El Ministerio de Transportes adjudica el estudio del tren de 40 minutos a Bilbao

Esta adjudicación era uno de los puntos que aparecían en el acuerdo firmado por socialistas y regionalistas para conseguir el voto del PRC en la investidura fallida de Pedro Sánchez. El famoso 'papeluco' que los de Miguel Ángel Revilla rompieron por la política de pactos del candidato a la Presidencia del Gobierno y que después ambas formaciones ratificaron para garantizar la continuidad del bipartito regional.

Ahora, la UTE que se ha hecho con la licitación por un importe de 1,2 millones de euros tendrá un plazo de 24 meses para concretar los detalles del proyecto, y deberá cumplir algunas premisas estipuladas por el Ministerio. Por ejemplo, que la línea ferroviaria sea mixta -para trenes de pasajeros y de mercancías- y que tenga paradas en Laredo y Castro Urdiales. Este último aspecto dependerá de la «viabilidad». En cambio, los técnicos serán los que determinen qué partes deben ir bajo tierra y cuáles no para que el proyecto sea más rentable y eficaz. También en qué tramos se podrá utilizar la vía existente de ancho métrico (antigua FEVE). En cualquier caso, el estudio técnico deberá tener en cuenta las «afecciones urbanísticas y ambientales» a la hora de estudiar las distintas alternativas.

«Este proyecto tiene el objetivo fundamental de reducir el tiempo de viaje y mejorar la competitividad del ferrocarril como medio de transporte para esta conexión, que avance también en la sostenibilidad en la forma de desplazarnos entre ambas comunidades autónomas, con un medio competitivo con la carretera, pero menos contaminante», detalla Casares, quien considera que se trata de una «buena noticia» que evidencia el compromiso de Pedro Sánchez con la región. Según el diputado socialista, el presidente «tiene claras las necesidades y los retos que deben impulsarse en la región».

Según los cálculos del consejero de Industria, Francisco Martín, el proceso administrativo que ahora se pone en marcha tardará en materializarse «diez o quince años». También supone un avance en la promesa de Ábalos de incluir a la región en el proyecto del corredor Cantábrico-Mediterráneo, que pretende unir ambas partes a través del ferrocarril. En este sentido, la verdadera prueba de fuego será en 2023, cuando el Estado tenga que presentar en Bruselas sus proyectos estratégicos en esta materia para que la Comisión los incluya -o no- en la Red Europea de Alta Velocidad y así se abra la puerta a la llegada de fondos comunitarios.

La licitación del estudio se produjo en agosto de 2019, un momento en el que las relaciones entre los presidentes de España y Cantabria pasaban por un mejor momento. Entonces, Revilla consideró este paso como la prueba de que el Ministerio iba «en serio» con el proyecto, que el regionalista destacó como «de una trascendencia enorme para el futuro». De hecho, uno de los actos principales del PRC en la última campaña electoral fue un viaje en tren a Bilbao. A este respecto, Casares recuerda que todos los compromisos del Estado en materia de infraestructuras siguen en curso y que el ministro Ábalos ha demostrado siempre su «sensibilidad hacia las demandas de Cantabria».