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El escenario es totalmente irreal, pero si mañana el alcalde de San Miguel de Aguayo decidiera repartir el dinero que el municipio tiene acumulado en el banco entre todos los censados, cada uno de los cerca de 150 vecinos recibiría un cheque de más de ... 8.000 euros. La salud económica de este pequeño ayuntamiento cántabro es especialmente buena -entre otros motivos, por los ingresos que genera la producción de energía-, pero no es ni mucho menos un caso excepcional. Todos los consistorios de la región tienen depositadas en las entidades financieras un remanente que, según el Ministerio de Hacienda, alcanza los 467,4 millones de euros, una cifra equivalente a la mitad de lo que invierte anualmente el Gobierno regional en el mantenimiento de todo su sistema sanitario. Esa es la última actualización, pero previsiblemente el dato crecerá cuando todas las entidades menores concluyan la liquidación de sus cuentas y sumen los superávits de 2019.
Si tienen ese montante guardado en el cajón no es por decisión propia, sino por las restricciones que estableció el Ejecutivo central durante la crisis en el marco de las medidas de estabilidad presupuestaria. La norma impulsada por el ministro Cristóbal Montoro no permitía -o introducía muchas dificultades para ello- usar el dinero sobrante del presupuesto anual para la realización de obras, la adquisición de bienes, la contratación de nuevo personal... La idea era que todo ese dinero se destinara a reducir la deuda.
Alfoz de Lloredo 1. 959.492,61 euros
Ampuero 2.654.436,81 euros
Anievas 418.503,30 euros
Arenas de Iguña 1.476.537,23 euros
Argoños 1.415.494,35 euros
Arnuero Sin datos
Arredondo 444.104,50 euros
El Astillero7 454.293,08 euros
Bárcena de Cicero 5.009.985,47 euros
Bárcena de Pie de Concha 390.349,37 euros
Bareyo 2.763.526,56 euros
Cabezón de la Sal 4.996.030,16 euros
Cabezón de Liébana Sin datos
Cabuérniga 1.208.161,52 euros
Camaleño 1.102.813,10 euros
Camargo 13.725.823,88 euros
Campoo de Yuso 1.360.380,43 euros
Cartes 3.470.163,97 euros
Castañeda 2.484.099,08 euros
Castro Urdiales 47.494.274,75 euros
Cieza Sin datos
Cillorigo de Liébana 828.058,77 euros
Colindres4 4.581.980,49 euros
Comillas Sin datos
Los Corrales de Buelna 8.867.905,30 euros
Corvera de Toranzo 2.04.371,41 euros
Campoo de Enmedio 1.330.658,25 euros
Entrambasaguas 3.645.893,80 euros
Escalante 499.048,90 euros
Guriezo 1.617.387,56 euros
Hazas de Cesto 2.322.309,31 euros
Campoo de Suso 1.534.452,33 euros
Herrerías 784.589,12 euros
Lamasón 157.493,85 euros
Laredo 17.543.088,72 euros
Liendo 1.700.984,18 euros
Liérganes 2.328.066,97 euros
Limpias 2.580.060,78 euros
Luena 128.78,19 euros
Marina de Cudeyo 5.054.452,81 euros
Mazcuerras 810.367,44 euros
Medio Cudeyo Sin datos
Meruelo 2.846.144,56 euros
Miengo 4.288.377,71 euros
Miera 114.030,27 euros
Molledo 993.182,78 euros
Noja 9.157.349,80 euros
Penagos 2.335.741,38 euros
Peñarrubia 476.719,81 euros
Pesaguero 250.930,63 euros
Pesquera 226.108,41 euros
Piélagos 11.058.179,42 euros
Polaciones 414.698,61 euros
Polanco 5.707.662,79 euros
Potes 1.392.102,84 euros
Puente Viesgo 4.859.130,07 euros
Ramales de la Victoria 1.523.074,53 euros
Rasines 749.820,95 euros
Reinosa 4.299.903,01 euros
Reocín 5.090.561,51 euros
Ribamontán al Mar 4.933.402,67 euros
Ribamontán al Monte 1.072.696,97 euros
Rionansa Sin datos
Riotuerto 1.447.066,62 euros
Las Rozas de Valdearroyo 864.394,08 euros
Ruente 823.722,32 euros
Ruesga Sin datos
Ruiloba 1.521.563,48 euros
San Felices de Buelna 4.228.953,48 euros
San Miguel de Aguayo 1.258.533,20 euros
San Pedro del Romeral 338.206,54 euros
San Roque de Riomiera 185.268,87 euros
Santa Cruz de Bezana 9.049.859,47 euros
Santa María de Cayón 4.119.295,70 euros
Santander 127.679.903,17 euros
Santillana del Mar 4.751.212,85 euros
Santiurde de Reinosa 118.788,10 euros
Santiurde de Toranzo 371.996,21 euros
Santoña 7.081.531,62 euros
San Vicente de la Barquera 7.792.668,00 euros
Saro 864.213,93 euros
Selaya 1.256.467,78 euros
Soba 368.662,10 euros
Solórzano 657.270,22 euros
Suances 5.940.911,78 euros
Los Tojos 369.946,94 euros
Torrelavega 23.765.779,96
Tresviso 273.601 euros
Tudanca 394.333,51 euros
Udías 229.
