Mujeres ante el acantilado de cristal
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Gema Díaz Real, Rosa Mantecón, María Ángeles Pérez y Jezabel Morán son ejemplos cántabros de cómo las organizaciones apelan a mujeres para gestionar momentos críticosEl fenómeno conocido como 'acantilado de cristal' es más habitual de lo que creemos, pero casi siempre pasa desapercibido. Una institución, empresa u organización se enfrenta a una etapa de crisis y apuesta por colocar a una mujer al frente para capearla, en un cargo ... siempre ocupado hasta entonces por un hombre, y muchas veces solo de forma temporal hasta que todo se reconduzca. Así que su definición sería algo así como: «¡Que nos salven ellas cuando todo arde!».
Esta situación suele provocar lecturas erróneas, como le ocurrió al periódico The Times en 2014, que concluyó que las empresas con más mujeres en puestos de poder tienden a funcionar peor. La verdad es la opuesta. Es precisamente cuando las circunstancias son adversas cuando las mujeres acceden al poder. Lo hemos visto con Theresa May, elegida para sustituir a David Cameron en plena ebullición del 'Brexit'; Christine Lagarde en el Fondo Monetario Internacional tras la crisis del euro; el ascenso de Inés Arrimadas a la presidencia de Ciudadanos después de que Albert Rivera perdiera 47 escaños en las elecciones...
En Cantabria también tenemos ejemplos recientes, como el de Jezabel Morán, al frente de la Consejería de Obras Públicas el año pasado tras la salida de José Luis Gochicoa, y María Ángeles Pérez en la Asociación de Hostelería en plena crisis interna.
Uno de los casos más claros en la región de una mujer frente al acantilado de cristal es el de Gema Díaz Real. Y por partida doble. Primero, como presidenta de la patronal cántabra entre 2012 y 2015, y después al frente de Sniace entre 2017 y 2020. «Algunos aún se preguntarán qué hacía una chica como yo en unos lugares como esos, pero accedí a la CEOE tras ganar unas elecciones y a Sniace por unanimidad del Consejo de Administración. Y en ambas ocasiones fue en momentos de dificultad», destaca Díaz Real, quien se reconoce en el fenómeno de 'acantilados de cristal': «En momentos críticos las mujeres actuamos con valentía. Cuando una organización se enfrenta a una crisis reputacional o a problemas, es muy habitual buscar un liderazgo femenino para restaurar la confianza y reconstruir la empresa».
Cuando Díaz Real llegó a la patronal, la organización estaba sumida en una lucha cainita por el poder y sufría una grave fractura interna, mientras que su ascenso en Sniace coincidió con la dicotomía entre una profunda transformación o su cierre, como acabo sucediendo. «Estas etapas me han hecho ser aún más luchadora, resiliente y me han permitido conocer las organizaciones en los momentos en los que menos se brilla y menos se posturea, pero más se trabaja», dice.
Su recuerdo de ambas etapas es, sin embargo, muy distinto. «En la CEOE, desde el primer día solían intentar tutelarme, de forma amistosa pero claramente paternalista, y en otras ocasiones interesada. Si alguno pensó alguna vez que por ser mujer me dejaría tutelar, quedó claro que no, y eso sin duda tuvo un coste», subraya. En Sniace, por el contrario, nunca encontró ningún sesgo. «Si los cambios que realizamos en el último año y medio los hubiésemos podido tomar antes, Sniace seguiría en funcionamiento», lamenta.
Díaz Real señala más ejemplos de acantilados de cristal en Cantabria: Beda Herrezuelo, que tras la muerte de su padre «y con gran mérito» lideró la emblemática marca de zapaterías, o Marian Martínez (Cenador de Amós), que «con el mismo gran reto ha luchado por la compañía haciéndola crecer en los momentos más duros».
Rosa Mantecón también llegó a la secretaría general de Comisiones Obreras (CC OO) en un momento nada sencillo. Cuando gana las elecciones internas, en verano de 2021, los sindicatos se enfrentaban a una crisis de prestigio a nivel nacional y UGT superaba a CC OO en Cantabria en representación de trabajadores. «Esos ataques se han intensificado en los últimos tiempos con el auge de la extrema derecha», destaca. Con ese escenario de fondo, nadie más se presentó como candidato a liderar Comisiones Obreras en aquel momento. Solo ella. Y se convirtió en la primera mujer en ocupar ese cargo en la región.
Mantecón no cree que le haya perjudicado ser mujer durante los casi tres años que lleva al frente de CC OO. «Yo, al menos, no lo he percibido», afirma. Y aunque tampoco reivindicar el papel de la mujer fue una motivación para presentar su candidatura, sí le gustaría que «inspirase a más mujeres a asumir liderazgos sindicales».
De momento, lo que ha conseguido el acantilado de cristal en esta ocasión es que Mantecón sitúe a CC OO como la organización con mayor número de delegados en Cantabria por primera vez en la historia.
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