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Cantabria comenzará el próximo curso con 142 titulaciones de Formación Profesional (FP), un centro nuevo –el Integrado de Laredo– y, previsiblemente, más de 15.000 estudiantes en las aulas, cifras impensables hace una década. Cristina Montes (Oviedo, 1978) dice que la calidad de las enseñanzas, ... el «cambio de imagen» de esta etapa posobligatoria y el «ajuste» de la oferta formativa a las necesidades del tejido empresarial –hay que «trabajar» con las empresas, insistirá Montes durante la entrevista– han sido claves para este despegue. Eso y «el enorme cambio» que ha supuesto la flexibilización del sistema para «entrar y salir» de la FP por distintas puertas, argumenta la directora general de Formación Profesional y Educación Permanente del Gobierno de Cantabria.
-Menciona la flexibilización. ¿Se refiere con eso a los vasos comunicantes entre la FP y la universidad?
-Como profesora de FP, y ahora como directora, no me gusta nada que nos digan que tienes que decidir entre la universidad y FP, cuando yo creo que somos complementarios, y, de hecho, si uno mira la Unión Europea así lo tiene que ver. Muchos de nuestros alumnos continúan los estudios y nosotros fomentamos que lo sigan haciendo incluso cuando están trabajando, cosa que requiere un gran esfuerzo. Quizás ese sea un perfil que es muy distinto al de la universidad: nuestros alumnos, en su mayoría, trabajan.
-Trabajan y estudian.
-Sí, su madurez a la hora de acceder a la universidad está contrastada, y lo sabemos porque nos lo dicen los profesores de la universidad. Y luego, por otra parte, también somos un camino para especializarse, y tenemos prácticas obligatorias en las empresas. Somos enseñanzas muy técnicas y gratuitas. A mí no me gusta nada que hablen de nosotros como que competimos.
-FP y universidad como caminos que se entrelazan.
-Son complementarios. Y hay que apostar en España por el aprendizaje a lo largo de la vida. Este es un camino muy largo y a mis alumnos siempre se lo insisto: tienen que apostar por ello para mejorar sus condiciones laborales, para promocionar, para que haya desafíos en su carrera profesional y para fomentar las vocaciones profesionales.
-¿Eso no exigiría casi un cambio de paradigma?
-En Cantabria ya estamos en ese camino. Los números lo dicen: en la UE, un 48% de los alumnos escogen estudiar FP; en España estamos 12 puntos por debajo, y, sin embargo, en Cantabria estamos en los números de la UE. Estamos como el País Vasco en eso. Tenemos un tejido empresarial muy importante en muchísimos sectores y, a veces, es desconocido. Tenemos una empresa de la automoción superfuerte, que es el 30% del PIB de nuestra comunidad; tenemos una industria agropecuaria importantísima y en esos sectores tenemos muchísimas enseñanzas.
En España ya vamos por este camino. El otro día leía que uno de cada tres alumnos de que finaliza la ESO escoge FP. Tenemos que conseguir llegar a, por lo menos, la mitad, porque además son buenos trabajos, y eso a veces se desconoce. Tenemos que invertir en la orientación, en enseñar los itinerarios formativos profesionalizados, que no se vean como eliminatorios, sino como complementarios.
-En Cantabria hay 2.500 estudiantes más en FP que en la universidad, rompiendo la tendencia nacional. ¿Qué explica esta realidad?
-Yo creo que está pasando en todas las comunidades, en algunas va mucho más despacio y en sistemas fuertes como el nuestro… Que no se nos olvide que tenemos la representación de ciclos formativos a distancia mayor de toda España. Y comunidades cercanas, por ejemplo Asturias, con la población que tiene, tiene el mismo número de personas matriculadas que nosotros.
