La Navidad eleva la crítica hotelera por el nuevo registro, que será «un caos en temporada alta»

«A la gente le va a costar entenderlo. Una cosa es verlo en la televisión cuando lo han anunciado hace unas semanas y otra cosa es sufrirlo cuando llegas a recepción. Cuando tienes que hacer la entrada al hotel y tardas, por ejemplo, un minuto y medio más, no parece mucho problema. Pero si hay una fila de veinte delante...». La reflexión es de Eduardo Lamadrid, presidente de la Asociación de Hostelería. Con el aumento en las ocupaciones por las fechas navideñas no han tardado en llegar las quejas. «Todos los hoteles sin excepción nos dicen lo mismo». Que se tarda más, que es lento. «Y todo por un registro que no nos parece necesario. Si con un DNI es suficiente para coger un avión, ¿cómo es posible que te pidan muchas más cosas para alojarte en un hotel?», se pregunta Lamadrid.

Casos prácticos. «La nueva norma del registro provoca una lentitud tremenda para hacer el 'check-in'. Se nos forman filas. En días con menos ocupación se nota menos, pero en esta semana, que hay cierto movimiento, está ocurriendo. Y cuando tengamos congresos o durante la temporada alta, va a ser un desastre, un caos. No sé cómo lo vamos a hacer». Lo cuenta Francisco Agudo, director del Santemar, en Santander. En el hotel con más habitaciones de Cantabria se nota. Mucho. «Al cliente habitual nos obliga a volver a pedirle el DNI porque ahora se piden datos como el número de soporte, que antes no se pedían. Y con los nuevos huéspedes es mucho más tiempo. Y hay que tener en cuenta que el cliente viene cansado, con ganas de llegar a la habitación cuanto antes». Alargar la espera resulta muy incómodo.

Agudo insiste, además, en el esfuerzo permanente del sector turístico por mejorar la calidad. La consigna en un mercado tan competitivo. «Resulta clave ofrecer un servicio de calidad y, con esto, desde el principio, empezamos mal. Haciendo esperar al cliente más que antes».

Más duro aún en sus consideraciones es Emérito Astuy, del hotel Astuy, en Isla –y, como Agudo, expresidente de la Asociación de Hostelería–. Ellos no han tenido mucha gente desde que se implantó el nuevo modelo de registro, «pero menos mal, porque es un despropósito, no hay por donde cogerlo».

¿Motivos de seguridad para la medida? Astuy no lo comparte. «Si fuera por seguridad, ¿qué pasa con los apartamentos turísticos –ya no hablo ni siquiera de los ilegales– o las autocaravanas?». A su juicio, se trata de «una mentira más». «Una medida del Gobierno que se aplica sin sentido común». El hostelero dice que se puede llegar a tardar en completar el trámite «más del doble» que antes. «Y si hay niños, que no tienen el DNI, mucho más. O el caso de personas que no se saben su código postal o te dan uno equivocado. Entonces el sistema da error y no sirve. Es un despropósito absoluto». De entrada, en su hotel le supone una persona más en recepción. «Y eso al final se puede traducir en subidas de precios, que a su vez es pérdida de competitividad, de ocupación... Es una locura».