José Manuel Gutiérrez
«Un ejemplo ilustrativo: para finales de este siglo, en Alto Campoo ya no nevará nunca o casi nunca aunque fuera un lugar donde caía nieve todos los inviernos»
«Los datos climáticos dicen que estamos montados en un ascensor aunque pueda haber momentos concretos en los que no habrá tanto impacto y lo ... notaremos menos». De hecho, hay mediciones que reflejan que en los últimos cinco años España y Portugal «no se han apuntado registros especialmente cálidos porque a nivel local las tendencias fluctúan mucho. Pero en estas cuestiones nos referimos a tendencias que se constatan en horquillas amplias, en 10 años, en 30... Y la curva global de aumento está ahí».
Habla José Manuel Gutiérrez, del Instituto de Física, quien explicó ayer en la jornada 'Perspectivas del Cambio Climático y su Impacto en Cantabria' en qué instante se encuentran los estudios que produce el IFCA. Este organismo depende del CSIC y la Universidad de Cantabria y sus equipos colaboraron en la construcción del último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático, conocido como IPCC. Este es el instrumento de referencia para saber hacia dónde se dirige el clima del planeta y qué puede deparar el futuro. Gutiérrez atendió a El Diario Montañés antes de su exposición en la sesión, que fue inaugurada por el consejero de Fomento, Roberto Media, y se celebró en Santander al hilo del Día Mundial del Medio Ambiente.
–¿En qué punto está ahora el Atlas Interactivo del IPCC al que se contribuyó desde el IFCA?
–El instituto está desde 2018 en proyectos conjuntos con el IPCC y para 2028 habría que completar un ciclo. En un principio fue el Gobierno español el que financiaba y después está siendo el programa europeo Copernicus sobre servicios climáticos el que da cobertura a los estudios. Así que el Atlas evolucionará dentro de la 'casa Copernicus' y, para este verano, esperamos que haya nuevos colaboradores que sirvan de base para la elaboración del próximo. El actual está congelado ya que era parte del último informe general del panel, que data de 2021.
–Cuando se difundió la participación del instituto en el Atlas, los titulares recogían que Cantabria va hacia un clima Mediterráneo, pero no se establecía cuál era la horquilla temporal. O sea, si esto sería un proceso rápido o no tanto...
–No se supo porque no damos esa información. Nosotros fijamos los niveles de calentamiento físico y sus efectos: con un grado de subida, la repercusión puede ser esta. Con dos, esta otra. Con tres, lo que corresponda... Proyectamos qué ocurriría en los distintos niveles para que quien toma las decisiones políticas pueda aplicar estrategias de adaptación si se alcanzan los peores escenarios de subida de temperaturas.
–¿Entonces no se podría decir cuáles serán los ecosistemas de Cantabria que sufrirán mayores cambios en 20 años?
–Nosotros trabajamos las bases físicas de los aspectos climáticos. Esa información podrían darla mejor otros expertos, como los del Instituto de Hidráulica.
–¿La temperatura en ascenso sigue siendo la señal más evidente del cambio climático?
–Hay otras variables, pero sí, la subida de las temperaturas es la más clara. Por poner un ejemplo cercano: Dijimos hace unos 15 años, que el número de días de nieve y de heladas se reducirían en Alto Campoo, un lugar donde si el termómetro registra un grado de más ya no nieva. Y eso se está confirmando, se está cumpliendo. No quita que luego venga un año especialmente frío y se pueda volver a esquiar allí un montón de días o una temporada entera... Los datos señalan que en aquel punto antes nevaba todos los inviernos y, ahora, estimamos que para finales de este siglo puede que no nieve nunca o casi nunca. Es decir, en un periodo de 20 años habrá algunas temporadas en las que se podrá esquiar, pero en 17 de esos 20 años quizá no sea posible.
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