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El tiempo escasamente veraniego de la primera mitad del estío vació de bañistas los arenales de la región. Los días de sol escasearon el mes pasado, algo que tiene contabilizado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). La estación de medición del aeropuerto Seve Ballesteros ... sólo registró 178,3 horas de insolación en julio. Son 11 menos que hace exactamente un año, que ya de por sí fue bajo. De hecho, la media histórica de los últimos 44 años se cifra en 191. Lo bueno de pisar menos la playa es que también se registran menos incidencias. «El tiempo influye, y mucho. Afortunadamente, no hemos tenido que lamentar ninguna muerte por ahogamiento en Cantabria», explicaba Rafa Gómez, presidente de DYA en la región al hacer balance del último mes. Y la mejor demostración ha llegado con el cambio de tiempo. Este sábado, el helicóptero del Gobierno tuvo que hacer hasta cinco rescates y un vallisoletano de 57 años estuvo a punto de fallecer ahogado en la playa del Ris, en Noja, pasadas las nueve de la noche (fuera del horario del servicio de los socorristas). Por suerte, fue rescatado a tiempo.
Cantabria cuenta con 90 arenales repartidos por la abrupta geografía de su litoral. Esos son los que recoge el Portal Oficial de Turismo del Gobierno. De ellos, 70 cuentan con vigilancia durante el periodo estival. Este año, por ahora, llevan menos trabajo, al menos en lo que rescates se refiere. El tiempo escasamente veraniego de casi todo julio vació las playas y eso se ha reflejado en los datos. El año pasado hubo dos ahogamientos en los arenales, aunque los servicios de socorrismo insisten en explicar que ninguno de ellos se produjo en zonas con vigilancia. «En 2023 una persona se ahogó en la playa de Ajo, pero fuera de la temporada veraniega, cuando no hay servicio de vigilancia, y otra en Laredo, pero fue por patologías previas», explica Agustín Salán, director de Emergencias de Cruz Roja Cantabria. «El 99% de los ahogamientos en las playas se producen fuera del horario de los servicios de socorrismo», subraya.
Estas cifras difieren de las que ofrece a lo largo del año el Informe Nacional de Ahogamientos que elabora la Federación Española de Salvamento y Socorrismo. Según sus datos, Cantabria registró el año pasado 9 muertes -sólo dos en playas, las ya citadas-. De hecho, a estas mismas alturas del año ya había contabilizadas seis. La diferencia radica en que el órgano federativo considera como ahogados a todos los fallecidos en cualquier medio acuático: playas, ríos, piscinas, embalses... No diferencia si una persona sufre un infarto y, a consecuencia de ello, muere en el mar, si el ahogado es un marinero cuyo barco ha naufragado o si se trata de un buceador de pesca submarina, como sucedió en junio en Castro Urdiales.
Las claves
Menos sol Cielos nubosos y lluvia restaron afluencia a los arenales, algo que ha cambiado estos días
Más actuaciones Pese al tiempo, Cruz Roja ha atendido 2.416 incidencias en la primera mitad del verano
2023 Hubo dos ahogados en las playas: uno por patologías previas y otro fuera de la temporada de socorrismo
Medusas Cruz Roja atendió en julio a 935 personas por picaduras y alergias: 52 de carabelas portuguesas
Recomendaciones Los socorristas piden precaución a los bañistas y que, en todo momento, sigan sus indicaciones
Salán hace hincapié en ello. «Muchos de los que se denominan ahogamientos se producen por paradas cardiorrespiratorias», explica. «Nosotros tenemos un desfibrilador semiautomático y un balón resucitador en todos los arenales que atendemos. El objetivo es llevarlos antes de tres minutos a cualquier punto de la playa». Durante julio, por fortuna, no tuvieron que utilizarlos en ninguna ocasión.
Otro factor que contribuye a la buena estadística de ahogamientos es que el Cantábrico ha estado más calmado de lo habitual en julio. La bandera verde ha sido, de momento, la protagonista, ondeando el 75% de los días, explican desde la Cruz Roja. Este hecho ha favorecido la reducción de los rescates en el mar. En total, el mes pasado, 53 personas, un 33% menos que el verano pasado.
