Médicos jubilados al pie de la consulta
Atención Primaria. ·
De 18 facultativos con la edad de retirada, 12 se han acogido a la jubilación activa y tres están con prórrogaSecciones
Servicios
Destacamos
Atención Primaria. ·
De 18 facultativos con la edad de retirada, 12 se han acogido a la jubilación activa y tres están con prórrogaLa llave que está permitiendo contener el agujero en la plantilla de Atención Primaria está en real decreto que abrió la posibilidad de reengancharse a la actividad a los médicos de familia y pediatras recién jubilados. «No resuelve, ni de lejos, el problema derivado de ... la falta de previsión para garantizar el relevo generacional», como coinciden varios profesionales que se han acogido a esta fórmula para seguir al pie de la consulta en centros de salud de Cantabria, pero «sí evita males mayores». Yel dato que facilitan desde el Servicio Cántabro de Salud (SCS) sirve para medir la aceptación que ha tenido: de los 18 facultativos de Atención Primaria (médicos de familia y pediatras) que han llegado este año a la edad de retirada o justo agotaban la prórroga concedida –la alternativa que había hasta que el Ministerio se inventó la jubilacion activa– 12 se han acogido a esta nueva modalidad. Otros tres están prorrogados (sin jubilar), con posibilidad de sumarse al primer grupo cuando expire ese permiso, si cumplen los criterios. Es decir, que el 80% de los jubilables en 2023 que apunta la Gerencia siguen en sus puestos. No obstante, cuando se anunció el plan, el diciembre, la previsión del anterior equipo de Sanidad era intentar retener a casi 70 veteranos.
Ya entonces, la solución fue recibida con buenos ojos, a la espera de conocer la letra pequeña, sobre todo a que se aclarara si esa continuidad iba sujeta a un cupo concreto, como así ha sido finalmente. «Es lo más efectivo y lo que aporta más rendimiento». Pueden reengancharse a la actividad por un periodo máximo de tres años, que se puede interrumpir en cualquier momento, los médicos jubilados a partir del 1 de enero de 2022. El objetivo: frenar el aluvión de retiradas de los últimos años y dar tiempo a equilibrar las bajas. Y a muchos les sobran motivos para quedarse. «Es que me encanta mi trabajo», responde cualquiera de los profesionales que participa en este reportaje. Si el ambiente laboral ayuda, las ventajosas condiciones económicas que brinda esta jubilación mejorada acaban de convencer por sí solas. Porque se habilitaron dos opciones: continuar trabajando a tiempo completo, con el sueldo íntegro, –en ese caso, los pacientes ni siquiera notan el cambio de régimen de su médico– o con una reducción del 50%, pero cobrando en ambos casos el 75% de su pensión de jubilación, lo que implica una nómina generosa de entre 4.500 y más de 6.000 euros al mes.
Belén Martínez-Herrera Pediatra en Cazoña
Cuando la pediatra Belén Martínez-Herrera, experta en lactancia materna, solicitó acogerse a la jubilación activa, aún no estaba claro cómo había que gestionar esta medida nacida para paliar la falta de nuevos profesionales. «Fui la primera de Cantabria que la pidió». Se anunció esta posibilidad en enero y antes de que acabara el mes ya estaba tramitada su solicitud. No dudó ni un instante. «Está claro que lo hago porque me encanta mi trabajo y estoy muy a gusto, pero también porque hay una gran necesidad de pediatras. La Sociedad de Pediatría llevaba 15 años avisando de que esto iba a pasar, pero ha faltado previsión y ahora nos encontramos con el problema», señala Martínez-Herrera, la única pediatra en el equipo del centro de salud de Cazoña (Santander).
En su caso, eligió acogerse a la jornada parcial (50%), de forma que trabaja dos días (lunes y martes) o tres a la semana, lo que le permite también disfrutar de su tiempo libre y sus aficiones. Admite que «las familias preferirían tener la consulta disponible a diario, es lógico y comprensible, pero no hay relevo por la escasez de profesionales y no siempre me pueden sustituir las vacaciones», apunta. «Al trabajar sólo dos jornadas sí es cierto que a veces tengo mucha presión porque se me acumula, pero lo importante es que, aunque yo no esté, la atención pediátrica no demorable (todo lo urgente) está cubierta porque se distribuye entre los centros más próximos, donde esos niños son vistos por pediatras», subraya.
Médico de familia de Rubayo José Antonio Lobo
Después de un año con prórroga de actividad, el médico de familia José Antonio Lobo decidió en febrero acogerse a la jubilación activa, aunque sus pacientes no han notado la diferencia porque sigue trabajando la jornada completa en el consultorio de Rubayo, donde lleva desde el año 2000. «Decidí continuar porque me encanta lo que hago y porque formo parte de un equipo de diez profesionales con los que voy a trabajar muy a gusto, hay mucho compañerismo y eso es una suerte», cuenta casi a las cuatro de la tarde, recién salido de la consulta. «Nunca entendí que grandes médicos tuvieran que jubilarse a los 65 años sí o sí, salvo que fueran catedráticos; sin la posibilidad de continuar para ayudar en las sesiones clínicas o en la formación de residentes. Se perdía todo ese conocimiento», reflexiona.
Por eso, cuando se habla del déficit de médicos de familia él responde «que faltan los que nosotros provocamos: porque muchos se quedan a trabajar en Urgencias del hospital» –él participó en la puesta en marcha del de Laredo– y «a otros no se les oferta un cupo en un centro de salud que les dé estabilidad, sino contratos para rotar en los SUAP». Ylo conoce «de primera mano» porque su propio hijo se fue a trabajar a otra comunidad donde sí encontró lo que el SCS no supo ofrecerle. «Al final, se van poniendo parches, pero sin ninguna planificación». De ahí que defienda como más eficiente «la gestión del antiguo Insalud, con sus luces y sus sombras».
Pediatra en Tanos Manolo Gómez
Manolo Gómez, pediatra en el centro de salud de Tanos desde hace más de dos décadas, también iba a renovar la prórroga concedida por el Servicio Cántabro de Salud (SCS) para no retirarse aún. Pero poco antes se anunció la medida excepcional del Ministerio de Sanidad que «cambió la modalidad» para prolongar la carrera profesional de los facultativos de Atención Primaria. «Ya no era yo el que iba a pedir continuar, sino que ahora es la empresa la que me pide a mí que siga, dada la gran falta de pediatras que tenemos.Aunque yo tenía claro que iba a seguir en todo caso. Para mí, esta ley ha sido una circunstancia sobrevenida».
Tanto es así que, de las dos opciones que se recogen de jubilación activa, él se decantó por la jornada completa. «Me parecía que coger sólo la mitad iba a ser más problemático, porque implicaba que tres días a la semana no estás en la consulta, así que al final iba a sobrecargar al otro pediatra del centro. Además, me gusta mi trabajo, vengo encantado a la consulta cada día porque el ambiente es estupendo y las familias también me cuidan mucho a mí. Me decían: 'Manolo, no te jubiles, no te vayas'. Después de tanto tiempo, hay madres que vienen a mi consulta con sus hijos que ya fueron pacientes mías de niñas», señala este veterano, que vivió la implantación de la Atención Primaria y que no tiene prisa por colgar la bata. «Siento el sistema como muy mío, tiene una estructura envidiable», aunque reconoce que «se ha quedado sin impulso; en eso hay que trabajar, en recuperarlo».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.