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Julián Montero, bombero forestal de 58 años y vecino de Terán, falleció esta tarde tras colaborar en la extinción de un incendio en el monte Llendemozo, en el municipio de Cabuérniga. El empleado público, perteneciente a la cuadrilla forestal con base en Ruente y con ... más de 30 años de experiencia, había finalizado los trabajos para sofocar las llamas cuando comenzó a sentirse indispuesto y se desvaneció frente a sus cinco compañeros, que trataron de reanimarle sin éxito.
«Era un incendio de menor entidad y en una zona conocida. No ha revestido mayor dificultad, por eso no entendemos qué ha podido suceder», aseguró la trabajadora de la cuadrilla de Cabuérniga, Chaory Campuzano. Montero finalizó los trabajos para apagar el fuego a primera hora de la tarde de este domingo y cuando el equipo recogía el material en la furgoneta para regresar a la base, «comenzó a sentirse mal. Dijo que estaba indispuesto». «Entonces fue cuando se desplomó y todos los compañeros trataron de reanimarle, pero fue imposible», cuentan fuentes de la cuadrilla. «Fue algo fulminante».
El aviso a emergencias llegó poco antes de las cinco de la tarde. Se movilizó al helicóptero medicalizado del Gobierno cántabro, el 061, la Guardia Civil y personal sanitario. A su llegada a la zona, el equipo médico del helicóptero regional prosiguió las labores de reanimación cardiopulmonar que habían estado practicando sin descanso los compañeros, pero finalmente no pudieron hacer nada por salvar su vida.
Fuentes de la cuadrilla aseguran que la sintomatología era similar a la de un infarto; pero sólo la autopsia podrá determinar la causa exacta de la muerte. Ninguno de sus compañeros tiene constancia de que Julián padeciera ninguna enfermedad. «Estamos absolutamente consternados. Es algo increíble porque nunca hemos sufrido ni siquiera un accidente grave y hoy, de pronto, nos sucede esta desgracia», compartían desde la agrupación de bomberos de Ruente.
El Gobierno de Cantabria lamentó profundamente la muerte de este empleado público y trasladó su afecto y apoyo a la familia, amigos y compañeros. En un comunicado, el ejecutivo reconoció la labor del empleado público fallecido, «con una amplia experiencia y dedicación», así como la del resto de bomberos forestales autonómicos que «se juegan la vida para preservar el medio natural y rural y garantizar nuestra seguridad». Un pésame al que se sumó también la presidenta regional, María José Sáenz de Buruaga, desde su cuenta de X (antes Twitter), una red social que utilizó también el 112 para el mismo fin.
Casado y padre de un hijo, Julián Montero era uno de los bomberos más veteranos de la cuadrilla. «Era un referente para todos. Era el que siempre mantenía la calma, el que sabía tener la sangre fría necesaria para detenerse y pensar en los momentos más complicados; y el que sabías que te iba a resolver los problemas cuando el incendio se descontrolaba y venían las dudas», recuerda Chaory. «Era un hombre muy querido».
Conocedor de la zona
«Sabías que no había problema si se quedaba solo en mitad del monte. Era el que mejor lo conocía y el que sabía siempre lo que había que hacer. Era nuestro seguro de vida», reconoce esta compañera. La Policía Judicial llegó a última hora de la tarde de este domingo a Llendemozo para proceder al levantamiento del cuerpo, que será trasladado al Instituto Anatómico Forense para realizar la autopsia.
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