Secciones
Servicios
Destacamos
En Venezuela ya es Navidad porque Maduro quiere. Desde que empezó octubre. Por decreto. Aquí la cosa no ha llegado a tanto, pero cada año uno tiene la sensación de que todo lo que tiene que ver con las fiestas llega antes. Puede -esta vez- ... que sea por el tiempo. El verano acaba de irse en Cantabria, aunque a más de uno le parece que no llegó a venir. Sin bañador en el maletero y entre trombas de agua, el 'olor' a Navidad se ha pegado con antelación a las páginas del calendario. Y algo hay. Esto no es Vigo (donde ya andan colocando las luces), pero la hostelería cántabra empieza a recibir llamadas para las reservas de las cenas de empresa, los últimos turistas se llevan décimos de El Gordo y los ayuntamientos de la región preparan sus programaciones de actos. «En Carrefour ya venden panetones», dice una mujer recién salida del supermercado.
«Hay sitio, pero buscábamos una cosa bastante ajustada de precio y para 35 personas y, entre una cosa y otra, nos estaba costando encontrar», dice la encargada de organizar el evento navideño de un centro de trabajo en Santander. La cena. Ya lo tienen cerrado. Desde hace unos días. «Tenemos ya un par de ellas 'gordas', de grupos de más de cien personas», explica Ángel Suárez, empresario de hostelería. En el Rocambole y el Luciano organizará un año más cenas de pie, tipo cóctel. Actos pensados para un número considerable de invitados. «De ese tipo tenemos esas dos cerradas y otras dos a punto de cerrarse. Ya para el 23 de noviembre tenemos una. Hay que pensar que, al tratarse de mucha gente, tiene que ser en fin de semana para que pueda todo el mundo y en esas fechas de Navidad -teniendo en cuenta cómo caiga el puente de diciembre y la Nochebuena- no hay muchas opciones. Los grupos pequeños tienen más margen, pero los grandes... Antes de acabar septiembre ya hay movimiento».
Es sobre todo eso, grupos grandes. «Tenemos ya cosas en los días clave y, sobre todo, llamadas para preguntar presupuestos, pero aún es pronto. Sí que hay empresas -habla de una reserva de setenta, por ejemplo- y también familias que lo cierran ya de un año para otro porque repiten», resume Ramón López, de La Taberna del Herrero, con tres establecimientos en Santander.
En el hotel Santemar lo confirman. Los grupos grandes son los que con más antelación se mueven pero, por ahora, más que reservas cerradas son peticiones de presupuestos y llamadas en busca de información. «Hay que tener en cuenta que las cosas más grandes en Santander en esa época son siempre las mismas, y los sitios que hacemos este tipo de eventos los tenemos en la cabeza. Hay cosas de Navidad que, efectivamente, se cierran en verano. Pero a estas alturas hay sitio de sobra y no hay un movimiento que llame especialmente la atención. Lo habitual», señala Francisco Agudo, el director del establecimiento hotelero.
Hay otro trabajo de antelación, eso sí. Los gerentes de los restaurantes hablan con proveedores y tratan de adelantar compras y pagos. Los precios ahora -es una obviedad- no son iguales que los de diciembre.
Y más allá de la hostelería, la Navidad deja más rastros, con octubre recién inaugurado. Aún no hay muchas estanterías llenas de turrón en los supermercados (salvo excepciones como la del panetone o algún producto concreto que sí que asoma entre el resto), pero sí pasillos o zonas que se van vaciando con vistas a un 'desembarco' inminente. Y más. A finales de septiembre, en el Ayuntamiento de Torrelavega ya hablaban de la adjudicación del contrato del alumbrado navideño. En total, 160.327 euros (estará del 22 de noviembre al 8 de enero). Y en el de Santander daban los datos del Mercado de Navidad en Pombo (del 5 de diciembre al 6 de enero). Se avecina, como el año pasado, batalla de efectos especiales. A ver qué pueblo pone más luces o en qué plaza hay una atracción más llamativa –se abren las apuestas: ¿cuánto medirá esta vez el árbol gigante de Cartes?–.
De entrada, Francisco Cano, el electricista de la casa más famosa de Parbayón, anuncia bombazo. Como contó El Diario Montañés hace unos días, una especie de parque temático de espectáculos navideños. 'Aluzinarte'. Con zeta. Ya trabaja en ello en Renedo de Piélagos, en una superficie acotada y cerrada de nada menos que 1.400 metros cuadrados.
Queda otro detalle más. La Lotería de Navidad. En algunas administraciones cántabras ya tachan varios números de esos que llegan de Doña Manolita o de la Bruja de Oro. Agotados. Pero el grueso de lo vendido hasta ahora tiene que ver con los turistas. «Vendemos Lotería de Navidad desde julio y sí, es el turismo el que compra décimos para llevarse. Para los de aquí todavía es pronto, pero la gente de fuera sí que ha comprado», explican en el Quiosco Carlos, en la santanderina calle Gregorio Marañón, con vistas a la Segunda playa de El Sardinero. Ellos ya saben lo que es dar décimos de El Gordo. En 2017, por ejemplo, repartieron casi tres millones de euros.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.