Nuestro sistema es muy fuerte y de calidad. La inversión que se hace en las aulas también ha cambiado mucho y, muchas veces, tenemos que enseñar cómo son porque se desconoce. La FP es un aprendizaje por competencias que favorece tanto a los estudiantes excelentes como aquellos que necesitan estudiar de forma más procedimental, todos encuentran su sitio; y tenemos que ser un sistema que favorezca que nadie abandone: todos, todos pueden encontrar una profesión adecuada, lo importante es la orientación y eso yo creo que también se ve cada vez más. Si nosotros enseñáramos nuestras aulas, nuestros talleres, se vería que son empresas. Nos piden que 'dualicemos' y es importante, pero...
-¿Qué grado de implantación de la FP dual hay en Cantabria?
-Dualizar es muy importante, pero tenemos 23 familias profesionales de las 26 posibles. Las otras tres no las podemos tener porque no tenemos empresas. Y eso es importante saberlo: la forma más clara de estudiar una oferta o de diseñar un mapa profesional es contar con todos. La FP no es un sistema educativo como las otras etapas, tenemos que escuchar a los centros porque están en contacto directo con las empresas; tenemos que escuchar a las empresas y también hay que estudiar a las patronales y a los agentes sociales.
Tenemos 23 familias profesionales y no todas tienen necesidad de una dualización intensiva. Funciona en Europa porque el tejido empresarial es de empresas grandes, medianas empresas, pero nuestro tejido es de más de un 95% de pymes, y hay que trabajar con ellas. A veces, funcionará a la dual intensiva y a veces tendremos que ir a otro tipo de modelos con prácticas. En Europa los centros educativos son eso, centros educativos, y necesitan dualidad sí o sí, porque los talleres, los laboratorios están las empresas. Pero en España nuestros centros de FP son tecnológicamente muy avanzados. Hacemos proyectos de innovación con las empresas y tenemos talleres, laboratorios y réplicas de las pymes; ya hacemos dual en nuestros centros, ya simulamos esas enseñanzas. Dependerá del sector. Hay que trabajar con las empresas.
-¿Qué porcentaje de matrículas en la FP cántabra es de alumnos que vienen de otros sistemas educativos?
-Tenemos un porcentaje alto de estudiantes de comunidades limítrofes. Vienen todos aquellos que no tienen esas enseñanzas en sus comunidades; los ciclos que no tienen presencia en el País Vasco o en Castilla y León o en Asturias. Por ejemplo, tenemos muchos alumnos en distancia de toda España. Nosotros no limitamos que vengan de otras comunidades autónomas. Priorizamos que sean de Cantabria, pero cuando tenemos plazas, las ofrecemos.
-¿Y buscan los alumnos cántabros titulaciones fuera?
-Tenemos casi 15.000 alumnos y vamos a ofrecer casi 19.000 plazas. Y ni siquiera diría que se notan a peticiones de enseñanzas que no existan. Además, casi todo es red pública, a diferencia de otras comunidades autónomas.
-Hay una cosa interesante en FP, que quizá se asocia más a la universidad: las notas de corte. ¿Dónde son más altas?
-Igual que en la universidad: en los ciclos con lista de espera, que puede ser, por ejemplo, toda la parte de Sanidad y también Industriales. Son ciclos muy vocacionales. Hay notas de corte altas en ciclos con lista de espera según el año, y vamos intentando estudiar [la situación] para que no existan. Todas las comunidades tienen notas de corte en esos ciclos.
-En cuanto a empleabilidad, ¿qué porcentaje exhibe la FP cántabra?
-En general tenemos más del 85% de inserción y obviamente en muchas enseñanzas el 100%.
-¿En cuáles hay pleno empleo?
-Toda la parte de hostelería, sanidad, automoción, fabricación mecánica, electricidad y electrónica... Y no nos olvidemos de que si no hay toda la inserción es porque siguen estudiando. Se dan cuenta de que mejorando sus currículos les va a ir mucho mejor. En casi todas las familias profesionales vuelven a hacer grado superior. El aprendizaje a lo largo de la vida en FP es pleno. Somos especialmente emprendedores en FP.
-¿En qué sentido?
