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Cantabria parece estar viviendo un 'déjà vu', un verano de los de antes, de esos en que cada vez que salía el sol se montaba una fiesta. Por eso ayer, transcurridos casi 20 días de que entrara la estación, se celebró al fin la llegada ... del sol y el calor. Los termómetros se dilataron hasta los 30,2 grados en Potes y los cielos, completamente despejados, dejaron postales típicas de este tiempo de asueto con playas abarrotadas, sobre todo en Santander. El problema es que todo quedará en un espejismo, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
«Hoy (por ayer) está haciendo un tiempo muy bueno pero no va a durar mucho porque van a entrar frentes atlánticos por Galicia que terminarán dejando precipitaciones a lo largo de la semana», avanza Arcadio Blasco, delegado territorial de Aemet en Cantabria.
De hecho la previsión para el fin de semana no es nada halagüeña. «Hay que esperar un poco porque es pronto para avanzarlo, pero con los modelos a día de hoy podemos avanzar que el fin de semana vendrá con un descenso de las temperaturas y con posibilidad de precipitaciones porque va a entrar un frente por el oeste», concreta Blasco.
15,6 grados fue la temperatura media del pasado junio. Tres décimas menos de lo habitual.
30,2 grados fue lo que marcaron los termómetros en Potes, la máxima ayer en la región.
Durante la semana las temperaturas se mantendrán o irán en ligero ascenso; aunque no puede garantizarse un cielo tan azul como el de este lunes, cuando se disfrutó de un calor propio de esta época. A la máxima de Potes (30,2 grados), le acompañaron los 29,8 en Valderredible; o los 29,4 de Ramales de la Victoria. En Santander se alcanzaron los 25,4 grados.
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Lógico que las playas se llenaran de bañistas, muchos de ellos turistas, que han estado esperando a disfrutar de un día completo de playa después de un fin de semana en que sólo en la mañana del domingo permitió un paseo por la orilla o un chapuzón.
El mal tiempo que ha caracterizado el inicio del verano parece continuar la inercia del pasado mes de junio, que ha marcado récords de bajas temperaturas. «No es que haya sido especialmente frío, sino sólo tres décimas, algo irrisorio», matiza el responsable cántabro de Aemet; pero lo suficiente para que haya sido catalogado como el junio más frío de los últimos 47 años. Lo aclaró ayer Aemet en un balance donde hizo público que la temperatura media de este pasado mes fue de 15,6 grados, exactamente tres décimas por debajo de lo habitual. En todo el mes sólo hubo 138 horas de pleno sol, poco más de cinco días. Esta dinámica nada tiene que ver con el avance que la Agencia hizo del verano, que sería, dijo, «seco y cálido». De hecho la temperatura máxima registrada en la comunidad este junio fue de 20 grados, valor que está 1,1 grados por debajo del promedio climatológico de la serie para este mes (21,1 grados).
Las lluvias también estuvieron muy presentes, lo que llevaron a que el mes fuera un 8% más húmedo de lo esperado para esta época del año, con una media de 67,6 litros por metro cuadrado. Sin embargo, el año hidrológico en curso (octubre de 2023 a mayo de 2024) tiene hasta ahora un carácter muy seco en Cantabria, con un déficit de precipitación del 12%.
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