Valdáliga 3.538.577,16 euros
Valdeolea 720.223,58 euros
Valdeprado del Río 246.828,95 euros
Valderredible 587.613,04 euros
Val de San Vicente 2.927.324,68 euros
Vega de Liébana 674.340,99 euros
Vega de Pas 143.254,63 euros
Villacarriedo 1.732.983,97 euros
Villaescusa 3.553.622,68 euros
Villafufre 450.600,23 euros
Valle de Villaverde 555.042,97 euros
Voto 1.299.240,79 euros
TOTAL 467.371.000
«La regla general estaba bien pensada para aquellos municipios muy endeudados, que sobre todo eran los más grandes, pero toda norma tiene que ser flexible», explica Francisco Raúl Calderón, alcalde de Las Rozas de Valdearroyo, quien insiste en la buena gestión que se ha hecho en la última década en su ayuntamiento en particular y en el conjunto de municipios rurales de Cantabria en general. Con solo 250 vecinos, su remanente alcanza los 900.000 euros, que tiene claro que destinaría a mejorar las deficiencias que presenta el servicio de abastecimiento de aguas durante los meses de verano.
los más perjudicados
La proposición no de ley que llevó el pasado lunes al Parlamento de Cantabria el PRC y que fue aprobada con el apoyo de todos los grupos menos Vox va en esta dirección. La iniciativa insta al Gobierno de España a introducir cambios legales para que los ayuntamientos cántabros -y de todo el país- puedan utilizar el remanente que han acumulado en los últimos años, algo que, según los regionalistas, no sólo servirá para mejorar las dotaciones municipales y la prestación de servicios públicos, también para dinamizar la economía y generar nuevos empleos.
De los 102 municipios de la comunidad autónoma, 65 tienen más de un millón de euros parados en el banco a la espera de un uso. En la cabeza de la tabla regional se encuentran los más grandes. Santander en primer lugar con 127 millones de euros, seguido de Torrelavega (23 millones), Castro Urdiales (47 millones), Laredo (17 millones) o Camargo (13 millones). Los alcaldes de estos lugares lo tienen un poco más fácil que sus homólogos de las zonas rurales. ¿Por qué? Pues porque la norma sí permite utilizar parte de ese remanente a las administraciones que previamente elaboren un Plan Económico Financiero (PEF). Con esa herramienta, desde 2018 sí pueden llevarse a cabo inversiones en materia de infraestructuras, de saneamientos, de instalaciones deportivas, pero las dificultades para realizar compras o ampliar plantillas continúan.
El problema es que, por sus dimensiones y recursos, en el último año sólo 27 ayuntamientos pudieron elaborar un PEF. El resto no tuvieron capacidad. «En la mayor parte de los casos les implicaba la realización de un plan económico financiero que les generaba más problemas que soluciones les iba a generar», detalló el pasado lunes el portavoz parlamentario del PRC, Pedro Hernando, quien insistía en que el Gobierno central debe eliminar también este requisito.
PROPORCIONALMENTE
Así, la capital sí ha presentado programas para usar parte de su superávit en obras. También Torrelavega, que además de reservar dinero para el gran desembolso económico que supondrá asumir su parte del soterramiento de las vías, tiene planeadas actuaciones como la pasarela sobre el río Besaya. Y proporcionalmente a su población, además de San Miguel de Aguayo y Las Rozas de Valdearroyo, entre los municipios que tienen más depósitos se encuentran Campoo de Yuso, Pesquera, Noja o Puente Viesgo. «Somos los conejillos de indias del Gobierno central. Nos obligan a tener superávit, mientras el Gobierno central y las comunidades autónomas tienen déficit, para poder cumplir las exigencias de Europa», apunta Óscar Villegas, alcalde de esta última localidad. Recuerda que el techo de gasto no les permite usar la totalidad del dinero que tienen presupuestado, por eso cada año que pasa suman cerca de 150.000 euros más a su remanente. Y tampoco pueden bajar impuestos en exceso, porque entonces el Estado entiende que su situación económica es buena y pierden asignación nacional.
Del total del remanente que tienen los consistorios cántabros, unos 300 millones de euros podrían usarse mañana mismo con un mero cambio legal. Una cantidad que, sumada a los futuros superávit, permitiría a los ayuntamientos invertir 100 millones anuales en los próximos ejercicios. El resto hasta los 467 millones, corresponde a lo que Hacienda llama «saldos dudosos de cobro» o financiación que adelantaron otras administraciones y deben devolver.
La imposibilidad de los ayuntamientos de disponer con libertad de su remanente de tesorería no solo afecta a su capacidad inversora y a la prestación de servicios a los ciudadanos. El hecho de tener una ingente cantidad de dinero en los bancos, lejos de generar intereses, tiene la consecuencia contraria en forma de penalización: las entidades cobran a los ayuntamientos cántabros por guardar esos 467 millones de euros en la cuenta. Según la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), de media, tienen que abonar el 0,35%. Eso significa que cada año las administraciones locales de la región se dejan 1,5 millones de euros. «De manera indirecta, estamos contribuyendo a financiar el sistema bancario», lamenta Óscar Villegas, alcalde de Puente Viesgo. Allí, cada trimestre el banco les resta 800 euros en concepto de 'mantenimiento'.
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