Nace la 'Escuela de Cuidados' para apoyar a los cuidadores en el entorno familiar

Luego de dos años de trabajo, el proyecto inicia su andadura financiado por el Instituto Cántabro de Servicios Sociales (Icass) con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del IRPF, destinada a programas de interés general con fines sociales. Se trata de una escuela de formación, «pero, sobre todo, de acompañamiento», ha dicho Francisco Gómez Nadal, coordinador de Unate, que se traducirá en sesiones de enseñanza presencial y a distancia, así como en supervisión personalizada, durante seis meses, en los domicilios o de forma telefónica. La escuela enseñará a cuidar respetando «siempre» la autonomía y la dignidad de la persona que precisa atención, y funcionará, entre otras cosas, como un banco de recursos y como una puerta a la que llamar en caso de duda o necesidad. Comenzará a funcionar en marzo en Santander, y la meta es replicarla a lo largo de este año en Torrelavega y Reinosa. Cada edición contará con 20 participantes.

Gómez Nadal ha estado acompañado en la presentación por Ana Belén Álvarez, consejera de Empleo y Servicios Sociales; María Antonia Mora, directora del Icass, y Modesto Chato, presidente de Unate. Todos han puesto en valor la necesidad de activar recursos como este en una comunidad como Cantabria -envejecida, entre otras cosas-, en la que hay, al menos, 13.000 cuidadoras en domicilios. Aunque se trata de formación no reglada, prevé entregar un certificado de participación que «a mediano plazo sea un sello de calidad y confianza para las familias», ha indicado Chato, quien ha destacado que arranca una ruta que «nos debe llevar a generar una red de apoyo entre sociedad civil e instituciones que permita la mejora de la calidad de vida tanto de quien cuida como de quien recibe los cuidados y que ayude a que las personas mayores puedan vivir cada vez más tiempo en sus hogares en un entorno de cuidados respetuoso».

Los cuidados los ejercen, mayoritariamente, las mujeres. Mora ha contado que hay un cambio de tendencia -hijos, sobre todo, que sumen el cuidado de padres y madres-, pero se trata de una transformación «lenta». «Es un sector feminizado», ha incidido Gómez Nadal, en el que es habitual encontrarse a mujeres mayores al cuidado de familiares también de edad avanzada o con dependencias. El sector, ha añadido el coordinador de Unate, también es un «refugio» para muchas personas migrantes que trabajan como cuidadoras, en muchas ocasiones, bajo condiciones de «desarraigo y estrés».

Para todos aquellos que cuidan, con las dudas, incertidumbres, tensión y agotamiento que puede entrañar ese rol, está dedicada esta Escuela, «para formales y apoyarles», ha explicado Álvarez. «Es una iniciativa acertada y necesaria», ha insistido, que complementará los servicios de apoyo y ayuda que gestiona su Consejería.

Para inscribirse no hará falta tener reconocida una prestación oficial, ni tampoco tener una situación regularizada de empleo. La formación y el acompañamiento no se centrarán únicamente en lo patológico, sino que se procurarán herramientas de todo tipo. El objetivo es sembrar «una sensibilidad» y una «cultura del cuidado» en la comunidad, y orientar a los cuidadores en todo el proceso, y encauzar situaciones que por «desconocimiento» o «falta de experiencia» generan tensión en el seno familiar.