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Rafa Torre Poo
Santander
Domingo, 13 de junio 2021, 07:30
El caso de San Miguel de Aguayo es llamativo. Este valle en altura es una de las siete zonas que el Gobierno regional considera preferentes para la instalación de parques eólicos, y así pretende recogerlo en la modificación del Plan de Ordenación del Territorio. ... Sus vientos son tan propicios para este tipo de energía, que concentra 15 de los 35 proyectos que actualmente hay en trámite en Cantabria. De salir todos adelante –algo que, a priori, es poco probable–, acogería casi la mitad de todos ellos: el 43%, concretamente. «Como lo consigan, destruirán el único valor que tenemos: el paisaje», se lamentaban los vecinos esta semana.
Una pancarta que cuelga de una valla a la entrada del pueblo y el folio explicativo de una plataforma antieólicos en la pared anexa dejan a las claras al visitante cuál es el parecer de sus habitantes: «Aquí, no». Un lema que se repite en otras fachadas e incluso en pegatinas adosadas a los automóviles aparcados por las calles. Y tienen sus razones. El Ejecutivo cántabro estudia la documentación de varias empresas que plantean la construcción de 24 polígonos aéreos. Once afectan directamente a Aguayo: Somalona-Las Quemadas, Portillo de Jano, Alsa, Cuesta Mayor, Lantueno, Aguayo (dividido en 5 subparques, aunque únicamente 4 se ubicarían allí), Campo Alto y La Costana. El Gobierno estatal, por su parte, hace lo propio con otros 11, de los que cuatro ocupan parte del territorio de este municipio: Ebro Norte, La Coteruca, Cueto y El Escudo.
Si se suma la potencia, estas 35 instalaciones serían capaces de generar 1.750 megavatios. Los aerogeneradores de los parques de Aguayo aportarían por sí solos 791. Una cifra que choca con el próximo Plan Energético de Cantabria (Plenercán), que se está actualizando, que quiere que, como mucho, la comunidad produzca 700 megavatios de electricidad a través de la energía eólica. «Como los construyan todos, habrá más molinos que personas», sentencia Felipe Gutiérrez, que aparca su bicicleta para charlar con este periódico.
Más de un molino por cabeza
El término municipal, que componen San Miguel, Santa María y Santa Olalla, apenas ocupa 35 kilómetros cuadrados y tiene censados 146 habitantes. Los polígonos en trámite pretenden instalar 465 aerogeneradores, de los que 180 se encontrarían, de una u otra manera, en Aguayo. Es decir, 1,2 molinos de media por cabeza. «Entiendo que hay que apostar por las energías renovables, pero aquí sólo tenemos paisaje y ganadería. No hay nada más. Que dejen los montes como están; si no, no vendrá nadie», añade contrariado este vecino.
Para evitar que Cantabria se convierta en un inmenso jardín repleto de estas gigantescas torres con palas, el Gobierno quiere limitar su instalación a través del PROT y el Plenercán. Estos dos instrumentos decidirán qué zonas son aptas y cuáles no. Hasta que sean remodelados y aprobados, las solicitudes que están en curso no se verán afectadas y se regirán por las actuales leyes.
San Miguel de Aguayo no ha tenido suerte, ya que es –junto con Soba, Vega de Pas-Luena, Valdeolea, Valderredible, Pénagos-Liérganes y Hazas de Cesto-Solórzano– una de las 'islas' designadas para acoger aerogeneradores. El clamor popular y el movimiento de las plataformas antimolinos y conservacionistas han evitado, en cambio, que algunos de los parques de estas zonas cuenten con el visto bueno del Gobierno regional, que ha emitido informes ambientales desfavorables para el polígono de Garma Blanca (Arredondo, Miera, Riotuerto, Entrambasaguas y Solórzano) y Ribota (San Roque de Riomiera, Selaya, Villacarriedo, Saro, Arredondo, Miera, Riotuerto, Entrambasaguas y Solórzano). Se espera que los de Amarantas y Quebraduras puedan correr la misma suerte.
«Es que nos lo quieren echar todo a nosotros. Aguayo ya ha dado suficiente, ¿no?», interpela Ángeles Gutiérrez al periodista. Se refiere a la central eléctrica que se encuentra en el municipio, donde Repsol va a invertir 700 millones para convertirla en la segunda mayor instalación hidroeléctrica del país. La actuación aumentará la potencia de la planta reversible, que dispone de dos embalses (Alsa y Mediajo) que bombean agua para generar electricidad en función de las necesidades, hasta un gigavatio. Sumada a la de los futuros parques eólicos, este pequeño municipio aumentará su reinado energético en la región.
«Tampoco hay que olvidarse que por aquí cruza la autovía del agua, una línea para la estación de bombeo del bitrasvase Ebro-Besaya... ¿Y ahora lo de los molinos en los montes? Sólo falta que nos taponen las dos entradas al valle y lo inunden todo de agua para generar más electricidad», se quejan al unísono Felipe y Ángeles.
Los beneficios
Por más vueltas que lo dan, los vecinos del valle no ven el lado positivo de los aerogenadores. Ni siquiera las rentas económicas que las empresas constructoras anuncian como acicate. «En este municipio no tenemos problemas de dinero. No nos podemos quejar», admite Ángel Conde mientras repara en plena calle el eje trasero del remolque de un tractor. No es chulería. El Ayuntamiento declara en el presupuesto de este año 860.339 en concepto de impuestos directos. Es la cantidad que como renta tiene que pagar la compañía eléctrica por los terrenos donde se ubica la presa. En concepto de tasas –el dinero que estima que pagarán los 146 vecinos–, en cambio, sólo prevé 24.890 euros. «También dicen que los molinos generarán puestos de trabajo. Es mentira. Esas empresas se traen su gente de fuera. De aquí, cero. Y además, una vez construidos, prácticamente funcionan solos», añade este vecino mientras se limpia de grasa las manos.
Beatriz Peña es de Reinosa pero lleva siete años viviendo en San Miguel de Aguayo. «Estamos preocupados porque en esta casa comemos de las vacas. Si nos quitan hectáreas de pasto y nos mueven el monte, reducirán también las subvenciones y, además, no habrá donde echarlas, porque también hay gente de fuera que las trae. No cabrán todas», cuenta a la puerta de su domicilio. «Además habrá que ver el ruido que hacen y los efectos para la salud que tendrán las líneas para sacar la electricidad», recalca.
El domingo pasado el municipio recibió el premio al que más elevó el porcentaje de reciclaje de envases de plástico, latas y tetrabriks entre 2019 y 2020, un 125%. El consejero de Medio Rural acudió para hacer entrega del galardón. Algunos vecinos aprovecharon para trasladar su malestar a Guillermo Blanco por el futuro eólico del valle.
Los vecinos de San Miguel de Aguayo, Santa María de Aguayo y Santa Olalla de Aguayo se reunieron el jueves por la tarde en concejo abierto con un único punto en el orden del día, además de la lectura del acta anterior: mostrar su conformidad o rechazo a los parques eólicos de 'Lantueno' y 'Cuesta Mayor', que se encuentran actualmente en fase de información pública y afectan al municipio. Los habitantes del valle votaron por mayoría decir que 'no' a la solicitud presentada por las empresas en la Dirección General de Industria del Gobierno regional, por lo que podrán presentar alegaciones a los dos infraestructuras. El parque de 'Lantueno' tiene la intención de colocar diez aerogeneradores y 'Cuesta Mayor', siete.
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