajo, perseverancia y resultados. Vamos a cumplir nuestro programa de economía y buen gobierno al servicio de las personas. Un programa profundamente social y solidario, abierto a las aportaciones de todos. Vamos a dialogar y a concertar con la sociedad de Cantabria y vamos a ofrecer resultados a los cántabros que puedan ver y palpar para mejorar sus vidas», concluyó.