«Teníamos muchísimas ganas de votar»

A mediados de mes todos han ido recibiendo las cartas de los partidos políticos en su buzón. Por primera vez lejos de un mitin y esos discursos que apelan a su importancia en el devenir de la sociedad, el futuro, al fin han sido interpelados directamente en el saludo de una carta. A Claudia Sánchez, de 19 años, por ejemplo, le llama la atención «lo bien que suena todo sobre el papel», pero es algo más escéptica con los hechos. Con todo, y «a pesar de que el resultado siempre es el mismo salga quien salga», depositará su voto en su colegio electoral de Santander a partir de las 09.00 horas.

La apatía es una sensación también extendida entre los debutantes, como comenta Mar Rivera, de 20 años, a la que muchos amigos ya le han dicho que no irán a depositar su voto. La razón: «Dicen que no tiene apenas valor, que las cosas van a seguir igual pase lo que pase, pero yo sí voy a votar porque nos jugamos mucho». Eso no quita que la santanderina tenga una visión crítica de los partidos y sus intenciones. Al contrario: «¿Si los políticos piensan en nosotros? A veces me da la sensación de que ni siquiera piensan en las personas».

De lo que no hay duda para ellos es la importancia de la cita del domingo en particular. Jesús Choya, de 19 años, ya ha ejercido su derecho al voto por correo, desde Madrid, donde estudia la diplomatura de Cinematografía en la especialidad de Producción en la Escuela de Cine (ECAM). Y claro, el hecho de que su mayor pasión pueda verse mermada a partir del lunes está en el centro de las preocupaciones. «Además del peligro que sufren los derechos sociales de diferentes colectivos, temo que la cultura pueda sufrir recortes», cuenta el joven, a quien hubiera gustado escuchar más esa palabra durante la campaña.

Coincide en esa línea Fran Sanemeterio, de 20 años, consciente del buen resultado que pueden obtener «ciertas opciones de más a la derecha». De hecho, y contra la sensación que tienen otros coetáneos, el joven sí se siente interpelado en los discursos políticos, pero en el de « las opciones más extremistas, precisamente porque saben que una vez nos tengan es más probable que puedan contar con nuestro voto y el de sus familiares».

Si fuera por esas candidaturas, dice Luis Gutiérrez, un año menor, «volveríamos al medievo», razón de más para «informarse bien en los medios de comunicación, internet y las redes sociales». Como Belén de Pablo, también de 19, que llama a todos los jóvenes a «no dejarse llevar por la mayoría y votar lo que cada uno cree mejor para el país».

Se nota que se estrenan, y por eso animan al resto a acudir al colegio electoral. Guillen Caparrós no sentía mayor necesidad hasta que vio «lo alterado que está el panorama y la importancia que puede llegar a tener el voto». Desde entonces habla más que nunca de política con sus amigos, igual que Alejandra Cardenal o Carolina Sainz, testigos de la pluralidad de opiniones en sus círculos de amigos una vez que han pasado de los memes a enviarse noticias de verdad. Y sean cuales sean los mensajes de vuelta, lo tienen claro: «Si todos pensáramos igual sería un rollo, ¿no?».

«En una palabra, inestable». Es la definición que ofrece Alejandra Cardenal, de 19 años, y que se estrenará como votante hoy en su colegio de Santander. «Nadie sabe muy bien lo que va a pasar. Lo hablamos mucho con los amigos, y a veces sorprenden las opiniones», declara la joven, que anima a participar a los de su edad. Y para los políticos, dedica: «Podrían pensar algo más en nosotros, que somos el futuro y nuestro voto va a ser clave hoy y mañana».

«Para ser sincero, estoy algo cansada de que siempre sea lo mismo y salgan los mismos», se resigna Claudia, que ha visto cómo se ha agitado el debate político en sus círculos más cercanos: «Hay mucha gente de mi edad que vota de todo. Lo que me preocupa es que se puedan dejar llevar en vez de informarse». Sobre los políticos, lo deja claro: «Pasan olímpicamente de nosotros. Su publicidad es muy bonita pero casi nada es verdad».

Belén de Pablo lo tiene claro: «Estamos decidiendo a dónde queremos que dirijan España en todos los temas que nos incumben». La santanderina asegura que «todo está muy agitado, y no sólo aquí», lo que a su juicio va a repercutir en el voto de muchos. Contra eso, su receta: «Cada uno tiene que informarse y no dejarse llevar o votar lo mismo que sus amigos. Eso nos pasa mucho a nosotros». También confía en «que los políticos piensen más en nosotros».

Luis Gutiérrez sigue la actualidad a través de los medios y las redes sociales. Motivos no le sobran: «Nos jugamos volver al medievo o seguir avanzado como sociedad y no perder derechos que ya teníamos conquistados». De ahí que el estudiante llame a llenar las urnas de papeletas hoy, a pesar de su escepticismo con la clase política en general. «Buscan más el voto que otra cosa, pero son unos comicios muy importantes».

«Nos mencionan, pero se preocupan poco», manifiesta Carolina Sainz, debutante de 20 años a la que «está costando encontrar a alguien que me represente». Sobre todo con la situación «tan crispada del momento». Los debates empiezan a ser recurrentes entre sus amigos, conversaciones en las que «hemos comentado mucho la existencia de Vox», y donde la cántabra anima a votar. «Es importante. Si todos pensáramos igual, sería un rollo, ¿no?».

Mar Rivera se presenta así de clara: «Tengo 20 años, y me juego el futuro». Sabe que el Gobierno que salga de las urnas va a ser «determinante en los derechos laborales y sociales de todos. Hay amigos que no le dan tanta importancia, pero yo creo que se debería tener más en cuenta a los jóvenes», señala Rivera, y asegura que la política «nos resulta poco atractiva o accesible, lo que lleva a muchos a moverse por cuatro ideas».

«No me gusta mucho su manera de actuar y cómo arremeten unos contra otros», confiesa Fran Senemeterio, que no sabe si irá a votar, a pesar de que «es una cita muy importante y los extremistas están sacando muchos votos, tanto de un lado como de otro». A su juicio, son estos partidos los que más piensan en ellos, «porque es una manera buena de ganar votos. Si nos consiguen atraer desde el principio, pueden hacer llegar esas ideas a nuestro entorno».

Jesús Choya ya ha votado por correo desde Madrid, y le preocupa «que el escenario pueda resultar en un recorte de derechos sociales como en el colectivo LGTB como a nivel cultural». Lo define: «Es una situación muy visceral. No hay tanto discurso sino que apelan a nuestro lado más visceral. Así está todo de agitado». Por ello el santanderino llama «a defender las conquistas y a no retroceder». Y no pierde el optimismo.

Jaime Sánchez, de 18 años, llega con ganas a las urnas después de haber acompañado a sus padres al colegio electoral desde pequeño. «Mi futuro y el de todos los españoles depende del resultado. Además, creo que es importante que toda la población pueda defender sus ideas en total libertad», comenta Sánchez, que está cada vez más acostumbrado a debatir propuestas con los amigos, entre los que dice que hay «gran variedad de pensamientos».

«Todos tenemos que votar, hacernos oír», zanja Guillén Caparrós, que votará en Castro Urdiales para defender los derechos de «muchos colectivos, mujeres, minorías...». Confiesa que antes no tenía tanto interés, pero que tal y como está el panorama se ha visto obligado a informarse. Por eso reivindica la educación, «para aumentar las becas y apoyar a esas personas con talento que no pueden costearse los estudios».