«Es necesario alcanzar un equilibrio para que la legislación no frene la innovación»

El lugar donde se desarrolla cada año la apertura, la iglesia de Santa María de la Asunción, un templo gótico ubicado en lo alto de la Puebla Vieja, tiene todo el significado. Laredo es el municipio donde la UC estrenó su verano académico allá por 1985; allí «empezó todo», tal y como señaló Pazos, cuyas primeras palabras fueron para agradecer el apoyo de un ayuntamiento con gran protagonismo en estos cursos. Su alcalde, Miguel González (PP), celebró la «acertada» decisión que convirtió a la villa pejina en la primera sede de los Cursos de Verano de la Universidad. «Laredo se adelantó a los tiempos de la docencia universitaria en época estival, fue pionera en su época», evocó González, nuevo regidor desde hace una semana escasa.

El alcalde no fue la única cara nueva del acto. Se estrenó igualmente María José González Revuelta, presidenta del Parlamento de Cantabria, y, junto con ella, asistieron a la inauguración Antonio Domínguez, director general de Universidades en funciones; el vicerrector de la UC Tomás Mantecón; Raquel Gómez, al frente del Área de Cursos de Extensión Universitaria; los directores de las 19 sedes estivales, y una nutrida representación vecinal. Ante los cambios políticos, Pazos subrayó la «lealtad» institucional de la UC, «que no tiene color político y se debe a la sociedad».

En la apertura oficial de esta XXXVIII edición de los Cursos de Verano, que ya llevan una semana de andadura, Pazos destacó la condición abierta y participativa de todas las actividades, más de un centenar en 2023 entre cursos, seminarios o conciertos. La temporada estival permite dejar a un lado los rigores de la docencia reglada que se imparte entre septiembre y junio, y «sacar a las calles de toda Cantabria las aulas», sostuvo el rector. En la naturaleza de los Cursos de Verano está la idea de «transmitir» el conocimiento por toda la comunidad; concretamente, en 19 municipios en 2023.

El formato, además, permite un debate distinto, más distendido y «con una mirada crítica», indicó Pazos. Y permite abordar asuntos de actualidad variados: desde el cambio climático a los desafíos de la Educación Infantil, pasando por el papel de la mujer en las migraciones prehistóricas, la psicología de las emociones o las nuevas herramientas para la empleabilidad.

Igualmente, los Cursos cumplen una función que el equipo de gobierno de Pazos ha puesto en su punto de mira: la educación a lo largo de la vida. Como mencionara el jueves el ministro Joan Subirats en la apertura oficial de la UIMP, las universidades públicas no pueden permitirse formar únicamente al alumnado de grado. Hay que ir más allá. Pazos defendió la misma idea. «La sociedad europea se está dando cuenta de que la universidad no puede formar solo a la gente de 18 a 30 años». El reto, por tanto, es ganar estudiantes en otros tramos y con otras necesidades educativas; es «seguir contribuyendo a la formación de la gente a lo largo de su vida», resumió. Y los Cursos de Verano suman en esta dirección: «Nuestra oferta estival representa un instrumento para el fomento de la educación permanente».

Asunción Gómez impartió la lección inaugural. La tituló 'La inteligencia artificial: una mirada al futuro' y en ella repasó la evolución de una disciplina que avanza sin freno, planteando por el camino desafíos, dilemas y oportunidades. «Cualquier institución debe reflexionar sobre cómo va a utilizar la IA. Es necesario alcanzar un equilibrio para que la legislación no frene la innovación», reflexionó la titular del sillón Q de la Real Academia Española (RAE).

Gómez considera que urge redactar un «reglamento específico» sobre el desarrollo y uso de la inteligencia artificial y, mientras tanto, «debemos pensar en que no todo lo que sea técnicamente posible es socialmente conveniente»; es decir, hay cosas que pueden «superar las fronteras de lo ético, lo medioambiental y lo legalmente aceptable».