«A las mujeres todavía les cuesta reconocer que están siendo maltratadas»

Lo cuenta María Fernanda Figueroa, titular actual del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Santander, un rompeolas al que va a parar «la parte más fea» de las relaciones entre hombres y mujeres. Este tribunal, que hace de atracadero inicial para denuncias y declaraciones, se ve salpicado habitualmente de tensión. Allí se ve a jóvenes rotas y señoras indefensas, a padres que lloran al serles comunicadas las medidas de restricción al trato con sus hijos. Esporádicamente se escuchan gritos y descontrol. Hace unos pocos días, hasta el intento de un acusado de tirarse por una ventana.

El día en que El Diario Montañés se acerca a la realidad diaria de este juzgado de instrucción, solo ha entrado un caso: una denuncia por amenazas a un hombre que está en Murcia, que se incoa como procedimiento rápido. En esta sede no da tiempo a aburrirse, el año pasado, entraron 1.335 asuntos. Este llevan un número similar. El letrado de la Administración de Justicia, Antonio Caso, asegura que el pasado agosto de este año fue «una locura». Las Navidades también lo son. Cada año.

El día en cuestión hay es una citación a la espera: la menor va vestida de gris y acompañada por su padre. Están citados para que la chica declare por un caso de 'sexting': le pasó unas fotos íntimas a un joven que luego las usó para amenazarla. Así que, si el asunto fue en algún momento un juego del mundo virtual, enseguida pasó a ser una desdicha en el mundo real. Ahora hay un expediente sobre la mesa de una jueza y un profesional le está leyendo sus derechos a la víctima en presencia de su abogada. Ella es la cara tangible de esa estadística -que tanto preocupa a los expertos- que constata un crecimiento exponencial de la violencia machista entre adolescentes, casi al 100% con las redes sociales de por medio.

Esto lleva a Figueroa a cuestionarse la educación: «Asusta un poco darse cuenta de lo que piensan de las relaciones. Alguna viene por segunda, por tercera vez, y aun así, se niega a declarar contra el agresor». Esto genera a la jueza «una gran impotencia» y, en cierto caso concreto, incluso inquietud, porque confiesa que ha llegado a advertir a una maltratada veinteañera que espera no tener que ir un día «a su levantamiento. Hay que hablar así de claro: no son conscientes del peligro que corren». La responsable del juzgado lo achaca a que «las mujeres todavía no confían del todo en la Justicia». Ante este panorama, cree que la ley de violencia «era necesaria», que el personal está cada vez más y mejor formado para el desafío y que el sistema funciona «de forma razonable, sabiendo que no es perfecto». ¿Qué falta? «Más abogados de guardia, más puntos de encuentro (los que hay están saturados), más profesionales en el equipo psicosocial» y hasta «una cámara para grabar las declaraciones de los menores, sean víctimas o no».

Desde que se crearon hace ya diez años como foros especializados, estos son tribunales diferentes a los demás. Los delitos a los que se enfrentan pueden ser los mismos que hubieran ocurrido en cualquier otra relación (con un vecino, con un compañero de trabajo), pero «es muy habitual que las víctimas lleven mucho tiempo sufriendo» y, cuando llegan a este circuito «se ven declarando contra la persona a la que quieren o han querido. Este factor lo hace más doloroso para el espectador».

Es la opinión de un abogado del turno de oficio específico, Marcelo Rodríguez, que lleva una docena de años prestando asesoría legal en este ámbito. En este tiempo, ha actuado como defensor de una mujer que se había enfrentado a una situación «brutal», aunque lo que no deja de causarle «sorpresa» son los casos con menores, que están «tomando una dimensión alarmante». Igual que la jueza, llama a la reflexión sobre la dispensa a declarar contra la pareja. En esta sede judicial, el número de mujeres que primero denunció y luego se negó a declarar cayó un 20% entre 2017 y 2018: en 2017, fueron 51 y, en 2018 ya solo fueron 42. Pero este año, el número ha vuelto para arriba: hasta noviembre, unas 55.