76 arenales
de los 90 que contabiliza Turismo cuentan con vigilancia de socorristas durante el verano
Todas estas circunstancias, sin embargo, no han eliminado el trabajo de la organización, presente en 62 de las 76 playas vigiladas de Cantabria. La Cruz Roja, que se reparte por trece municipios -Alfoz de Lloredo, Bareyo, Camargo, Comillas, Laredo, Noja, Piélagos, Ribamontán al Mar, San Vicente de la Barquera, Santa Cruz de Bezana, Santander, Santoña y Suances-, cerró julio con 2.416 intervenciones en los arenales, cifra que supera ligeramente la del mismo periodo del año pasado, cuando realizaron 2.176 actuaciones: un 10% menos. Este año el equipo está compuesto por 280 profesionales.
La mayoría de las intervenciones estuvieron relacionadas con lesiones leves -heridas- y traumatismos (956 casos). En cuanto a picaduras de medusas y alergias se registraron 935 casos, de los cuales 52 tuvieron que ver con las temidas carabelas portuguesas. En este sentido, Salán apunta que «aunque la incidencia en cuanto a picaduras de carabelas está siendo baja y se hayan dado en playas de toda la costa cántabra de forma puntual, recomendamos precaución a la hora de darse un baño y acudir inmediatamente al personal socorrista en caso de contacto o si vemos algún ejemplar».
Hay más. La Cruz Roja también tuvo que atender golpes de calor, ataques de ansiedad y trastornos cardiovasculares, respiratorios, digestivos y psiquiátricos. En este sentido, los usuarios que han desarrollado estos síntomas mientras estaban en la playa fueron 234. Además, el número de niños perdidos que no encontraban a sus padres y que pidieron la ayuda de los socorristas ascendió a 56. Y de entre todas estas intervenciones, 71 acabaron con traslados a centros hospitalarios.
En cuanto a los perfiles de las personas atendidas, la organización hace dos distinciones. Por un lado, agrupa a los mayores de 65 años junto a los niños, que encabezan los casos por heridas, contusiones leves, golpes de calor o extravíos. Eso sí, sólo los mayores han tenido que ser atendidos por patologías previas o enfermedades crónicas, «incrementadas por factores como las altas temperaturas o la deshidratación». Por otro lado, Cruz Roja destaca que los jóvenes, en algunos casos, «adoptan conductas inseguras por omisión o desconocimiento, como el acceso a zonas no permitidas o peligrosas, zambullidas o por alejarse demasiado de la costa».
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Más datos. Los socorristas también lanzan mensajes preventivos a modo de concienciación, tanto desde las embarcaciones como a pie de playa. No hay que desmerecer esta labor. Para hacerse una idea, sólo en lo que va de temporada se han lanzado más de 38.000 indicaciones preventivas. «La prevención es la parte más esencial de nuestro trabajo ya que los riesgos, al contrario de lo que muchas personas piensan, están en todos los baños, incluso cuando hay bandera verde. En muchas ocasiones, las condiciones del mar engañan. Cambian de manera repentina y podemos entrar en una zona peligrosa», explica Agustín Salán. Su recomendación es seguir, en todo momento, las indicaciones.
DYA Cantabria, por su parte, se ocupa de las playas del municipio de Castro Urdiales, seis. «En la zona oriental también tuvimos un julio más bien tranquilo, sin incidencias reseñables. Lo que sí se nota es que la gente, porque Castro Urdiales es un municipio con muchísimo turismo, tiene ganas de playa», explica Rafa Gómez. Algo que se ha notado este fin de semana, donde les ha tocado tener «especial atención».
El domingo fue uno de los días de 'más verano' de lo que va de verano en Cantabria. No sólo porque en algunos puntos de la región se superasen los 35 grados (en Valderredible, por ejemplo). Con el cambio de mes hay más turistas, el buen tiempo cayó en fin de semana, lució el sol... Conclusión: las playas estuvieron a reventar. De hecho, la mejoría del tiempo ya se ha notado en los últimos días (incluyendo el tramo final de julio), lo que ha elevado considerablemente el número de personas que han decidido darse un chapuzón. O realizar, en general, actividades al aire libre. Y si en julio el mal tiempo restó visitantes y riesgos, ahora el bueno aumenta, por lógica, las dos cosas. El caso más llamativo fue, el sábado, el de un hombre de 57 años en la playa del Ris, en Noja. El aviso llegó pasadas las 21.00 horas, estaba atrapado en el agua en una zona de rocas y se le rescató con contusiones y a punto de ahogarse. Tuvo que ser trasladado a Valdecilla.
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