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Dos Citroën con matrícula de Bilbao recorren los doce kilómetros que separan Potes de Mogrovejo. El calendario marca la segunda semana de marzo de 1969 y la Morra de Lechugales, el pico de 2.400 metros que custodia el pueblo, deslumbra la vista por la nieve que aún conserva del invierno. Dicen que cerca de allí, en el pico Prau Cortés, nace de la propia roca un manantial de agua inagotable. En el interior de los vehículos viajan Eduardo Uriarte, Enrique Guesalaga, Juan Echave y Juana Dorronsoro. Para los lugareños sólo son cuatro amigos, cuatro excursionistas de visita en Liébana. La realidad es que tras esos nombres se esconden Teo, Chomin, Ander y Jone, sus alias en ETA. En poco menos de un mes se convertirán en los primeros terroristas en protagonizar una acción armada en suelo cántabro. Y ahora se cumple medio siglo de aquello. La primera efeméride de una lista negra salpicada por la sangre de cinco víctimas mortales.
En aquel Mogrovejo de 1969, con apenas 50 habitantes, los etarras se instalan en una casona que alquilan a Eustaquio Campollo y Constanza Guerra, dos vecinos que ignoran la militancia de los inquilinos. Su intención es esconderse en este pueblo enclavado a los pies de los Picos de Europa durante unas semanas, mientras se enfría la presión que la Policía y la Guardia Civil mantienen sobre la organización tras la reciente 'Operación Sagarra', que acabó con la vida del comisario Melitón Manzanas.
Década de los 60 1969: Tiroteo entre miembros de ETA y guardias civiles en Mogrovejo.
Década de los 70 1978: Cinco etarras tratan de apoderarse de 42 millones de pesetas de la nómina de la Casa Salud de Valdecilla. 1979: ETA toma como rehenes a once personas tras atentar contra la empresa Equipos Nucleares de Maliaño.
Década de los 80 1980: Asesinato, en Islares, del taxista bilbaíno Mario Cendán. Robo de 8.000 kilos de explosivo en el polvorín Soto de la Marina. 1981: Una bomba en el destructor de la Armada Española 'Marqués de la Ensenada', fondeado en la Bahía. 1983: Artefactos explosivos en Castro Urdiales y en los puestos de la Guardia Civil de Ramales y Laredo. 1985: ETA explosiona una bomba en la Renault de Laredo y otra carga en el petrolero 'Camponegro'. 1986: Un artefacto estalla en la Comandancia de Marina de Santander. 1987: Grandes daños por bombas en el Club Marítimo de Santander y Renfe. Ataque a tres concesionarios en Santander y Bezana. Un artefacto estalla en Pryca y un coche bomba en los depósitos de Campsa de la calle Castilla de la capital. 1988: Una bomba destruye el concesionario de Renault en Castro Urdiales. Otros seis sufren daños. 1989: Explosionan tres bombas en la línea férrea Bilbao-Santander.
Década de los 90 1990: Desactivan una bomba colocada en los bajos del coche de un policía residente en Castro. Estalla otra junto al cuartel y el Ayuntamiento de Val de San Vicente. 1992: Coche bomba en La Albericia al paso de una furgoneta de la Policía Nacional. Tres civiles mueren y dos policías resultan gravemente heridos. Hallan dos pisos francos en Santander y dos escondites en Mataleñas y Liencres. 1995: Un artefacto explota en la línea férrea con Oviedo, en La Acebosa. 1996: Artefacto explosivo en la línea de alta tensión de la Pernía (Sobarzo). 1997: Tres cargas de cloratita hacen explosión en una torreta de la línea de alta tensión Penagos-El Astillero. El 20 de agosto ETA intentó provocar una masacre en Comillas colocando tres lanzagranadas en el cuartel de la Guardia Civil. 1998: Atentado en la sede del PP en Santander durante congreso de Nuevas Generaciones. El comando Vizcaya intenta asesinar al propietario de un bar de Castro, pero se encasquilla la pistola. 1999: Sabotaje del centro emisor de Peña Cabarga que deja sin televisión a más de 300.000 cántabros.
