23 médicos de familia recién salidos del MIR entran en la bolsa de contratación de Cantabria

Esas dudas estaban entre las razones que argumentó el vicepresidente del sindicato, Santiago Raba, para desaconsejar a los residentes quedarse a trabajar en Cantabria. Pero en menos de diez días, la situación se ha dado vuelta como un calcetín. Ahora, sí se consideran «suficientemente atractivas» las condiciones laborales después de llegar a un acuerdo con el equipo de César Pascual sobre estas nuevas plazas, en el que «se cumplen las peticiones trasladadas por los facultativos sustitutos», como apunta el propio Raba.

Todo ello después de despejarse también el camino de su otra gran reivindicación: la aplicación de la subida salarial firmada en el pacto de junio. En principio, ese primer incremento, de los cuatro previstos hasta 2027, llegará a la nómina de noviembre tras aprobarse en la mesa sectorial del martes con el apoyo de CSIF –el resto de organizaciones no están de acuerdo con las cuantías–, de forma que la adecuación de las retribuciones se extiende, en diferente proporción, a todas las categorías profesionales.

Este nuevo acuerdo sobre las plazas sin cupo «permite a los residentes quedarse a trabajar en Cantabria», destaca también el consejero. «La vía del diálogo y el acuerdo es la vía que tiene emprendida la Consejería de Salud y otro ejemplo es la solución al problema de las urgencias pediátricas en el Hospital de Sierrallana», añade Pascual. «En estos momentos, seguimos cerrando acuerdos para que el déficit de profesionales no tenga repercusión en el Servicio Cántabro de Salud y garantizar la mejor asistencia sanitaria a los ciudadanos».

Para evitar que los puestos de facultativo sin cupo supongan «el principio del fin de la Atención Primaria» y, «a medio plazo, los pacientes dejen de tener un médico de referencia», como denunciaba el Sindicato Médico, Sanidad las limitará a un máximo de una por centro de salud (hay 42) del modelo mixto –aquellas en las que el profesional combine las consultas de mañana con guardias en Urgencias– y a 15 del modelo SUAP. En este caso, hay 31 servicios repartidos por la región, algunos con doble equipo, y la idea es que estos profesionales puedan cubrir las ausencias de los compañeros con cierta flexibilidad, ya que es ahí donde se han dado los principales problemas de cobertura este verano.

No obstante, en el acuerdo se ha limitado también la movilidad, de forma que el profesional sin cupo esté sujeto a una única zona básica o centro de salud, con sus correspondientes consultorios, mientras que en el caso de las guardias de SUAP abarcará al área de salud asignado (Santander, Laredo, Torrelavega y Reinosa). Precisamente, el reparto de esas guardias en la fórmula combinada (70% de jornada en centro de salud y 30% en SUAP) era otro de los puntos de conflicto que ha quedado despejado. Tras la negociación, queda establecido que las guardias se limitarán a dos al mes, siendo una en fin de semana o festivo y otra en día laboral. Y los otros dos compromisos adquiridos, que han favorecido el entendimiento, es que «estos médicos sin cupo tendrán la opción de renunciar a su plaza, sin sanción, para optar a una vacante de plaza de médico con cupo o SUAP ordinario» y «dispondrán de una cartelera que refleje su actividad con tres meses de antelación», subraya Raba.

Mientras se publica la orden de creación de las plazas sin cupo, el Servicio Cántabro de Salud ha cubierto desde el 1 de octubre los puestos que habían quedado libres por jubilación este verano en Cudón-Cuchía y en Unquera, y ha contratado sustitutos para tres bajas en Solórzano, San Vicente de la Barquera y Comillas. Menos suerte ha tenido con la vacante de Cabezón de Liébana, para la que no encuentra voluntarios. De los 23 nuevos médicos de familia a disposición del SCS, 12 han escogido contrato en equipo de Atención Primaria, cinco en SUAP y uno en 061, mientras que los cinco restantes han quedado en reserva tras rechazar la oferta de Urgencias.