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Imagen general exterior del Museo de Altamira, tomada este fin de semana, con el pabellón de visitas en primer término. Luis Palomeque
El Museo de Altamira, camino de sus 25 años, estudia mejorar la neocueva y ampliar espacios

El Museo de Altamira, camino de sus 25 años, estudia mejorar la neocueva y ampliar espacios

Su directora, Pilar Fatás, no ve «cercana» una ampliación del Centro de Investigación, pero sí una posible «actualización» de la exposición permanente

Guillermo Balbona

Santander

Domingo, 5 de enero 2025, 01:00

Lo que hoy se conoce como Museo Nacional de Altamira y Centro de Investigación, que tiene su origen en la creación de una Junta de Administración hace un siglo, va camino de cumplir su 25 aniversario. El primer edificio al servicio de la cueva ... fue una casa montañesa construida para exponer y conservar los objetos hallados en las excavaciones y servir de vivienda a su primer guarda. El creciente número de visitas desde mediados del siglo XX hizo necesaria, no obstante, la edificación de una nueva sede y en los años setenta se construyeron tres pabellones para la recepción de visitantes. Fue en 1979 cuando se creó administrativamente el Museo. La sede actual responde a una edificación (1997-2000) proyectada por el arquitecto y pintor santanderino Juan Navarro Baldeweg. No obstante, la inauguración oficial tuvo lugar en 2001. La protección de la cueva de Altamira fue el principal «condicionante para su ubicación, concepción y construcción». Pilar Fatás, directora del Museo desde hace casi nueve años, asegura al valorar el debate que conlleva el paso del tiempo que el Museo «debería ser ampliado o, al menos, renovado íntegramente en su propuesta expositiva». «Bien es verdad que estamos haciendo pequeñas mejoras progresivamente desde hace unos años y debemos continuar con ello». No obstante, Fatás precisa que abordar una ampliación total y física del centro «no la veo cercana ahora, pero sí una actualización de la exposición permanente». Incluso, avanzó, «introducir algunas mejoras en la neocueva teniendo en cuenta que es el espacio estrella para los visitantes». Ubicado a escasos 300 metros de la cueva original, el museo planteó en los 90 una intervención integral de recuperación paisajística del entorno. El edificio se adapta a través de «un diseño tectónico que parece recrear los estratos del terreno tras una excavación».

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