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El Consejo de Ministros de Transportes, que decidirá a principios del próximo año qué líneas se incorporan a la Red Transeuropea y, por tanto, también tendrá la última palabra sobre si el tren rápido entre Santander y Bilbao es incluido en el nuevo mapa ferroviario, ... emitió ayer un primer informe al respecto que deja fuera el proyecto por el que pelea el Gobierno de Cantabria. El órgano comunitario, en el que están representados los 27 países de la Unión Europea, se reunió para aprobar el documento de 'Orientación general sobre la revisión del Reglamento de la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T)'. Como confirmó la ministra española del ramo, Raquel Sánchez, este resolución recoge «muchas de las reclamaciones del Gobierno de España para acelerar la ejecución de los corredores». Muchas, pero no el tren rápido entre Santander y Bilbao.
«Nos felicitamos por todo ello (en referencia a otras peticiones nacionales que sí han salido adelante), sin perjuicio de que seguiremos trabajando por la inclusión y promoción de infraestructuras y nodos que ahora no han sido aceptados, como la conexión Santander-Bilbao», subrayó la ministra socialista, que la pasada semana confirmó durante su visita a la comunidad autónoma que había trasladado a Europa, tanto en conversaciones informales como por carta, que esta línea es prioritaria para España.
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Aunque hubiera preferido que el contenido de este documento del Consejo de Ministros de la UE fuera distinto, desde el Gobierno de Cantabria prefieren ser optimistas. Explican que este primer posicionamiento no anticipa una negativa en el momento decisivo. Confían en que, donde ahora dicen 'no', mañana cambien de opinión y digan 'sí'.
Raquel Sánchez | Ministra de Transportes
Y tratan de sostener ese argumento. Lo que afirma el Ejecutivo regional es que lo que se aprobó ayer son «recomendaciones generales» que se han realizado tomando como base la propuesta de modificación de la Red Transeuropea que hace un año ya elaboró la Comisión y en la que el tren a Bilbao también fue despreciado. Que la cesta en la que ha puesto todos los huevos el Gobierno de Cantabria y su presidente, Miguel Ángel Revilla, es en la futura votación del Europarlamento, porque ahora la cámara legislativa de la UE analizará la propuesta aprobada ayer por los 27 ministros de Transportes y sobre esa base se introducirán enmiendas.
Enmiendas como las que han registrado los principales partidos políticos españoles en Bruselas (tienen las suyas propias PP y PSOE) y la que promueve la eurodiputada Izaskun Bilbao (PNV), que ha sido redactada a cuatro manos con Cantabria. Si sale adelante esta enmienda, el mandato del Europarlamento será que el tren Santander-Bilbao sea incluida en la Red Transeuropea como parte de la Red Básica Ampliada, que fija el horizonte de 2040 como fecha para la entrada en funcionamiento de la infraestructura. Ese es el mejor escenario, el que la pasada semana defendió la delegación autonómica formada por la consejera Paula Fernández y los portavoces de PRC, PP, PSOE, Cs y Vox en el Parlamento regional en diferentes reuniones con representantes de instituciones comunitarias.
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Dando por hecho que sale adelante esta enmienda -algo que no está ni mucho menos asegurado-, Cantabria tendría el apoyo del Europarlamento. Es algo importante, pero no vinculante. De hecho, el propio Revilla ha insistido en que más allá de las mayorías de la Eurocámara, la decisión última es de los gobiernos nacionales. Precisamente por eso ha venido reclamando un mayor esfuerzo a Pedro Sánchez para que el tren se incluya en el corredor Atlántico en 2040. Porque el Consejo de Ministros que ayer dio la espalda al proyecto podría hacer también oídos sordos, cuando llegue el momento crucial, a la petición de los europarlamentarios. De ser así, la conexión que reclama el bipartito PRC-PSOE y que cuenta con el apoyo del lehendakari Iñigo Urkullu seguiría dentro de los mapas europeos pero no en la Red Básica Ampliada, sino en la Red Global, que retrasa diez años más el calendario, hasta 2050.
Siguientes pasos El mapa ferroviario irá al Europarlamento, donde se debatirá una enmienda para incluir esta conexión.
¿Qué dice Cantabria? Afirma que el documento recoge recomendaciones genéricas y no anticipa un 'no' en el momento crucial.
Consecuencias El tren podría retrasarse hasta 2050 si la reunión de los 27 ministros reafirma su decisión de ayer.
¿Qué dice el ministerio? Si se cumple el peor escenario, buscará fondos ordinarios para iniciar las obras por su cuenta.
«El compromiso del Gobierno de España y del Ministerio es inamovible y, por ello, seguimos trabajando en su definición y desarrollo», apuntaba ayer Transportes en una nota de prensa. Es decir, que igual que hace el Ejecutivo cántabro, también prefiere quedarse con el escenario de futuro más optimista.
En cualquier caso, Madrid pone la venda antes que la herida, ya que garantiza que incluso en el caso de quedar fuera de la Red Básica Ampliada, la conexión Santander-Bilbao podría optar a fondos europeos ordinarios -no los que se reservan para la Red Transeuropea- y que los técnicos del Ministerio siguen trabajando en el diseño del proyecto constructivo. Según el primer borrador, el tren tendrá paradas en Colindres/Laredo y Castro Urdiales y reducirá el trayecto de tres horas y cinco minutos a solo 55 minutos.
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