Medio Ambiente destinará 11 millones a restaurar la mina de Reocín y la cantera de Cuchía

Cantabria ha logrado captar cerca del 10% del dinero (90 millones de euros) que reparte el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para la recuperación de zonas afectadas por la minería. Estos recursos permitirán actuaciones en al menos 89 emplazamientos seleccionados consensuadamente con las comunidades autónomas tras más de un año de intenso trabajo. El acuerdo recoge los criterios de reparto y la distribución territorial de las ayudas y será ratificado la próxima semana en una Conferencia Sectorial en la que participará el consejero Guillermo Blanco junto con el resto de sus homólogos y la ministra Teresa Ribera.

¿En qué consistirán estas restauraciones? Pues eso es lo que está aún por concretarse. A partir de la Conferencia Sectorial, el Gobierno regional tiene previsto reunirse con los municipios afectados para poner sobre el terreno los proyectos y comenzar los trabajos lo antes posible con el objetivo de que al menos la mitad de las partidas estén ejecutadas en junio de 2023. En cualquier caso, deben seguir las directrices generales del plan, ideado para reducir «el riesgo para las poblaciones cercanas y la vida silvestre y eliminar focos de contaminación». De ahí que se haya dado prioridad a las instalaciones mineras clausuradas y peligrosas recogidas en el inventario, entre las que, a juicio de las instituciones, se encuentran las de Reocín y Miengo.

Asturiana de Zinc (AZSA) clausuró su explotación de la comarca del Besaya en 2003. Desde entonces, se han puesto sobre la mesa distintas iniciativas públicas y privadas para recuperar el espacio. Por ejemplo, la Coordinadora Contra el Paro (Coorcopar) planteó en 2016 la creación de un campo de golf y, más recientemente, Amica propuso construir un parque de la prehistoria como reclamo turístico.

En el caso de las canteras de Cuchía, donde llegaron a trabajar hasta 300 personas para suministrar a Solvay roca caliza entre 1927 y 2006, ya se han iniciado diversos trabajos de recuperación. De hecho, ha recibido premios por ello y la asociación conservacionista SEO Bird/Life ha confirmado la presencia en los terrenos de la antigua cantera de 169 especies de aves, cerca de una veintena de mamíferos, siete tipos de anfibios, seis de reptiles, 26 de odonatos (caballitos del diablo y libélulas) y 289 variedades de plantas. Ahora, se pretende dar un paso más.

Ambas zonas aparecen ya en la base de datos de la Estrategia de Áreas Degradadas que se comenzó a diseñar la pasada legislatura y que sigue elaborando la Consejería. Ese documento es «la base» para desarrollar las actuaciones concretas de recuperación del Gobierno regional -las que se hagan más allá de estos dos proyectos que ya tienen presupuesto- dentro del futuro Plan Integral de Restauración de Espacios Degradados. Antes de la implementación del Plan, lo que ya está haciendo el departamento que dirige Guillermo Blanco es actuar contra la proliferación del plumero.

Andalucía, con 29,4 millones, es la comunidad autónoma que recibirá más ayudas, seguida por Castilla y León, con 17,1 millones, y Cantabria, con 10,8 millones. La Región de Murcia no se incluye en el acuerdo por el trato singular otorgado a las cuencas mineras del entorno del Mar Menor, que recibirán 40 millones. Estas partidas se destinan a alcanzar un buen estado de conservación de los ecosistemas mediante la restauración ecológica y a revertir la pérdida de biodiversidad, garantizando un uso sostenible de los recursos naturales y la preservación y mejora de sus servicios ecosistémicos. La mayoría de las actuaciones rehabiltarán antiguos emplazamientos de minería metálica, aunque también hay zonas afectadas por la minería no metálica y la minería de carbón.