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El Hospital Sierrallana afronta su primer brote interno en plenas Navidades. El contagio de un paciente ingresado en una planta de hospitalización no covid (la de Traumatología y Cardiología) ha desembocado en un foco que ya afecta a ocho pacientes y al menos a ... diez trabajadores, según ha confirmado a este periódico el gerente del hospital, Pedro Herce, que no descarta que aún pueda salir positivo algún profesional más. «Creo que vamos a poder contenerlo dentro del hospital, porque por suerte nos pilla en un momento en el que tenemos camas libres, porque había bajado bastante la presión asistencial, y con efectivos disponibles para cubrir las bajas», explica. El caso que hizo saltar las alarmas se detectó el día 23, fuera del circuito covid, «al hacer una PCR previa al alta». A partir de ahí, el cribado al resto de pacientes de esa misma planta elevó el total de afectados a ocho, que «ya fueron aislados el viernes a la zona de hospitalización para coronavirus», donde había hasta ese momento siete casos confirmados. De esta forma, Sierrallana tiene ahora quince ingresados con covid.
Los otros diez pacientes alojados en esa misma planta donde se ha producido el brote han dado negativo, pero «permanecerán en burbuja hasta cumplir la cuarentena», una medida que irá acompañada de la prohibición de visitas durante ese tiempo. Porque una de las «sospechas» es que el origen de la infección viniera precisamente por ahí: «Es muy complicado apuntar la causa, porque no lo sabemos seguro, pero pensamos que el paciente índice pudo ser un familiar que vino de visita al hospital. Después, el vector para que este virus pasara de una habitación a otra pudo ser el propio personal sanitario, totalmente ajeno a lo que estaba pasando», admite Herce, que destaca que, por más protocolos que se siguen para evitar este tipo de situaciones –desde cribados periódicos a los pacientes con más de siete días ingresados y a los profesionales del área no covid, y el control estricto de visitantes– «aún así se te escapa. Cuando ocurre de esta manera, es inevitable», lamenta. De hecho, el gerente subraya que en la planta covid de aislamiento «no se ha contagiado nadie».
Aunque no oculta su « preocupación», cree que «está controlado. Lo vamos a poder autolimitar», descartando que tenga que recurrir a Valdecilla, como tuvo que hacer recientemente el hospital de Laredo tras el foco registrado entre su personal de enfermería. De entrada, Sierrallana ha vuelto a habilitar la planta de reserva para aislamiento de covid, al tiempo que ha establecido un plan para evitar la rotación de personal. «Hasta el momento, tenemos cuatro positivos en profesionales de la planta afectada y otros seis del equipo de rotación. De lo que se trata ahora, y en eso estamos trabajando con el servicio de Medicina Preventiva, es de que el personal rote lo menos posible» hasta que se supere este episodio. Desde el inicio de la pandemia, son contados los hospitales que se han librado de sufrir brotes. Valdecilla también sufrió uno en el equipo de Urgencias en la primera ola y otro en la planta de Psiquiatría durante la segunda.
En estos momentos, el total de hospitalizados covid en Cantabria es de 85, de los cuales 23 permanecen en la UCI. El último informe de situación facilitado ayer por Sanidad señala que el día de Navidad se detectaron 67 casos (incluidos ahí los del brote de Sierrallana), manteniéndose la tasa de positividad en el 5,5% de las pruebas realizadas. Esa misma jornada se notificaron dos nuevas defunciones (dos mujeres de 88 y 95 años), y ya son 382 las víctimas en Cantabria causadas por el coronavirus, infección por la que están pasando 1.404 personas en la actualidad.
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