Comienzos de siglo 2000: Incendiado el repetidor de Retevisión en el alto de Guriezo. 2002: Explota un coche bomba frente al edificio de Ministerios de la calle Vargas, sin víctimas. El 3 de diciembre estalla otro en el aparcamiento de la plaza de Alfonso XII. 2003: Coche bomba en el aparcamiento del aeropuerto de Parayas. 2004: Artefacto explosivo colocado en el paseo marítimo de San Vicente de la Barquera. Artefacto en el Paseo Pereda de Santander. Artefacto explosivo en Santillana del Mar. El aeropuerto de Parayas cierra cuatro horas tras una amenaza con lanzagranadas. 2006: Bomba en la sede de Falange en Santoña. Artefacto en la A-8. 2007: Detenido en Santander Aritz Arginzoniz cuando planeaba un atentado en la capital. 2008: Cuatro artefactos de escasa potencia estallan en Noja y Laredo. El 22 septiembre explosiona un coche bomba ante el Patronato Militar Virgen del Puerto de Santoña, resultando muerto el militar Luis Conde de la Cruz. 2009: Estalla un artefacto en el alto de la Jaya (o de la Granja), en Guriezo, causando daños en un repetidor de telefonía.
Segunda década del siglo 2010: La dirigente de EKIN Aniaiz Ariznabarreta es detenida de madrugada en Noja (Cantabria) donde se encontraba de vacaciones.
El más veterano del grupo es Juan Echave, un sacerdote de 36 años, expárroco de Acitain (Guipúzcoa), a quien se le atribuye la fabricación de bombas utilizadas contra cuarteles de la Guardia Civil y monumentos franquistas; también es el jefe de la oficina de propaganda. 'Jone' Dorronsoro, de 38 años, es la única mujer del comando; profesora de música en Ataun (Guipúzcoa), su vinculación a la banda le viene de familia. Sus dos hermanos también militan en ella y su marido, Xabier Izco de la Iglesia, es fundador de ETA y miembro destacado de la cúpula. Los otros dos, Eduardo Uriarte y Enrique Guesalaga, tienen 23 y 22 años, respectivamente. El primero es estudiante de Ciencias Económicas y subjefe de la organización en Vizcaya. El segundo forma parte del Comité Ejecutivo de Eibar desde 1965.
1980 El joyero de Durango Dámaso Sánchez Soto muere tiroteado. Dos de sus hijos regentaron un establecimiento hostelero en Laredo. Carlos García Fernández, estanquero de Eibar, natural de Santander, muere tiroteado (7 octubre).
1980 20 de septiembre. El guardia civil Mariano González Huergo, natural de Cosgaya, fue asesinado junto a otros cuatro agentes mientras comían en un bar de Marquina.
1987. 14 julio. El guardia civil Pedro Galnares, asesinado en Oñate (Guipúzcoa), es enterrado en Potes.
1989 En abril es enterrado, en Santoña, el guardia civil José Calvo Hoz, asesinado en Guecho.
1991 30 junio. El santanderino Raimundo Pérez es asesinado en la prisión Sevilla-1.
1997 25 abril. El policía nacional, Luis Andrés Samperio es asesinado en Bilbao. El concejal del PP, José Luis Caso, natural de Comillas, es tiroteado (11 diciembre), en Irún.
2002 25 septiembre. El cabo de la Guardia Civil Juan Carlos Beiro es asesinado en Leiza (Navarra). Su esposa es de Torrelavega y él había prestado servicios en los cuarteles de Pesués y Puentenansa.