-Es lógico porque las enseñanzas son más cortas y te permiten entrar en el mercado laboral, analizar el sector, ver sus lagunas –el requisito básico para ser emprendedor–, y a los 30 años tienen menos miedo a emprender, menos prejuicios con los fracasos. En FP muchísima gente encuentra trabajo no solo por cuenta ajena, sino por cuenta propia. Si uno estudia imagen personal, puede empezar a trabajar en un spa o una peluquería, pero a los diez años va a querer montar un negocio. Cuando dice el consejero que somos la mejor política de empleo para una comunidad, yo también lo creo. Mejoramos muchísimo la productividad y la vida personal y profesional de las personas.
-¿Y en qué punto de implantación están los curos de especialización, que son los másteres de la FP?
-Tenemos las enseñanzas tradicionales –grado básico, medio y superior–, y los cursos de especialización, que son todos de sectores emergentes. Vemos que nos cuesta llenarlos y, sin embargo, son la contestación inmediata a la industria 4.0, a todos los sectores que necesita Europa, que pide que trabajemos en ellos para adaptarnos a la realidad más cercana.
-Robótica, Cultivos celulares o Auditoría energética son los cursos nuevos para el año que viene.
-Son muy necesarios para las empresas de ahora, porque la FP está viviendo su momento, respondemos al momento. Son gratuitos y vamos a tener prácticas por primera vez en las empresas de esos cursos. Tenemos que trabajar para que no haya plazas vacantes en estos ciclos, más desconocidos por la población. .
-La FP se asocia mucho a la formación para la inserción laboral, pero ¿qué dimensión humanística se aborda en las aulas?
-Tenemos muchas enseñanzas transversales que trabajan todas las competencias blandas, las 'soft skills'. Pero es que dentro de las enseñanzas por competencias profesionales, todos los módulos tienen un porcentaje en el que se valora todo aquello que implica ser un buen profesional, y eso engloba ser buen compañero, ser puntual, ser honesto, ser respetuoso con los demás, tener un pensamiento crítico. Trabajamos muchísimo la parte del respeto a los compañeros, al trabajo en equipo, la escucha activa. Formamos a los alumnos para que sean buenos profesionales y buenas personas. Los acompañamos mucho.
-La internacionalización y programas como el Erasmus tienen reflejo en la FP. ¿Crecen?
-A partir del próximo año ya tenemos algunos programas y vamos a fomentar que haya internacionalización, generalizándolo en los grados medios. La educación de calidad se basa en que los alumnos en FP tengan oportunidades internacionales. Sabemos que las empresas siempre les piden quedarse, y eso ya demuestra que nuestro nuestros ciclos tienen calidad, porque esos perfiles profesionales en Europa no tienen esa duración horaria. Nuestros alumnos tienen 2.000 horas como mínimo, y si ya estudiaron un primero común y dos segundos tienen 3.000 horas de formación,
Este año hay120 y vuelven ahora, a finales de junio. Y todos son experiencias gratificantes para ellos. Obviamente, las empresas piden cada vez una mejora de los idiomas. Ahora el nivel en los idiomas de nuestros alumnos de FP ha mejorado mucho.
-¿Se va a fijar un nivel mínimo de inglés?
-No, pero se va a incorporar el inglés obligatorio en todos los ciclos y eso hará que aseguremos un nivel básico para todas las profesiones. Necesitan, al final, el plurilingüismo. Y también tenemos el proyecto bilingüe y más de 24 ciclos con módulos profesionales en inglés y en francés.
-Además del desarrollo de la ley de FP, ¿qué otras cuestiones marcan el futuro?
-Es un sistema de éxito y, para que continúe, hay que trabajar con empresas, profesores, centros, equipos directivos, patronales, agentes sociales... El calendario debe ser sensato. No nos podemos saltar pasos. Tenemos que respetar a los profesores: llevan 15 años esperando una actualización de los planes de estudios y eso se decide con ellos, lo tenemos claro.
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