49 municipios de la región aún carecen de internet de alta velocidad

«En Cantabria tenemos una red de comunicación de carreteras envidiable, muy buena, pero en el ámbito de internet es más deficiente. Por eso desde el Gobierno cántabro se están haciendo todos los esfuerzos por alcanzar la meta de que internet de alta velocidad llegue hasta a la última casa de Cantabria, por escondida que esté, pero es lógico que aún hay trabajo que hacer», confiesa Pablo Diestro, presidente de la Federación Cántabra de Municipios (FCM).

La orografía no lo pone fácil. La complejidad de instalar el cable salvando los accidentes geográficos encarece la inversión de las compañías, y en ocasiones es tan poco rentable -puede ser un hogar en lo alto de un monte- que cumplir con el objetivo que destaca Diestro, a día de hoy, se antoja utópico. Cierto es, también, que los principales núcleos poblacionales están ya cubiertos. Esto es, toda la capital, el entorno de la bahía y Torrelavega tienen conexión a la fibra. La población aún pendiente de engancharse a la modernidad, más de 85.500 personas, suponen un 14% del total de los vecinos cántabros.

«Ha dicho Telefónica que para 2025 quiere dar cobertura a todas las casas del territorio nacional», agrega el presidente de la Federación de Municipios. La compañía lleva años instalando el cable óptico por la geografía regional. 2018 puso en el mapa a una segunda operadora, Adamo, que utiliza la red eléctrica de Viesgo para distribuir su opción, también por cable. Entre ambas obtuvieron el pasado año unos 92.000 euros de ayudas estatales para tal fin. Una cifra muy inferior a las anteriores convocatorias: 1.515.000 euros en 2017; 1.426.000 en 2016 o 1.161.000 en 2015.

«Lo que necesitamos es tener planes de empresa realistas y aprovechar los recursos que puedan venir del Ministerio para alcanzar la meta de que todas las familias de Cantabria tengan acceso a internet de alta velocidad lo antes posible», destaca Felipe Piña, director General de Transportes y Comunicaciones. Por eso el Ejecutivo regional se sumará al apoyo en este 2019. «Vamos a convocar unas subvenciones próximamente destinadas a infraestructuras de extensión de banda ancha en municipios considerados áreas con riesgo de exclusión digital (zonas blancas) con criterios de neutralidad tecnológica», avanza Piña. Sumarán un montante de 150.000 euros y se publicarán próximamente en el BOC.

Las zonas blancas (NGA) son aquellas que no disponen de cobertura de redes de banda ancha de nueva generación, ni previsiones para su dotación por algún operador en el plazo de tres años. Es decir, cabe la posibilidad de que aquellos 49 municipios huérfanos de fibra óptica, y los otros 32 cubiertos parcialmente, enfrenten aún tres ejercicios sin alta velocidad.