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«Hay gente, pero gastan menos. Es lo que comenta todo el mundo». Lo dice una hostelera veterana tras la barra de un pequeño negocio en Santander en una de las muchas tertulias que hay estos días sobre el tema. No va mal tirada. Más ... allá de Cantabria, los datos dicen que se viaja más que nunca. Que las familias se privan de otras cosas -y hasta piden créditos- para irse de vacaciones. Y, a la vez (es una evidencia), todo ha subido una barbaridad. Entonces, en vez de salir a cenar seis noches, se sale dos. Y en vez de pedir una botella de vino, un par de copas. «La rentabilidad ha sido más baja», confirma el presidente de la Asociación de Hostelería respecto a julio. La ocupación de los alojamientos tradicionales ha sido discreta. Más baja de lo esperado. En torno al 80-85% de media entre los asociados a Hostelería y sobre el 70% entre los de Turismo Rural. En general, mal la primera quincena y bastante mejor la segunda. El tiempo ha sido clave. Olas de calor tardías en el resto del país y pocos días 'de playa' (en terminología local) aquí. Agosto, eso sí, tiene mejor pinta.
De entrada, un matiz. Con la proliferación de alojamientos no registrados (la etiqueta de pisos turísticos ilegales, que también son casas), los datos genéricos de visitantes llegados a Cantabria quedan en cuarentena. De lo que hablan en el sector tradicional es de ocupación en sus alojamientos. No del total de gente que viene (que ahora eso no lo sabe nadie con exactitud). Y el efecto de estos pisos también entra en los balances de Hostelería o Turismo Rural. «Se nota muchísimo».
Los datos de la asociación de hostelería
Zona Santillana/Comillas (80-85%) Los hosteleros consultados en esta zona esperan una ocupación similar para la primera quincena de agosto.
Zona Potes (85-90%) Aseguran que para la restauración ha sido más flojo y que se ha notado el tirón de las fiestas de Santander.
Zona Isla (80-85%) Los primeros días del mes pasado fueron más flojos. Para agosto esperan un 85% de ocupación.
Zona Somo (80%) De un arranque «bastante flojo» a una segunda quincena «muho mejor». Para agosto estiman un 85-90%.
Zona Santander (80-85%) También se ha notado diferencia entre el inicio y el final de mes (hay que tener en cuenta las fiestas).
«Ha sido una primera quincena floja y hemos tenido que bajar los precios para mejorar la ocupación a final de mes, con lo que el precio medio ha bajado». O sea, que «la rentabilidad ha sido menor que otros años». Lo explica Eduardo Lamadrid, presidente de los hosteleros de la región, que afronta su primer verano en el cargo. «Ha sido un poco peor de lo que esperábamos. Influye el tiempo en Cantabria, claro, pero también que esas olas de calor que nos favorecen en el resto del país para que vengan aquí han llegado a final de mes. Ese final de mes, bajando también los precios, nos ha hecho recuperar algo de ocupación y elevar los porcentajes. Y sí que es verdad que tanta oferta turística ilegal nos perjudica claramente».
Es un análisis general. Cada zona tiene sus cosas. En Potes, por ejemplo, comentan como para el 25 de julio (Santiago), que suele tener mucho tirón, se ha notado la competencia de las fiestas de Santander, la Semana Grande, y la proliferación de actividades (conciertos, casetas...). Y en la capital ha sido evidente -tal vez más que en ningún otro lado- la diferencia entre la primera quincena y la segunda, en la que se encuadraron los festejos.
«En cuanto a ocupación, ha sido un mal mes de julio. Especialmente la primera quincena, que fue desastrosa. El tiempo no acompañó y se notó muchísimo. La segunda fue mejor, pero no del todo bien. Y desde el domingo -día 28- al final de mes, ha sido baja. Calculamos una bajada genérica del 15%. Hay que decirlo sin paños calientes. Y también que ha bajado el gasto, el consumo», apunta Jesús Blanco, presidente de la Asociación de Turismo Rural, que también habla de «ajustes» de precios y «ofertas de última hora» para tratar de mejorar los datos. Hasta, en cierto sentido, de «regateo». Y, por supuesto, de los alojamientos ilegales.
Queda el balance en los campings de Cantabria. «Los primeros quince días de julio fueron flojos en cuanto al cliente de paso debido al mal tiempo aunque las reservas se mantuvieron y no hubo excesivas anulaciones. La segunda ha sido buena, con una ocupación alta y los alquileres rozando el lleno. Así que, si se hace la media, no ha estado mal. Y agosto se presenta muy bien con una ocupación que en algunos campings pondrá el cartel de completo. Aún así, vamos a depender del tiempo para que estas ocupaciones se cumplan», señala Eneko Valle, presidente de la asociación regional del sector.
Él es optimista respecto al mes recién inaugurado. También Lamadrid desde Hostelería. «Esperamos estar -avanza- en torno al 90% y trabajar bien. Tanto en el interior como en la costa las reservas van por ahí. Es lo que calculamos para los primeros veinte días del mes, porque la última semana ya dependes mucho más del tiempo que haga». Blanco, por su parte, sin apostar por porcentajes concretos, señala que para el turismo rural agosto se prevé «como de costumbre». Siempre da buenos resultados -si no se tienen en estos días la temporada es un desastre-, y esta vez «no se espera que sea mejor ni peor de lo normal».
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