La misteriosa luz roja de Peña Cabarga

Pero hubo que dar unas cuentas vueltas para averiguar qué eran las luces y quién las puso. En lo alto del monte están las instalaciones de Cantur, pero allí no sabían nada de la instalación. Tampoco en la Dirección General de Industria o en el área de telecomunicaciones que depende del Gobierno de Cantabria.

Lo más normal era pensar que la señalización tiene que ver con el tráfico aéreo. Y sí, pero fue necesario seguir rebuscando. Dar aún un par de vueltas. En Aena, el operador aeroportuario responsable del aeropuerto Seve Ballesteros, tampoco tenían conocimiento de la colocación de esos equipos. Ni en sus oficinas centrales ni en el propio aeropuerto. Allí indicaron que la respuesta podría, en todo caso, estar en Enaire, el principal proveedor de servicios de navegación aérea y de información aeronáutica en España. Pero allí contestaron que suyo no era.

Tras dar por hecho que las luces no estaban colocadas en el pirulí quedaba la opción de la gran antena de telecomunicaciones que hay a su lado, en la cima. La que toda la vida gestionó Retevisión, desde hace años en manos de Cellnex Telecom, el principal operador de infraestructuras de telecomunicaciones inalámbricas de Europa. Tras contactar con sus oficinas en Barcelona trasladaron la pregunta a su delegación en la zona norte. Y allí sí. Allí dieron la respuesta. Las luces se encendieron el 11 de octubre. Son dos. Una fija a media altura de torre y otra que destella (intermitente, la más visible) en lo alto de la antena. Se colocaron por requerimiento de AESA, que determina además las condiciones de luminosidad que deben tener los equipos en función de la altura y de las características del lugar. Y no, hace años que no había ninguna luz allí, aunque estas permanecerán fijas a partir de ahora.