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Había mucha expectación y los paseos se colmaron de curiosos, pero la marea viva que llegó esta tarde de jueves a las costas cántabras fue mucho más tímida de lo esperado. «La borrasca no ha sido tan fuerte como se había previsto y eso ha ... atenuado el impacto de la marea», explica Raúl Medina, director del Instituto de Hidráulica de Cantabria (IH). «Pero aunque ha dado la casualidad de que no ha impactado como se pensó, es bueno siempre lanzar los avisos, para prevenir en lugar de tener que lamentar», matizó el experto.
El fenómeno dejó imágenes de estuarios a punto de rebosar. Instantáneas muy parecidas a las vistas en el episodio vivido el pasado mes de septiembre; pero nada parecido a lo que se había dicho, con olas y lluvia intensa. Y es que la borrasca no castigó tanto como era de esperar y ello atenuó los efectos del mar sobre la costa.
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En la bahía de Santander las embarcaciones de los Reginas desembarcaron en pleno paseo, lejos de la rampa, porque la altura del mar lo permitía. En El Sardinero los surferos acudieron a la curva del Chiqui para aprovechar la ola que surge en el muro, pero más allá de ese fenómeno, apenas hubo temporal. Y en San Vicente o en Castro Urdiales los vecinos pudieron fotografiar la costa a punto de desbordarse en los paseos, pero en ningún momento hubo olas que castigaran el puerto o la bahía.
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Tampoco llovió con intensidad, como había previsto la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), lo que alejó el problema de las inundaciones que se habían contemplado con una marea elevada con un coeficiente de 114 en la pleamar de las 17.10 horas.
En Castro Urdiales no hubo la expectación del pasado mes. Fueron los pescadores los que aprovecharon la ocasión para lanzar la caña; pero más allá de eso, nada fuera de la normalidad, salvo una marea alta, propia del coeficiente de 114. En San Vicente de la Barquera, donde se habían avanzado problemas, tampoco los hubo. Los paseantes se acercaron a cotejar la funcionalidad del muro recientemente construido en la Avenida Antonio Garelly. «Lo veo más tranquilo de lo que decían», opinó Paco González. Y en Santoña, donde también estaban vigilantes, la pleamar dejo estampas únicas en el paseo marítimo donde el agua se desbordó en algunos puntos, especialmente a la altura de La Machina y El Secadero;pero no hubo incidentes.
Mañana, viernes, la situación se normaliza aunque el coeficiente de marea continuará siendo alto, de 109.
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