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Se avecina un otoño complicado en la Atención Primaria, ya no sólo por la ebullición de virus que empieza a llenar las consultas, sino porque los médicos de familia acaban de decidir que a partir del 7 de noviembre harán huelga indefinida. Así lo votaron ... el miércoles en la asamblea convocada por el Sindicato Médico en la que se puso fecha a la protesta y se concretó la lista de razones que hay detrás: la «insostenible e inaceptable» situación de inseguridad en los centros de salud, donde «se han registrado 44 agresiones en los últimos tres meses», sin que se hayan adoptado medidas de protección; la «evidente sobrecarga laboral» y la nueva categoría profesional en ciernes, la de médico de continuidad, que «no estará asignado a un centro en concreto, sino a todos aquellos que se encuentren en un radio de 50 kilómetros y que de facto supone la muerte de la Atención Primaria y de la medicina y pediatría de familia, pues los pacientes ya no tendrán un médico de referencia», critica el sindicato.
Ya habían avisado en verano de su intención de plantarse si la Consejería de Sanidad no ponía solución a los problemas estructurales de la red. Trasladaron incluso al consejero, Raúl Pesquera, «una serie de propuestas de mínimos para que la Atención Primaria pudiera ir tirando», pero «no solamente las ha desoído sino que en los últimos días ha adoptado medidas que, lejos de mejorar, van a empeorar la situación».
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Se refieren a la propuesta de agenda que se ha remitido a los médicos, que «además de violar la pactada en 2019, que nunca se ha respetado (un máximo de 28 consultas al día, que podía ampliarse hasta 35 si faltaba algún compañero no sustituido o se producía una catástrofe), es un brindis al sol al exigir que se atienda a todos los pacientes en el día cuando no hay recursos para ello». Esa indicación coincide con el anuncio del consejero de recuperar la actividad presencial «igual que antes de la pandemia».
«No vamos a tolerar por más tiempo que los políticos y gestores responsables del caos en el que nos encontramos intenten encima culpabilizar, de cara a la opinión pública, a los médicos que están haciendo un esfuerzo heroico para evitar que el sistema colapse por completo», defiende la organización sindical, que insiste en que «se está poniendo en riesgo de forma premeditada la integridad física y mental de los médicos creando unas expectativas en la ciudadanía que son completamente inalcanzables con los recursos humanos existentes, en vez de atajar de raíz los problemas, como las malas condiciones laborales o el exceso de burocracia».
Para que «los pacientes puedan recibir una atención de calidad», argumentan que «se ha pedido de forma reiterada tantos programas de absorción de la demanda (consultas por la tarde) como sean necesarios, pero se siguen denegando, a pesar de tener un coste insignificante en el presupuesto», señala el sindicato, que lamenta «las molestias que se va a ocasionar a la ciudadanía» con esta huelga, que en las próximas semanas se valorará también en los hospitales. «Pero ante la nula capacidad de gestión de la sanidad por parte del Gobierno de Cantabria, que nos ha llevado al deterioro asistencial brutal en el que nos encontramos y que se va a hacer más acusado en los próximos meses, no nos cabe más opción por pura sensatez y responsabilidad hacia nuestros pacientes».
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