El mercado está barato

Ahora el Ejecutivo quiere encontrar pronto un aliado externo que permita aprobar los últimos Presupuestos, como una evidencia de que ha mantenido la estabilidad hasta el final de la legislatura. Hasta el PP se dice dispuesto a facilitar el trámite si la presión fiscal no sólo no aumenta, como anuncia el consejero Sota, sino que se reduce hasta los niveles de 2015. Pero los populares no se llaman a engaño e intuyen que el Gobierno preferirá negociar el voto que le falta en un mercado más barato, como el que ahora configuran las formaciones minoritarias de la oposición. El Ejecutivo recorrerá todo el zoco parlamentario en busca de la mejor oferta. La idea del PSOE de alcanzar por su cuenta un pacto previo de los Presupuestos con Podemos, como en Madrid, pasó a mejor vida. El partido morado ni siquiera ofrece una interlocución fiable, en plena crisis interna, con las primarias ya paralizadas en los tribunales y de sus tres diputados en la Cámara, uno está ausente 'sine die' y los otros dos ni se hablan. Con semejante guirigay nunca se sabe si el diálogo es posible. El bipartito querrá explorar también un acuerdo más presentable con Ciudadanos, que reclama una bajada selectiva pero importante de impuestos y, en todo caso, siempre le quedaría el 'comodín' del diputado Carrancio, que ya utilizó para salvar las cuentas del actual ejercicio.

Sí, el Gobierno admite que el mercado presupuestario está más variado y asequible que nunca, pero aún así desconfía. A ver si con el ruido y la competencia de tantos pretendientes la negociación se le va a poner más complicada que nunca.