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La investigación de nuevos fármacos biológicos con inexistentes efectos secundarios es el día a día de miles de investigadores en todo el mundo. Una de ellas es Ana Villar Ramos, directora del laboratorio FibroHeart, adscrito al Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (Ibbtec). Su ... conferencia 'Acercando las nanoterapias antifibrióticas del laboratorio a la sociedad' del próximo miércoles 3 de agosto en la Casa de Cultura de Laredo, promete dejar pegados en las butacas a los asistentes. Porque recurrirá a la proyección de vídeos que permitirán visualizar momentos espectaculares como la llegada de un fármaco al punto del corazón al que expresamente está dirigido. Original forma de abrir al público en general contenidos que, de entrada, resultan indescifrables. «La idea es enseñar a la sociedad cómo desde un laboratorio podemos acercar todos estos trabajos tan moleculares, tan nanométricos, al entendimiento».
En este caso aplicado a una enfermedad, la fibrosis cardiaca, una enfermedad común que siempre aparece en un segundo plano de otro tipo de patologías. «Principalmente, los problemas fibróticos se manifiestan después de patologías cardíacas como la hipertensión arterial, que provoca la hipertrofia del corazón; también tras una alteración en las válvulas, o luego de malformaciones genéticas», explica. Su laboratorio avanza tanto en poder anticipar el diagnóstico, como en dar con fármacos capaces de neutralizar la patología.
«La idea es ver cómo partículas de tamaño nanométrico son capaces de poder ser en el futuro los nuevos fármacos, más biológicos y con menos efectos secundarios», explica Ana. «Voy a mostrar cómo con el sincrotrón, que es un acelerador de partículas, somos capaces de llegar al corazón y mirarlo a nivel atómico. Y cómo esa capacidad se puede plasmar en una imagen de un corazón con un puntito que te marca que tienes allí tu fármaco».
La repercusión de este avance es enorme. «Así se avanza hacia la medicina personalizada, en la que todos podemos entender que el fármaco está en su lugar de acción y por tanto está causando el efecto para el que farmacológicamente está diseñado». La revolución de los tratamientos se abre paso. «Nuestra idea es cambiar las terapias actuales, que generan una respuesta inmunológica y pueden dar lugar a efectos no deseados, por terapias con partículas que sean biológicas. Estamos imitando a pequeñas partes de las proteínas de nuestro cuerpo, sintéticas, que no despiertan nuestro sistema inmunológico».
El contraste es evidente. «Todo esto lo que hace es una terapia limpia, que solo vaya al lugar de acción y genere su efecto farmacológico sin consecuencias nocivas». El futuro, que Ana Villar considera casi presente, «es una medicina más personalizada y más limpia gracias a las nanoterapias». Esta investigadora recibió meses atrás el reconocimiento de la Fundación Figeva, en reconocimiento a su forma de organizar su propio equipo y a su capacidad para poner en colaboración distintos grupos españoles de investigación absolutamente punteros en áreas completamente distintas, y aunar ese conocimiento para solventar problemáticas clínicas en distintos tipos de enfermedades fibróticas.
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