Los días en Mogrovejo transcurren para ellos como unas vacaciones. Los cuatro dedican el tiempo a hacer excursiones al monte, subir al teleférico de Fuente Dé, conocer la torre del siglo XIV del pueblo, jugar al fútbol en la plaza y a las cartas con los vecinos. «Eran muy buenos al tute. Casi todas las tardes entraban en Casa Chuchi -el único bar del pueblo- para charlar y jugar con nosotros. No hablamos nunca de política», recuerda uno de los pocos vecinos de entonces que aún reside en Mogrovejo. «Durante el mes que estuvieron aquí recibieron varias visitas e, incluso, se llegaron a juntar diez o doce personas en la casa, pero nadie sospechó nada. ¡Si ni siquiera sabíamos qué era eso de la ETA...!», añade.
Mientras, en el País Vasco, la Policía estrecha más el cerco sobre la banda. La octava brigada de Investigación Social de la Jefatura Superior de Vizcaya hace una redada, el miércoles 9 de abril, en el piso franco que ETA tiene en el número 54 de Artecalle, en Bilbao. Allí detienen a tres personas, aunque cinco consiguen escapar tras un intercambio de disparos. En la casa descubren información sobre el 'retiro cántabro' de los cuatro etarras.
A las seis de la mañana del viernes 11 de abril, Echave se despierta sobresaltado por el ladrido de unos perros. Se asoma a la ventana y despierta a gritos a sus compañeros. Fuera rodean la casa medio centenar de inspectores de la Policía Nacional y agentes de la comandancia de la Guardia Civil de Santander, con el teniente coronel Francisco Javier Cereceda -cántabro que luego ascendería a general y sería el máximo responsable del Cuerpo en España- al frente. Algunos de ellos aprovechan incluso el robusto nogal situado junto al edificio como parapeto.
Existen dos versiones sobre lo que ocurrió después. Los periódicos y la Guardia Civil aseguran que los terroristas empezaron a disparar y los agentes respondieron. Por otro lado, los vecinos, los documentos del Proceso de Burgos y los propios etarras sostienen que sólo los policías dispararon. Sea como fuere, el tiroteo apenas dura unos minutos. «Estaba ordeñando las vacas en el establo cuando empecé a escuchar tiros. Me entró mucho miedo y me metí dentro de la casa. Cuando cesaron, salí. Había un revuelo enorme en el pueblo, estaba lleno de guardias civiles y me ordenaron volver a entrar en la casa», recuerda otro de los vecinos de Mogrovejo.
La última bala acompaña al grito de «¡Vamos a salir!». Los cuatro etarras abandonan la casa con las manos en alto. A uno de los agentes, debido al nerviosismo, se le dispara el arma y la bala impacta en el hombro de Enrique Guesalaga. Esa es una versión. La otra dice que fue herido durante el tiroteo. El hecho es que el proyectil atraviesa el pulmón izquierdo y Echave le administra la extremaunción por lo que pueda pasar. Una de las vecinas del pueblo se acerca al herido con una manta y un botiquín para hacerle los primeros auxilios. Los tres etarras ilesos son trasladados de inmediato a Bilbao, mientras que a Guesalaga lo llevan a la Casa de Salud de Valdecilla, donde el informe médico habla de «una herida en hermitórax izquierdo, de pronóstico grave».
Los cuatro etarras fueron condenados en el Proceso de Burgos a pena de muerte, conmutada después por cadena perpetua y, tras ocho años en la cárcel, fueron amnistiados al aprobarse la Constitución.
Las cicatrices del tiroteo fueron visibles en 'la casa de la ETA', como se la conoce en el pueblo, durante treinta años. Hoy en día, tras la reforma que sus dueños realizaron hace casi dos décadas, los impactos de bala en las paredes y el balcón astillado ya no existen. Pero los vecinos no olvidan el primer suceso que puso a Mogrovejo en las portadas de los periódicos.
El destino querría que años más tarde, en 1980, este pueblo volviera a ser noticia por un motivo más amable o, mejor, por cien millones de motivos: el segundo premio de la lotería del Niño. Y ya en 2017 fue elegido oficialmente como el pueblo más bonito de Cantabria.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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