El Ministerio comprará el psiquiátrico de Parayas para crear un centro de refugiados

El vicepresidente regional, Pablo Zuloaga, ha confirmado estos planes después de reunirse este martes en Madrid con Escrivá, un encuentro en el que también ha participado la alcaldesa de Camargo, Esther Bolado. «Ha sido una reunión muy fructífera», ha asegurado Zuloaga, que entiende que este conjunto de inmuebles tiene unas «condiciones extraordinarias» para ofrecer este servicio.

El futuro convenio, que todavía no se ha cerrado, incluirá la cesión de la finca a cambio de una cantidad económica aún por definir. El Ministerio se compromete a la rehabilitación de los edificios para la creación de un centro de acogida internacional con capacidad para 250 personas. En estos momentos, tras la crisis humanitaria provocada por la guerra de Ucrania, hay casi un millar de personas con la condición de refugiados en Cantabria.

El vicepresidente defiende que las instalaciones de Parayas no solo aumentarán la capacidad de acogida de Cantabria, sino que mejorará las condiciones en las que se presta esta atención social y servirá para la creación de empleo. En total, el departamento de Escrivá tiene intención de invertir entre 15 y 16 millones de euros en el proyecto.

A pesar de que no hay plazos cerrados, la actuación se llevará a cabo a cargo de los fondos europeos Next Generations, que establecen unos plazos «muy cortos», por lo que en cuanto se cierre el convenio se licitarán las obras para la rehabilitación. La actuación del Ministerio en Parayas se enmarca dentro de un plan nacional para la creación de nuevos centros de refugiados en diversas comunidades autónomas.

Los 45 últimos pacientes psiquiátricos abandonaron Parayas rumbo a Liencres el 27 de octubre de 2016. La entonces de Sanidad, Luisa Real, decidió clausurar el centro debido a las «impresentables condiciones» que presentaba. La falta de inversión en el mantenimiento de las instalaciones y los progresivos cambios en el modelo asistencial fueron apagando un hospital que fue inaugurado el 28 de agosto de 1975 como ejemplo de modernidad. Tras su clausura, en 2018 el Gobierno manifestó su intención de vender el inmueble, pero finalmente no se materializó.